EN XALAPA Y COATEPEC,
CONTRA EL GASODUCTO
Ningún otro Cabildo ni los alcaldes de Emiliano Zapata como Coatepec firmaron ninguna autorización para que se introduzca el ducto que cruzaría tres municipalidades hasta conectarlo a las industrias que debieron haber pagado millonadas de pesos para recibir en el futuro gas natural, que a manera de justificación, se dice por parte de los ediles capitalinos, que ningún riesgo se correrá que atente contra la salud y la seguridad pública.
La especie les cayó como balde de agua fría en sus espaldas y por ningún concepto aceptarán semejante proyecto, porque a sus gobernados en su oportunidad prometieron que no permitirían ninguna entrada de ductos en sus ciudades.
El proyecto consistente en introducir ductos que permitan el paso de gas natural para satisfacer las exigencias de reconocidas firmas industriales, una de ellas el refresco de cola más combatido por las consecuencias que incide en la salud de los consumidores gracias al exceso de azúcar que ingieren con sus bebidas, cruzaría los municipios de Emiliano Zapata, Xalapa y Coatepec.
De inmediato el ex alcalde José Manuel Sánchez Martínez confirma que por ningún concepto su administración aprobó semejante proyecto. Y cree que tampoco lo hizo Emiliano Zapata. Si Xalapa lo hizo, deberá responder a sus representados, los cuales a todas luces rechazan siquiera la manipulación que hace el ayuntamiento de la ciudad, diciendo que es el Cabildo quien autorizó esta monstruosa obra.
Lo cierto es que aunque de manera incipiente la ciudadanía local está por afirmarse en una organización de rechazo, protesta y condena para reconocer un proyecto, que jamás fue llevado a la mesa de los debates como lo habría propuesto el ex diputado federal Uriel Flores Aguayo, quien en su oportunidad pudo levantar el consenso de miles de xalapeños, que de antemano reprobaban una obra de semejantes condiciones.
El ducto cruzaría por espacio de doce kilómetros longitudinales en la ciudad de Xalapa, volviendo a destruir los pavimentos de medio centenar de calles y avenidas, con lo cual no están de acuerdo los auténticos xalapeños, quienes aseguran que los políticos mienten al anunciar que un servicio de esta magnitud cuenta con la aprobación del pueblo.
Todos quienes están en desacuerdo con este proyecto, refieren que no dudan por ningún minuto y concepto que se trata necesariamente de un compromiso pactado por los políticos, pero nunca que se trate de una obra que haya captado sobre todo el interés y los apoyos populares. Inclusive, se asegura que algunos de los ediles del Cabildo xalapeño ni siquiera estaban enterados de que se había asumido su voto, para anunciar más tarde en un boletín informativo que lo habían acordado por unanimidad de votos.
A ciencia cierta, nadie ha podido explicar cuáles son los supuestos beneficios que acarreará a la ciudad que por debajo de sus pies atraviesen sendos ductos cargados de gas natural –se dice–, pero que a nadie consta que dicho servicio destinado para dos firmas industriales avecindadas en suelo de Coatepec, sean o vayan efectivamente en ese sentido.
Con oportunidad, el titular de la SIOP, Julen Rementería, un personaje confiable para la sociedad veracruzana, sobre una expectativa semejante dijo que el gobierno del estado se deslinda de las autorizaciones de rigor, con el fin de hacer cepas para pasar un ducto por tres importantes municipalidades como son Emiliano Zapata, Xalapa y Coatepec.
* ENTRE 19 MIL TAXIS,
TAMBIÉN HAY CLONADOS
El taxi se convirtió en esta capital en un sucio negocio que, obviamente, partió de los políticos que vendieron concesiones como arroz en la tienda de la esquina, improvisando conductores y concediendo asimismo que prestadores de servicios a pasajeros de Tlalnelhuayocan, ahora de Naolinco, Banderilla y Las Trancas, también circulen las calles de Xalapa.
Por supuesto que el gran negocio lo hicieron ex funcionarios públicos de los dos últimos sexenios.
Ofertaron concesiones en cascadita, al grado de que ahora en esta capital circulen 19 mil unidades del taxi. Por ello los congestionamientos viales y la constante de siniestros y demás accidentes en que incurren precisamente los improvisados conductores del taxi, ineficientes, sucios, malolientes y que imponen las tarifas que más les viene en gana, mucho antes que obedecer a algún padrón, un registro o una cuota fija.
¿Por qué se envileció o transformó el taxi en un pésimo servicio a los usuarios? Es la pregunta que nadie se atreve a responder, pero que ha querido encontrar alguna solución con el registro que recientemente se llevó a cabo, con la mira de saberse quiénes son los concesionarios, con qué choferes se arropan en la prestación del servicio, para lo cual inscriben su número de concesión y a cambio obtienen la certidumbre jurídica de que portan placas y un tarjetón que deben exhibir al público usuario en el parabrisas del vehículo en cuestión.
