* RIESGO DE SOCAVONES EN TODA LA REPÚBLICA


Por Raúl González Rivera
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RIESGO DE SOCAVONES
EN TODA LA REPÚBLICA

Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Sin duda, el riesgo a que se susciten socavones está en todo el país.
Los montes y montañas que se desgajan, que luego de las copiosas lluvias dejan caer verdaderas montañas de escombros, acompañados de piedras, lodo y basuras, se constituye en una amenaza que suele acontecer, a sabiendas de que los vecinos transmiten sus sospechas a los timoneles del poder público.
Lo que ocurrió en el Paso Exprés, sobre la carretera que va de la Ciudad de México a Cuernavaca, sería la gota que derramó el vaso de agua. Y en una situación semejante, lo menos que debió haber ocurrido tras de registrarse el siniestro, en que además murieron dos personas, habría que darse casi simultáneamente la renuncia del secretario Gerardo Ruiz Esparza.
Empero, esto no sucedió. El cardenal de Comunicaciones y Transportes justificó que una acción semejante la dejaría en manos de quien lo nombró como colaborador del régimen federal, pues en su caso lleva 48 años ininterrumpidos de cobrar como funcionario público y, en el caso último, hay cuando menos una docena de funcionarios públicos que podrían quedar sin su empleo y de ser posible pagar con cárcel su osada obra al anunciar que ya estaba lista la rúa y que con el primer aguacero se derrumbó.
Es posible que la autoridad, cuando sólo recibe anuncios o informes en el sentido de que hay obras que podrían venirse abajo, los timoneles políticos se deciden a esperar que se desmoronen las edificaciones –que inclusive no cuentan con muchos años de haberse puesto a operar–, a involucrarse en alguna atención o tratamiento.
Vea usted que aquí en Xalapa los distribuidores viales de Circuito Presidentes y el otro de entrada al Arco Sur, sobre la carretera al puerto de Veracruz, exhiben marcadas fallas técnicas, como es el hundimiento entre una y otra losa, lo que en su oportunidad los trienios municipales de Ricardo Ahued Bardahuil y David Velasco Chedraui vieron y procedieron a realizar los parches que permanecen desde entonces, a costo de muchos miles de pesos, que se cargarían a los fondos que conforman la hacienda pública municipal.
Empero, los automovilistas dan cuenta del tronido que se deja escuchar al paso por dichos distribuidores, con una vida práctica que apenas rebasa la docena de años y que ya muestran de alguna forma algunos defectos de construcción, que podrían inclusive tener un costo verdaderamente alto para una ciudad como Xalapa.
No hay que olvidar que el puente sobre la avenida Lázaro Cárdenas, a un costado del Museo de Ciencia y Tecnología, se vino abajo al paso de vehículos cuyo peso no fue calculado por la empresa constructora, pero que jamás tampoco fue llamada a cubrir la reparación de rigor y a reconocer las consecuencias funestas, como fue el cobro de la vida de un camionero que circulaba por dicho puente al fracturarse y que cayera irremediablemente sobre el asfalto de la rúa mencionada inicialmente.
Por estar dichos distribuidores y puente sobre una carretera de administración federal, igual de producirse hechos o siniestros con costo de vidas humanas y daños cuantiosos financieramente, tendrían que cargarse a la abultada cuenta que queda pendiente de pagar al pueblo de México, el cardenal Ruiz Esparza.

Foto de Archivo del tramo caido del puente de entronque entre Lázaro Cárdenas y Murillo Vidal, en 2009

 

* SEPARAR LA BASURA,
INCIERTO Y ABSURDO

El ejemplo ya se practicó en la ciudad y obtuvo el más rotundo fracaso.
Ocurrió bajo la administración del alcalde Carlos Velasco, cuando desde su oficina de limpia pública y recolección de basura pretendió lo imposible, sobre todo en una ciudad como Xalapa, consistente en separar la basura en vidrio, cartón, latería y productos comestibles derivados de las frutas y legumbres.
El edil, salido de las trincheras priistas, fue convencido en aquel entonces, porque los xalapeños a los cuales nadie orientó ni preparó en el rubro de las basuras, para que pusiera en marcha un programa de separación de basuras, el cual seguramente en una ciudad o país con una alta civilidad y dominio cultural, además de tener amor por la naturaleza, seguramente semejante hazaña podía ser, pero en Xalapa, donde para toda actividad hay que marcarle el paso con señalamientos, banderines, mensajería, etcétera, es menos que imposible.
Sin embargo, el intento lo hizo el alcalde Carlos Velasco, viejo zorro de las cuestiones partidarias del instituto tricolor, pero que a la postre le acompañaría el más rotundo fracaso. A este programa se le añadiría el cultivo de hortalizas y otros productos herbáceos para el consumo de los hogares xalapeños, el que de igual forma quedaría sólo en proyecto.
Se cuenta lo anterior, porque numerosos trabajadores de la limpia pública dedican parte de su jornada de recolectar basuras a la separación de basuras por cuenta y riesgo de aquéllos. Ante las cargas salariales tan bajas que perciben los burócratas de la limpia pública, han inventado que tras la recepción de basuras, separar a éstas y brindarles una salida hacia el resto de comerciantes que gustan de adquirir porquerías para un futuro reciclaje. Un negocio que no es malo, pero que se realiza o promueve sin seguir ninguna medida sanitaria o de protección para quienes la realizan y sobreviven de ésta.
Sin duda, el de la basura es un problema de salud pública, finanzas y otros asegunes, que hasta ahora han imposibilitado prácticamente a la autoridad edilicia para dar una plena satisfacción a través de este complejo asunto, al grueso de una población que suele desesperar precisamente por las escasas condiciones de higiene en que transcurre un rubro tan sensible como es el de las basuras, su tratamiento y destino final.
Menos aun, que se pueda atender el ámbito de la separación de basuras, como suele pasar en cualquiera de las ciudades desarrolladas de los países europeos y que en el caso de nuestras ciudades aztecas, no deja de ser un penoso asunto sin aparente y pronta solución, tan sólo porque es cuestión de cultura o, en el peor de los casos, de un paso incipiente de una vida civilizada, con miras a que todos gocen de una salud mental y física a salvo de los contagios y enfermedades.

* CULPA TÉLLEZ MARIÉ A
FIDEL DE LA INSEGURIDAD

El titular de la Secretaría de Seguridad Pública, el señor Téllez Marié, en comparecencia con los diputados locales, advirtió que la violencia e inseguridad, las cuales han cobrado numerosas vidas humanas y pérdidas monetarias y materiales calculadas en millonarias sumas de dinero, aparecieron sobre tierras veracruzanas durante el sexenio que encabezó Fidel Herrera Beltrán.
La denuncia encuentra como soporte, a decir de Téllez Marié, en una declaración documentada que obra en poder de algunos fiscales norteamericanos, allá sobre suelo de los Estados Unidos.
Por supuesto que una denuncia de este tamaño expuesta ante legisladores estatales, atrae los reflectores de los cuatro costados de la entidad, aunque de hecho los hombres del poder en el momento que corre en estas tierras, ya lo habían advertido en diferentes momentos. Empero, nada nuevo se le ha sumado a este señalamiento que no deja de tener aristas que pudieran confirmar lo que el común sabe o que se trate de un tema con vistas a desviar la atención de la sociedad, en momentos cruciales, debido precisamente a la constante de muertes producidas por la violencia y por ende la inseguridad.
Un día, el entonces gobernador Miguel Alemán, al final de su gobierno, fue preguntado acerca de la incipiente inseguridad que comenzaba sobre tierras veracruzanas, y el personaje aludido respondería que «nosotros mantuvimos a raya a los delincuentes».
Así que ocurrió en los siguientes seis años, en que dicho fenómeno alcanzara numeritos verdaderamente preocupantes. Se desató la violencia y con ella el clima de inseguridad se asentó en tierras veracruzanas, espacio que se alargó los últimos seis años y que el régimen actual no deja de lidiar con las ejecuciones, las desapariciones forzadas, hechos a los cuales se ha sumado la ola de robos en casas habitación y asaltos callejeros, así como los atracos que se cometen ante los cajeros de las instituciones bancarias.
Un tema que causa alarma, sobre todo porque no pareciera darse el antídoto eficaz para su combate y erradicación radical de tierras estatales.
El arribo de los cuerpos de la policía federal, de la gendarmería nacional y los apoyos del ejército mexicano y la armada de México, siguen asestando importantes golpes a la delincuencia, pero esta última no se acaba.
La conformación de comités vecinales de seguridad, además de inoperantes, ayunos de una base constitucionalmente establecida para obtener su apoyo en las tareas de seguridad pública, se podrían asemejar a las defensas populares de Michoacán, empero, ya se sabe lo que va a pasar con ellas, cuando se registre el primer disparo de una pistola hecho por un engolosinado vecino, con ansias de convertirse en héroe, en un Agente 007 o un Superman. O si no que lo desdiga el doctor Mireles de Michoacán.
Y de cara al reto que representa un marcado crecimiento de violencia e inseguridad, el director de la SSP, Téllez Marié, confirma lo que el régimen de turno ha referido en diferentes momentos, en el sentido de endosarle toda la carga de la inseguridad que experimentan ocho millones de veracruzanos, al sexenio que encabezó el hombre de Nopaltepec, ex cónsul y ahora dedicado a la academia en Inglaterra, según se difundió en informaciones rendidas a la prensa nacional.

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