A 23 AÑOS DEL ASESINATO DE LUIS DONALDO COLOSIO



NOTABLES, SE NIEGAN A
CANDIDATURAS DEL PRI
Por Raúl González Rivera

Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Menudo trabajo están realizando los amos locales del viejo régimen, porque de personajes notables o destacados y viejos asociados del PRI, se niegan rotundamente a aceptar las próximas candidaturas a alcaldes de las municipalidades veracruzanas.
Renato Alarcón seguramente está sudando la gota gorda, pues los socios del viejo régimen rehúyen a reconocer las invitaciones que les están elevando con vistas a convertirse en ediles, simple y llanamente porque no hay condiciones para presumir que puedan salir airosos y triunfantes, en una faena que llama al desconcierto absoluto para la vieja familia tricolor.
De no ser los de siempre, priistas ayunos de talento, creatividad, convicciones y mucho menos ideología, el viejo régimen se derrumba cada que da un paso, suponiendo que va a encontrar a los aspirantes idóneos.
Vaya, ni siquiera los prominentes y reconocidos por grillos muestran alguna facilidad para ser reconocidos como futuros candidatos a las candidaturas, y no pocos de los que han aceptado incorporarse al carro de los posibles, hay sus dudas, sus antecedentes como hombres públicos no les ayudan francamente. La gente está desangelada y el impacto heredado por las dos últimas administraciones sexenales, en muchos rubros, es poco menos que inaceptable.
Por cada cráneo o cada fosa clandestina que hallan los Colectivos Por la paz y Solecito, también se van a lo más profundo del foso del olvido las pretensiones de quienes podrían seguir creyendo en las ligas priistas, aunque saben bien que el derrumbe final está por llegar a la vieja y desvencijada maquinaria tricolor.
En dónde están los dinosaurios del viejo partido, Manuel Ramos Gurrión y Carlos Brito Gómez, para explicar a los socios priistas que su última hora está por cerrar el capítulo de los 88 años de vida partidaria, que la gente no les confía ni cree y que llegó el momento del verdadero relevo del ex partidazo.
Alguien duda que don Jesús Reyes Heroles se haya equivocado, cuando les pidió que renovaran a su partido, porque de lo contrario moriría como membrete con aplastantes mayorías en sus filas. Es posible que la soberbia que envolvía a los líderes partidarios de aquellos días, no les permitía siquiera sospechar que los cambios vendrían y que la maquinaria inventada por don Plutarco Elías Calles, como todo, también tendría un último día de sobrevivencia.
Y si no, en un estado donde se han gastado carretadas de millones de pesos, tengan en este momento a un representante del poderoso clan de Atlacomulco, como un candidato, el priista Alfredo del Mazo, con un empate en la carrera por la gubernatura del Estado de México con Delfina Gómez, la ex alcaldesa de Texcoco y ex diputada federal, abanderada precisamente por el partido de Morena. Es decir, que el viejo régimen comienza a despedir nauseabundos olores y pestilencias en numerosas entidades del interior de este vapuleado país. Aunque correligionarios de la oposición, del color que usted quiera, sugieren que ya era hora. Esperemos.

* ¿CÓMO JUSTIFICAR UNA
MANSIÓN DE 14 MDP?

