
Cuando una familia, sobre todo el progenitor, muestra simpatía por un partido político, los descendientes prácticamente se inclinan por el mismo y se afilian compartiendo sus preferencias políticas, de ahí que familias enteras se conviertan en aliados de la plataforma, ejemplos los tenemos a la vista, en orden internacional Kennedy, Bush y actualmente en nuestro estado, los Yunes.
Pareciera que la historia se repite con los Ruz, cuyos antecedentes genética dio a conocer, Luis Fernando Ruz Bravo, en un texto dirigido a Raúl Díaz Diez, Presidente del Comité Directivo Municipal del PRI, al renunciar a su filiación priista, después de cuatro décadas de labor partidista, recordando cómo fueron las dos generaciones anteriores a él, al haber sido activista del partido tricolor.
Señala en la misiva toda la trayectoria de su abuelo y padre en los avatares partidistas motivo por el que ingreso al organismo tricolor, como miembro activo desempeñándose en las entrañas del PRI en distintas actividades. Desde luego, incursionando en el servicio público; por lo que sus aspiraciones de ser presidente municipal del puerto no han cesado. Sin embargo ese sueño no lo lograrlo hasta ahora, a lo que refiere como “las circunstancias no me favorecieron”. Tal motivo lo orillo a dimitir.
No rechaza su pretensión en busca de la alcaldía porteña, consecuentemente los rumores se desataron, adjudicándole la posible invitación de otro de los partidos políticos para la contienda de junio. Pero, como están revueltos los mares, nada es seguro. Aun cuando la presencia en Jalapa de Andrés Manuel López Obrador, refuerza el cuchicheo de ser el posible invitado, a pesar de que Rafael Acosta Croda ya se siente el abanderado de Morena.
Retomemos el porqué de la reflexión de las herencias familiares en los partidos. Conforme crecen los herederos, por su propia formación de personalidad, pueden mostrar su decisión de cambiar de organismo partidista, sin que esto rompa sus relaciones familiares, sólo es que cada uno tiene sus intereses personales en su trayectoria política.
Este es el caso de su hijo Luis Fernando Ruz Barros, exdirector de Cultura del Ayuntamiento Porteño, a quien se le ha cuestionado si le seguirá el camino de su padre o continuará en el PRI, es por ello que aclara con respecto a su militancia al interior del partido.
“La decisión de mi Padre, Luis Fernando Ruz Bravo, es absolutamente personal e individual. Como hijo la respeto y le deseo éxito en sus proyectos por venir. Mi espacio es y está dentro del PRI porque confío en el proceso de reflexión de autocrítica que ya ha comenzado y que deberá concluir en una renovación plena de cuadros permitiendo la llegada de los mejores perfiles de mujeres y hombres para recuperar la confianza ciudadana”.
Con esto deja clara su permanencia en el tricolor y muestra respeto a las decisiones de su padre, pero al mismo tiempo se pronuncia por buscar su reconocimiento al trabajo desempeñado como servidor público, tanto en el ayuntamiento como en la SEP.
Bajo tal panorama el Partido Revolucionario Institucional seguramente lo contará para formar parte de la posible administración porteña, a refrendarse en el mes de junio, en caso de ser ellos los que sean favorecidos en las urnas, lo que se vislumbra bastante difícil, por no decir imposible.
A lo mejor su padre, por otra vía, pueda cumplir sus aspiraciones políticas.

