Por Adolfo Roberto Pérez Valdés

En estos días abundan propuestas para aliviar el dolor y reparar las pérdidas materiales, que causaron los desastres naturales en nuestro país. Y muchos planteamientos tienen que ver con los agravios a que somos sometidos, desde hace decenios, por el régimen político que padecemos sin que importe aquí la llamada Alternancia.
En el artículo del colega Ruperto Portela Alvarado hay una muestra, cito el enlace del blog EFACICO:
Pero vale la pena dimensionar los desastres de hoy 2017 con los del pasado 1985. La fecha es coincidente, y también lo es que el régimen tenga la misma extracción partidaria. Treinta y dos años pasaron y la Dictadura Perfecta (acertado calificativo de Vargas Llosa) permanece. Y al parecer ahí seguirá. De nada valió una pretendida alternancia, está claro que ha sido un engaño magistralmente urdido por régimen dictatorial.
Esta Dictadura Perfecta está positivamente sancionada por la Alta Jerarquía Eclesiástica Católica representante del Imperio Teocrático de El Vaticano. Y eso cuenta mucho para los Criollos Contemporáneos que administran esta miserable república.
La nación está colmada de pobres, son millones cuyo diario vivir es la carencia crónica de todo.
Son muchos los mensajes de las redes sociales que demandan el fin de la opulencia de quienes se sirven del poder. Es un fenómeno de CATARSIS que conoce bien el poder y sus representantes, en el pasado lo ha enfrentado y hoy lo hace de nuevo. Sabe el régimen dictatorial que dicho fenómeno es pasajero y vendrá el OLVIDO.
Esto se verifica en los presupuestos antropológicos de Oscar Lewis incluidos en su llamada CULTURA O SUBCULTURA DE LA POBREZA.
Cito algunos:
Dicha cultura o subcultura surge de la conquista imperial, en la cual los conquistados son mantenidos en una situación servil que puede prolongarse a lo largo de muchas generaciones.
Los pobres tienen:
- Además un escaso sentido de la historia.
Precisamente, este rasgo de la servidumbre y de la pobreza determinará que el régimen permanezca como hasta ahora lo ha hecho. Los pobres y su síndrome de vida, van a olvidar en meses venideros mediante el engaño que esa estructura del poder buscará su permanencia. Desde el siglo 19 y 20 ha sobrevivido, con las bendiciones de El Vaticano cuyos intereses siguen a salvo.
Invitaría al lector a ver con mayor detalle el tema de la Cultura de la Pobreza en:
