por Raúl López Gómez
Las diversas corrientes políticas que disputan el poder presidencial del país, en la realidad son muy corrientes, toda vez que hay que dar cuenta que el nivel de los políticos es del más bajo nivel en toda la historia de esta nación, porque la mayoría no leen, no escriben y poco pueden debatir en el asunto de la defensa de sus ideas y postulados.
Entre los legisladores de todos los colores, ya se hizo un circo subir a la tribuna para denostar a sus adversarios, por lo que todos se mueven en la supuesta pulcritud y las investiduras del poder sacrosantas como ha sido el estilo.
También como a los políticos, a los periodistas se les exige el más alto nivel del conocimiento y de la cultura, pero el reclamo es que quieren periodistas santos y que hasta le hagan de ministerios públicos, investigadores y hasta inquisidores.
En un mundo convulso, de ausencia de valores y de justificación o confusión de la ideología a como les va en la feria es algo distinto. Aquí hasta los ricos también lloran y más porque el nivel de obra pública en el caso del estado de Veracruz, anda al mínimo y no se logra reactivar desde el fatídico periodo del duartismo.
Por eso desde el periodismo, hay quienes han sido parte de vivir no sólo en la medianía sino en la pobreza y se convierte en sana costumbre, en aras de tener la anhelada libertad absoluta para poder estar cerca de las causas nobles que en este país, son parte del día.
La lucha por el poder político y económico conlleva a que la corrupción y la impunidad sean parte del sistema que se agota ante la imposibilidad de controlar inseguridad y delincuencia común.
El tema obligado en estos lares es el de la inseguridad, algo que lamentablemente nadie quiso ver antes y ahora es parte del discurso de crítica diaria.
En la realidad y en el espejismo que provoca confusión, mucha gente ya se está olvidando de los efectos del duartismo, y ahora desde los expertos que mueven a las redes sociales y las inercias mediáticas como profesionales del rencor y hacen tendencias inducidas buscando desprestigiar al oponente, en la realidad se provoca el efecto que pretende dar como resultado que los grupos priistas se reagrupen para tratar de recuperar el poder estatal, pero los daños colaterales han sido muchos y las consecuencias aun no se olvidan.
En el ámbito nacional, tres fuerzas estarán disputando la presidencia del país, entre el PRI, PAN y MORENA, cada quien con sus aliados y fines ideológicos, pero la gente se puede preguntar para que quieren el poder, para servirse o resolver pendientes, cuando el hartazgo dicen es el principal ingrediente que conduce las inercias de voto en los tiempos electorales.
Pero también hay que decirlo, ya se llegó al punto en donde como lo diría el economista español José Luis de Sampedro en sus grandes aportes y postulados sobre poder y democracia en su gran contribución al mundo, cuando decía en la metáfora, de que el pueblo puede llegar a cansarse a tal grado que con la conciencia elevada y el estomago vacío, cuando les pretenden inducir el voto con las viejas prácticas del dinero, la respuesta ha sido” en mi hambre mando yo”.
Redescubriendo al intelectual y activista político italiano Antonio Gramci (1891-1937) que acuño el termino de de “la sociedad civil” desde su reclusión a causa de la defensa de su ideología. Ahora ya las elecciones en México no se ganan con dinero y se ganan con propuestas. Aquí el piso ya esta parejo.
En el domingo de café, saludo tempranero al ingeniero Julio Cesar Melchor Beltrán, de la vieja guardia del movimiento de jornadas de vida cristiana en el puerto de Veracruz.
Después el dialogo siempre de alto nivel con el contador Carlos Manuel Aguirre Gutiérrez, ex rector de la UV, un personaje reconocido en los más altos foros de la intelectualidad de este país.
También se dio puntual saludo al arquitecto Miguel Angel Enríquez González, quien además de constructor se consolida como un gran artista de la plástica ya con vasta obra, sobre todo dedicada al paisajismo, así como al abogado Rodolfo Molina Santiago, quien junto con sus compañeros de la generación 1974-1977 celebraron el sábado 43 años de haber egresado de la Facultad de Derecho de la UV. Así las cosas.
EfACICO 