Por más que se pretendan justificar 14 millones de pesos en la adquisición de una residencia, sin recurrir a los créditos hipotecarios, como quiere hacerlo la lideresa nacional del PRD, Alejandra Barrales, el problema de todo un pueblo tan lastimado como es el mexicano, es que nadie le cree.
La borrasca se vino el último fin de semana y no descarte usted que a la ex aeromoza de una línea de aeronaves de vuelos internacionales, le hayan colocado las trampas de rigor, tiempo después del encono que la dama ha mostrado contra el senador Miguel Barbosa, debido a que este personaje no renuncia al PRD, pero sí reitera que apoyará con todas sus letras la gira preelectoral de Andrés Manuel López Obrador.
Y no es para menos, se trata de la lideresa del partido surgido por excelencia con una ideología de izquierda, solidaria precisamente con los pobres, lo cual no quiere decir que un socio del partido del sol azteca no aspire a vivir confortablemente, y qué mejor que una fastuosa residencia allá en las tierras paradisiacas de Miami, o por lo menos eso cuentan los adinerados de la aldea, y que por diversas razones viajan continuamente hacia esos lares sin tener que pasar las penosas inspecciones y bolseos de los sabuesos gringos, porque se dice que saben diferenciar muy bien entre legales e indocumentados.
Seguramente Cuauhtémoc Cárdenas no habría querido ver que a herederos suyos –partidariamente–, se les viera enrolados en la constante de los señalamientos, en donde mucho antes que se dé lugar a la generación de las ideas, se sospeche que asumen los cargos directivos para forrarse de millones de pesos como fortunas personales, porque en un pueblo de más de cien millones de pobres, se lastima la sensibilidad hasta de los menos insensibles.
La cordura había sido el sello de los líderes que han sucedido la corona perredista en los últimos 25 años, sin embargo, a la lideresa Alejandra Barrales se le barrieron los tornillos, al descubrirse que es propietaria de un fastuoso departamento con costo de 14 millones de pesos adquirido en Miami y que en apariencia o presuntamente no habría incluido en su declaración de bienes patrimoniales, al ascender a su cargo de presidenta nacional del PRD.
El gesto afecta a los mexicanos del común denominador y entre la flota perredista se hacen tantas preguntas, las cuales dejan de tener respuestas accesibles, pero que hecho el anuncio en vísperas de elecciones en el Estado de México y luego la sucesión presidencial de 2018, habrán de pesar como losas elaboradas a base de los mármoles más brillantes, en la conciencia sobre todo de los asociados del perredismo, que siguen sin encontrar un espacio donde levantar una choza para habitarla como suya.
Es bueno que Alejandra Barrales haya pretendido hacer la aclaración en los noticiarios, donde evidentemente el uso de su espacio cuesta igual cantidades en muchos miles de pesos. Ahora falta que lo crean los electores, unos militantes del PRD y otros ajenos al partido, pero que veían en la dama alguna expectativa honesta de tiradora a la jefatura de gobierno, cuando termine su gestión el no menos vapuleado por sus paisanos de la ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.

* A 23 AÑOS DEL ASESINATO
DE LUIS DONALDO COLOSIO

Sin duda el priismo estaría resintiendo la más grande pérdida de los últimos 50 años, consistente en la ejecución de sucompañero de filas Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial que viera la luz última durante su recorrido por Lomas Taurinas, en Tijuana, Baja California.
Su sólo nombre, para esas fechas, había provocado un parteaguas entre lo que había sido el priismo insensible y ausente de ver por la realidad del pueblo pobre de México, y la esperanza en que un mañana distinto resurgiría con la nominación como presidente del candidato idóneo en ese momento.
Sin duda, era un líder natural, voz potente y con la visión muy clara de lo que representaba este país en el concierto mundial, pero más de lo que debería hacer para rescatarlo como nación, y que conforme trascendieron los sexenios de las superficialidades, como el de José López Portillo, se hacía más indispensable la presencia de un líder que en ese momento aspiraba y sentenciaba con sus propósitos, un cambio para México.
Sin embargo, el asesinato y posterior seguimiento al caso del Mario Aburto, que se encuentra confinado en una solitaria celda del penal de Almoloya de Juárez, jamás ha sido motivo de una indagatoria de fondo acerca de los por qué se dio el asesino solitario, como se apresuraron a definirlo las autoridades ministeriales de aquella época.
El político nato de izquierda, escritor y científico de la ingeniería mexicana, don Heberto Castillo Martínez, al hacer los comentarios de rigor, tras la ejecución del candidato priista, objetó que Mario Aburto, el detenido en Almoloya, fuera el verdadero asesino. El ex candidato gubernamental del Partido del Trabajo en Veracruz, apuntó textualmente que Mario Aburto, el asesino material de Colosio, habría sido aniquilado.
A Heberto Castillo nunca nadie lo desmintió, sino todo lo contrario, hubo comentarios en cascada que coincidieron en que la muerte del candidato había sido previamente sopesada, reflexionada y llevada a cabo con magistral puntualidad. Empero, Mario Aburto, el preso, no tenía bigote cuando lo presentaron ante autoridades judiciales federales, y el autor de la ejecución sí tenía bigote.
Colosio había muerto y con él las esperanzas de todo un pueblo, que se resistía entonces a sufragar en ánforas por un candidato de oposición al viejo régimen. El personaje advertía la necesidad de estar al lado de la gente, situación que cuesta mucho en el PRI, bajo el entendido de que las convicciones mueven a una gran sociedad, como es la azteca, apuntando siempre hacia las trincheras del ex partido aplanadora.
Es decir, los altos mandos partidarios daban por hecho que el PRI y sus candidatos eran los héroes del México contemporáneo, como las grandes bases sociales del país lo consideraron con la presencia de Luis Donaldo Colosio.
El despertar de toda esa larga odisea, seguramente ha costado a gran parte de la sociedad tratar de despertar de un momento el que fuera del México progresista, aventajado y desarrollado en el lapso postrevolucionario y que hoy se rememora con singular añoranza.

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