* OJO CON LAS RATAS DE DOS PATAS Y CENTROS DE ACOPIO


Por Raúl González Rivera
*
El sismo dejó 628 desaparecidos, desde ayer 
no se les ha vuelto a ver. Son los 500 diputados 
y 128 senadores. Si alguien los localiza, 
recuérdenles que: LA PATRIA ES PRIMERO!!!

* PRIISTAS, EN EL ABSOLUTO
RIDÍCULO FRENTE A LA TRAGEDIA

Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

En realidad, no hay nadie que le diga al líder Renato Alarcón Guevara que dejen los socios de su partido de hacer el ridículo y desistan de andar anunciando la apertura de centros de acopio, con la supuesta intención de ayudar a los damnificados del sismo en la CDMX, Morelos, Tlaxcala, Puebla, Oaxaca y Chiapas, y en su lugar se desprendan de las millonarias prerrogativas que reciben de los contribuyentes mexicanos, en esta hora de materializar los apoyos con quienes se encuentran en la seria encrucijada de no saber cuál será su inmediato porvenir.
Los partidos políticos, como la mayoría de los perfumados políticos de los diferentes niveles de gobierno, se han concretado a incurrir en la odiosa declaracionitis, haciéndose partícipes o invocando condiciones y sensibilidades inexistentes, sobre todo en numerosos de los próceres usufructuarios de las nóminas más abultadas que paga el erario público en este país.
El ejemplo impuesto por miles de mexicanos, de todas las edades, condiciones sociales, credos religiosos y profesiones, en las calles de la ciudad de México, y que a brazo partido con sus manos ayudaran a despejar de pedruscos y escombros las edificaciones derrumbadas, debió haber prendido en el ánimo de los líderes de partidos políticos y no lo hicieron. Júrelo usted que en 2018 sus liderazgos se derrumbarán a semejanza de las construcciones que lamentablemente se vinieron abajo con el temblor ocurrido el fatídico 19 de septiembre.
Con seguridad que en los sitios de la tragedia, como aquí en Veracruz y el resto del país, los partidos serán condenados al ostracismo.
Y si alguna expectativa de salvación tienen los dueños de los membretes partidarios, tendría que ocurrir con la entrega de sus prerrogativas de todo el año del proceso electoral a la causa de la reconstrucción en los espacios donde se produjo la desgracia.
Renato Alarcón, apenas anteayer, anunció que el PRI veracruzano se solidariza con las víctimas del terremoto, pero no más. Y luego advertiría que se abrió un centro de acopio. Por favor, quién va a confiar en hacer sus donativos en un partido que alguna vez fue de masas y hoy se ha convertido en hazmerreír de todos cuantos avistan que el millonario membrete, a la fecha, no ha soltado un peso en favor de los damnificados.
Inclusive se presumía que así como Enrique Ochoa Reza ha mostrado su indignación con todo cuanto a su alrededor ocurre y que afecte al PRI-gobierno, bueno, igual, que se rebele y condene la negativa de Lorenzo Córdova Vianello, quien frío, insensible y calculador simplemente soltó a Andrés Manuel López Obrador una advertencia criminal: que si un partido destina dinero para damnificados, estaría violando la ley federal electoral y se expondría a una severísima sanción.
Si esto lo sabe Renato, también que se rebele contra su amo nacional, porque sabe bien que un centro de acopio de la maquinaria tricolor en la ciudad capital de Veracruz será de tan lastimosa imagen para su membrete que más valiera seguir tuiteando y mandando mensajitos de respaldo a la causa de los damnificados, total, que nadie los lee ni se los va a creer.

