CON O SIN RELLENO SANITARIO,
XALAPA ES UN MUGRERO

Los habitantes de la congregación de Chiltoyac refieren que están arrepentidos de haberse dejado comprar sus tierras, porque si anteriormente algo gozaban era su ambiente aireado y saludable, porque ahora el famoso relleno sanitario se asemeja más al basurero que anteriormente operó sobre la antigua carretera a Coatepec y que fue sustituido para construir Xalapa su propio espacio receptor de porquerías.
Ya transcurrieron cuatro semanas que justamente el alcalde electo Hipólito Rodríguez pidió cuentas claras sobre el manejo del relleno sanitario, pues a nadie en Xalapa convence que se haya autorizado por parte de la comuna local, que se ampliara su explotación por otros 25 años, cuando nadie sabe tampoco en qué momento se llevó a cabo la convocatoria, licitación y entrega de la concesión a una supuesta firma empresarial.
El alcalde electo invitó a abrir una mesa de trabajo, a la cual democráticamente pudieran acudir xalapeños de la población civil, autoridades municipales actuales y por supuesto ediles del futuro inmediato, pues se les hace bastante sospechosa una ampliación de los permisos para que dicha concesión siga siendo explotada por quién sabe quién.
El alcalde Américo Zúñiga paró el golpe diciendo que todo convenio puede ser sometido a una revisión, pero ésta no llega. Y si es tan abierta la comuna municipal a hacer de su función una tarea escuchando al pueblo, lo menos que deberá anunciar es con pelos y señales porque el relleno sanitario está plagado de irregularidades en su manejo, el parque vehicular es tan viejo que todavía circulan los primeros camiones aportados por las comunas de don Rubén Pabello Acosta y Armando Méndez de la Luz.
La ciudad, como se sabe, es una de las más sucias y contaminadas de la entidad. No lo dicen sectores de la capital, sino membresías empresariales dedicadas a la investigación de los humos, tóxicos y agentes contaminantes, generados precisamente por un inadecuado manejo de la basura y, por ende, del pestilente relleno sanitario, una caricatura de los rellenos sanitarios que operan en ciudades como Madrid, en España, o París, en Francia.
Para vergüenzas ajenas, la ciudad carece de un botadero de basuras conforme a las más exigentes normas que rigen el manejo de basuras y desechos urbanos, amén de no contar de un parque vehicular con camiones recolectores al grito de la última moda en la materia, como por caso Zacatecas –para citar otra ciudad de la aldea nacional–, en donde su capital luce espléndida, su población es infinitamente menor a la que cuenta Xalapa, pero allá tienen 60 camiones que diariamente recorren el total de su municipalidad para recoger la basura y mantener siempre limpias sus calles, avenidas y colonias.
Dos ex alcaldes cuando menos, David Velasco y Elizabeth Morales, en un momento pretendieron privatizar los servicios de limpia pública, pero los poderosos intereses hacia los interiores de palacio municipal, los líderes charros y los políticos bisoños de siempre en la materia, se lo impidieron.
Una herencia maldita que en cada relevo constitucional de sus autoridades municipales recrudece y se avejenta es el que tiene que ver con la basura, un negocio de pocos al final del día, que al menos por lo expresado voz en cuello por el alcalde electo Hipólito Rodríguez, en el sentido de que se propondrá limpiar tan importante servicio público de las omisiones, corruptelas y los malvados políticos que con la basura igual han hinchado sus bolsillos con billetes mal habidos, en detrimento de la salud de los xalapeños. Esperemos.
* ESTADO DEPLORABLE DE
CARRETERAS COLINDANTES
Conforme pasa el tiempo el estado que exhiben las carreteras es muy deplorable.
Y lo más apremiante y grave es que las instancias del poder público de la jerarquía burocrática que usted quiera, también se hacen chiquitas para no responsabilizarse de nada. Éstas brillan por su ausencia, en tanto los automovilistas sufren severos daños en sus unidades automotrices, sin que nadie diga institucionalmente que las reparaciones correrán por cuenta de alguna de las cajas de caudales del sector público.
Mientras la SCT está atenta a cubrir sus errores cometidos con el socavón de Paso Exprés, el resto de las carreteras que existen en el país exhiben tramos extremadamente peligrosos para el tránsito de vehículos y personas.
El turismo deja de venir porque es meterse enmedio de una madeja de carreteras y calles de los poblados colindantes con hoyancos profundos, baches descomunales y que se agudizan y agrandan precisamente con las constantes lluvias de estos días y por supuesto la mala calidad de los materiales de construcción empleados en pavimentos y asfaltos.
Nomás por botón de muestra, basta citar que en las rúas de Xalapa a Dos Ríos y Xalapa a Banderilla comienzan a aflorar en borbotones los baches.