Lo grave comienza cuando hasta cuatro unidades con el mismo número económico, pero sin placas, circulan al mismo tiempo. Es decir, que hay los perversos que clonan taxis y que transitan o corren sus automotores por las calles de Xalapa sin ninguna restricción, menos temores de que los vayan a detener patrulleros de tránsito estatal o los sagaces motociclistas que la hacen de policías viales.
Las plazas colindantes gozaban de los suficientes o justamente necesarios taxis, como era en San Andrés Tlalnelhuayocan, desde donde ahora sus mil quinientos taxis se desplazan hacia Xalapa, donde dicho imperio de transporte público tiene su doble asiento de servicios a la comunidad sumando l9 mil taxistas cuando menos, además de los que empiezan a llegar de la ciudad de Naolinco de Victoria a linderos de Xalapa y Banderilla.
Por supuesto que todos se reclaman entre sí, una competencia desleal, pues a todas luces también las exigencias de usuarios son menores, con todo y que Xalapa frisa en los seiscientos mil habitantes. Además el taxi que circula en la capital es malo, sus unidades en números aplastantes son latas de sardinas pestilentes y generalmente sucias. El costo por dejada queda al arbitrio del perverso chofer que cobra lo que quiere, total, que nadie lo vigila y cualquier queja interpuesta telefónicamente en las oficinas centrales de la dependencia vial, se va al cesto de la basura.
La idea de meter a todos los taxistas en un padrón habría de ser para regularizar su ejercicio, con número económico, portación de placas y una bien realizada distribución de zonas para la prestación de su servicio a los usuarios de Xalapa, primeramente. ¿Qué le parece?
* CONVICCIONES, PROVOCAN
RENUNCIAS EN EL FRENTE
Se anuncian salidas importantes de líderes partidarios que no congenian con el mencionado Frente Ciudadano, porque aunque no lo crea usted, hay líderes y socios que se sienten defraudados con la integración de aquél y argumentan que si hay los asociados sin convicciones, otros sí las ostentan y con singulares muestras de orgullo.
Tenía que ser.
No es fácil encontrar convencidos albiazules que reconozcan la presencia de perredistas en su amasiato. Todo menos esto último. Lo sostienen quienes no juegan cartera alguna en el escenario público, pero que gustaban de acudir a las urnas electorales y votar por uno de los candidatos del membrete conservador en cuestión.
Otros aseguran que a los líderes Ricardo Anaya, Alejandra Barrales y Dante Delgado les vale un soberano cacahuate que las ideologías se mezclen como la basura en los rellenos sanitarios, con plásticos, cartones y vidrios.
De tal suerte que la renuncia de Mariana Moguel y Esthela Damián a los liderazgos del PRI y MC en la ciudad de México, retumben a los cuatro costados de la república, pues se trata de dos damas comprometidas con las causas sociales y que a manera de justificación, ambas damas justifican su salida de la conducción de ambos membretes en la otrora capital del país, por cuestiones que tienen que ver con sus convicciones, la pregonada democracia difundida por los dueños partidarios y el encontronazo que representa el Frente Ciudadano para muchos de sus cuadros principales.
En el caso de Mariana Moguel, había conseguido que las escasas agrupaciones priistas que todavía quedan en la Ciudad de México prometieran realizar una tarea de fondo, con el fin de recuperar muchos de los espacios que el viejo régimen perdió desde hace un cuarto de siglo y que siguen sin poder recuperar.
Por su parte, Esthela Damián, dirigente de Movimiento Ciudadano en la CDMX, confió en una carta de despedida a dicho membrete, nunca haber estado de acuerdo en unirse al Frente Ciudadano, porque lo menos que hubiera imaginado siquiera, que fuera a participar al lado de cuadros panistas en la actividad pública. E inclusive que mucho de esto obviamente desconcierta a huestes que han seguido por años a los albiazules y ahora les dicen que también podrán levantar el dedo de su mano derecha por los futuros candidatos Alejandra Barrales y Ricardo Anaya.
Ciertamente, en la conformación del mencionado Frente es posible que los cuadros de mando se hayan equivocado creyendo que las trincheras de los partidos integrantes van a seguir a ojos cerrados a sus órdenes, cuando en las filas de las tres representaciones partidarias hay miembros y simpatizantes de probadas convicciones a una y otra sigla partidaria.
Es decir, que no pocos habrán de cambiar el rumbo de su voto a la hora de emitirlo en favor de candidatos, tan sólo porque consideran que o es una sonora bofetada o mofa la que recibieron, siendo que hay militantes de una acrisolada convicción por el partido de sus aspiraciones. Y que sus líderes Ricardo Anaya, Alejandra Barrales y Dante Delgado han burlado a la manera de los toreros en la Plaza México, en un día de fiesta dominical. Por favor.
