
La escuela pública es el pilar que construye los modelos sociales democráticos de un país, precisando para ello debe ser internamente democrática, es decir, que todos los actores participen en la actividad de la enseñanza: docentes, trabajadores no docentes, personal directivo, padres de familia, estudiantes, con su aportación activa en sus decisiones.
Consecuentemente los aprendices deberán tener el facilitador de sus saberes sin distinción de raza, credo o condición social, bajo el enfoque de una integración de las distintas áreas de conocimiento, ante ello, la Universidad Veracruzana forma parte de los entes educativos públicos.
En México, la posibilidad de que todos los infantes y jóvenes tengan educación está tipificada en la Constitución Mexicana y el diseño curricular comprende la formación de contenidos de acuerdo al criterio de organismos gubernamentales, al igual que actividades y formas de evaluación con el objetivo de conocer si se cumplieron las metas que se programan, anexándose a tal circunstancia su financiamiento con las consecuencias que hoy se padece de rezagos.
Reviste precisamente particular interés para la Universidad Veracruzana y sobre todo a los docentes, diseñar un esquema curricular con sentido democrático; para abarcar todas las necesidades del estudiante universitario en su formación integral e incorporarse al mercado laboral con sentido humanista, en beneficio del crecimiento económico de su comunidad.
El contexto lleva a la preocupación de la reducción de presupuesto, tanto federal como estatal, que se le autorice a la Máxima Casa de Estudios del Estado Veracruz, por tener la responsabilidad de ser la única institución pública estatal de nivel superior, con la apertura limitada por la misma razón, a los jóvenes deseosos de continuar con sus estudios de nivel profesional.
Es y será siempre, con sus 81 mil estudiantes, la Universidad Veracruzana el motor a impulsar con sus egresados, el crecimiento de la entidad, lo ha demostrado en seis décadas. Es lo que la sociedad define como necesaria para la enseñanza, investigación y difusión de la cultura.
Pero, no sólo lo anterior sino que se debe llegar a otro nivel el manejo de las finanzas, pues sólo ella, puede determinar sus rublos prioritarios y sobre todo sin menoscabo de los atrasos que se dan, al llegar los dineros de manera indirecta.
La Universidad Veracruzana manifestó, en tiempo y forma, la oportunidad de que a la institución, con prestigio no sólo nacional sino internacional, se le brindara el apoyo económico para aperturarse a mayor número de estudiantes, lo que siempre se le ha negado, así como la demanda de autonomía financiera.
Tal situación no es novedosa ya que la LXIII Legislatura en su segundo periodo de sesiones del pasado año, el día 23 de junio dictaminó la Reforma al artículo 10 de la Constitución Política del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, otorgando autonomía financiera, pero para que se consolide deberá de ser ratificada por el actual Congreso, de ahí, la presencia de la comunidad universitaria exigiendo lo que por ley deberá de ser.
Faltan escasos días para que los diputados cumplan el proceso de ratificación, que es el 31 de enero, y no se observa interés para llevar al pleno la petición de los universitarios, a pesar de las peticiones llevadas a cabo por el Consejo Universitario.
Las interrogantes son:
¿Cuál es el interés para no cumplir la petición de la autonomía financiera?
¿Quiénes son los que no quieren que se le otorgue?
¿El gobierno pretende seguir manejando los dineros de la Universidad?