La supuesta nueva carretera Xalapa a Coatepec y que jamás ha recibido su «manita de gatos» tras de construirla el gobernador Rafael Murillo Vidal, igual prácticamente está inservible. El común de automovilistas salva un bache para caer en otro. Y así sucesivamente a lo largo de sus nueve kilómetros que separan o unen a la tierra de María Enriqueta con esta capital. Los escasos viajeros que turísticamente llevan a cabo este recorrido se van desangelados por las pésimas condiciones materiales de las rúas de Veracruz.
Jalcomulco es un poblado que en alguna etapa de su vida y como asiento de los atractivos que les genera el río que cruza el poblado, en donde se llevan a cabo las prácticas de los rápidos, que atraen a viajeros de diferentes partes de la república inclusive, ídem, una vez que sale usted de la carretera de Coatepec para internarse por espacio de veinte minutos en automóvil, con rumbo a esta municipalidad que está en la mira de los poderosos intereses de la firma empresarial brasileña Odebrecht, por obra y gracia de los políticos aztecas, y que se propone tomar como suyo el total del caudal de las aguas que fluyen por su río para transportarlas a la presa que se encuentra a medio construir en dicho lugar.
Empero, su carretera está repleta igualmente de baches de todas dimensiones.
Todo lo anterior, como una ampliación de lo que ocurre con las calles y avenidas de la ciudad capital y que empeoran conforme trascienden los días, pero de igual forma se convierte en una puerta que se cierra al paso de automovilistas que prefieren no exponerse a sufrir un inesperado ponche en alguno de los neumáticos de sus vehículos, o a tener que sufrir consecuencias mayores en la suspensión de sus coches.
* XALAPEÑOS ILUSTRES
AGUANTABA OTROS 50 AÑOS
Un ingeniero, cuya identidad nos reservamos porque necesariamente lo correría el ayuntamiento municipal, subrayó lo dicho en este espacio, en el sentido de que el pavimento que ha sido destruido en el tramo de la calle Xalapeños Ilustres, que se ubica entre la avenida de Insurgentes y Carrillo Puerto, no debiera haber sido destruido, ya que era el más sólido de la ciudad y podía durar otros cincuenta años seguramente.
La obra que se realiza es innecesaria técnica y materialmente.
Sus vecinos le habían advertido al ingeniero enviado por la comuna para echar abajo toneladas de concreto perfectamente compactado hace más de sesenta años y que proseguía siendo fuerte, sólido y no fácil de destruir tramo por tramo.
En una ciudad que exhibe y está repleta de baches y hoyancos a los cuatro costados de la ciudad, el grupo de especialistas contratados por el Cabildo municipal coincidieron en incluir dentro de su programa de movilidad urbana, que había que transformar el corazón de la otrora Atenas veracruzana. Cambio que, a decir del grupo de expertos, está por culminar y con el cual tres de cada cuatro ciudadanos no lo aprueban. Porque cambiaron el asfalto por pavimento de cuadritos y siguen colocando postecitos a sus costados, pero las fachadas de edificios y las escasas viviendas que quedan en el centro siguen igual. No tienen formas. No hay armonía entre una y otra construcción y si el resto de la capital confronta una mayoría de sus calles y avenidas en un pésimo estado.
Artistas auténticos de la arquitectura y la antropología, destacan que Xalapa es una ciudad que pudiera decirse que carece de edad, si así se tratara de identificarla por sus formas y construcciones, pues no es antigua, no es colonial y tampoco moderna.
El resto de nuestras calles, en este momento enfrenta la mayor cantidad de baches jamás vista, lo cual se refleja en la constante de enojos y condenas de los automovilistas y transportistas que por ellas transitan cotidianamente.
Bastaron unos días de abatirse lluvias copiosas para aflorar la pésima calidad de los materiales utilizados en el pavimento y el asfalto de las arterias públicas y, por obviedad, ponerse al descubierto los índices de corrupción en que en su momento incurrieron administraciones municipales, ex alcaldes y ex regidores corruptos, quienes ordenaron la realización de obras materiales pero inflando sus costos o disminuyendo la calidad de los materiales de construcción en el pavimento o asfaltado de las calles de la ciudad.
Empero, los pavimentos más sólidos, que pudieron aguantar otro medio siglo cuando menos, se encontraban obviamente sobre la calle de Xalapeños Ilustres, Enríquez, Ávila Camacho y 20 de Noviembre, pues el resto se encuentra tan erosionado como cráteres se le avistan a la luna a través de las imágenes que suele recoger periódicamente el equipo de telescopios de la Nasa y otras agencias de investigaciones científicas.