* MERCADO SAN JOSÉ,
VIEJO COCHINERO

Uno de los mercados de abasto alimentario emblemáticos de la ciudad es el mercado Alcalde y García, más conocido como San José, y que mucho antes de que abrieran puertas los supermercados en la ciudad de Xalapa, fuera el principal centro al cual concurrían familias completas para realizar sus compras cotidianas, semanales y quincenales.
Sin embargo, conforme pasó el tiempo, igual, el entorno del mercado en cuestión se convirtió en un cochinero al cual los timoneles políticos de la capital, cada tres años intentan cambiarle su fisonomía e imagen, lográndolo a medias, pero en su mayoría incurre en el error de dejarlo trascender sin ordenar el mínimo de su vigilancia, ordenando a sus locatarios y prohibiendo que los mercaderes informales se aposten en su entorno.
Cuando está por concluir gestiones otra administración municipal, igual los mercados que quedan en el corazón de la ciudad adolecen de la inspección sanitaria de rigor, un inocultable fenómeno, porque sus banquetas y arterias se repletan de vendedores ambulantes, montañas de basuras y porquerías con que se nutren roedores y otras alimañas que se anidan y encuentran una vida «confortable» entre los muros y atarjeas de los edificios que albergan estos mercados.
San José adoptó dicho nombre porque a un costado de su edificio se yergue la iglesia con tal identidad, una de las más antiguas de la ciudad o una de las más viejas y cuyas formas en el escenario de la arquitectura son de las más bellas y estéticas.
Al otro costado se ubica una construcción histórica, que por ser la sede de los campesinos organizados en la CNC no tiene mayor trascendencia en el grueso de la sociedad, sin embargo es uno de los pilares de las edificaciones que han dado la vuelta al mundo a través de las postales y gráficas.
Sin embargo, en inmediaciones del mercado San José no hay un agente de tránsito del estado que ordene el tránsito y el constante aparcamiento de camiones de redilas y camionetas procedentes de los estados de Puebla, Tlaxcala y Edomex, en doble y hasta triple fila, convirtiendo dicha área en un espacio característico de las rancherías más abandonadas de la entidad y el país.
Es decir, resulta muy complejo avistar que en alguno de los trienios del pasado haya puesto orden donde no lo ha habido.
Sin duda, son los mercados de alimentos básicos edificaciones que cubren de una u otra forma una página interesante en el abasto de productos básicos para consumo de la sociedad, pero también cubren una página en el devenir histórico y público de la familia en común y todo un pueblo, la aldea xalapeña, como la identificaba el extinto gobernador Agustín Acosta Lagunes.

* OJO CON LAS RATAS DE DOS
PATAS Y CENTROS DE ACOPIO

En países como Rusia, Corea del Norte o China, las ratas de dos patas que roban alimentos básicos, enseres domésticos y ropa, en situaciones de tragedia, en este caso por un terremoto, pasarían por las armas, es decir, tendrían que ser sometidos bajo fusilamiento.
Robar donativos que supuestamente van a ser transportados a las zonas del desastre, entraña o constituye un acto criminal que merece el más determinante ajuste de las sanciones y castigo.
Esto se refiere, porque en Xalapa han aumentado considerablemente los espacios en donde se están instalando supuestos puestos receptores de donativos en especie, lo cual en apariencia se hace sin seguir un orden ni atención a ningún protocolo y que inclusive se asegura que de manera criminal se están abriendo centros de acopio en diferentes áreas de la ciudad.
Centros de acopio que nadie sabe si realmente están allí o se abrieron exclusivamente para que algunos vivales roben los apoyos que xalapeños bien intencionados han estado acudiendo a dichos espacios, para hacer la entrega de víveres y otros productos de consumo doméstico, pero que algunos ajenos o manos viles y deshonestas estén desviando la ayuda humanitaria hacia otros fines y con objetivos inconfesables y nunca de auxilio y apoyo a los que enfrentan directamente las consecuencias del terremoto.
Se considera que de manera urgente o emergente haya la autoridad que puntualice quién autoriza la apertura de centros de acopio, amén, por supuesto, de que ya es momento para que los grandes consorcios empresariales se hagan presentes en las zonas de la tragedia con las entregas de rigor, para salvaguardar la salud y la recuperación de quienes urgen de contar con agua, víveres, medicamentos, sábanas, cobertores y ropa de vestir, porque la población civil ha hecho lo suyo con un gran sentido de solidaridad y apoyo. Pero ninguna aportación sobra, sino todo lo contrario.
Nos refieren voces que viven de cerca la tragedia desde la ciudad de México, que toda aportación se vuelve necesaria ante el tamaño del problema, que no sólo debe su registro a la CDMX sino que igualmente se dio en otras entidades más del interior del país, en donde los apoyos y los instrumentos para el rescate de presuntas víctimas y que siguen vivas bajo los escombros, están siendo de una importante necesidad.
Ojalá las autoridades que supervisan entradas y salidas a nuestras ciudades y puedan percatarse del excesivo número de los llamados centros de acopio, si son auténticos, porque mucho se viene difundiendo en redes sociales que el dolor y muerte de muchos están siendo aprovechados por ratas de dos patas para su provecho exclusivamente personal.
Lo que de ninguna forma se vale, que los ladrones –afortunadamente una minoría– jueguen con el dolor de la gente y la necesidad que demandan justamente los miles de compatriotas que duermen sobre las banquetas de las calles y perdieron todos sus bienes patrimoniales. Y en algunos casos la vida de sus hijos, sus padres, demás familiares y amigos.

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