
Texto/Imagen:
L.C.C. Mario Jesús Gaspar Cobarruvias *
ING. Luis Manuel Villanueva Garza **
DERECHOS RESERVADOS
El 28 de marzo de 1600 el virrey don Gaspar de Zúniga Acevedo y Velasco, conde de Monterrey, emitió la real provisión que otorgó Título de Ciudad al pueblo de Buitrón –también conocido como Ventas de Buitrón- fundado hacia 1567, renombrándolo y fundando así la ciudad de Nueva Veracruz, que con el tiempo se conocería solo como Veracruz, siituada en los arenales frente al islote y fortaleza de San Juan de Ulúa. En los siguientes 220 años, mientras crecía la ciudad, el abastecimiento de frutas, hortalizas y carne fue cubierto por pueblos, haciendas y rancherías externos.
Una de estas haciendas dedicada a la crianza de ganado en la jurisdicción de la Nueva Veracruz y llamada San Ildefonso Buenavista, en 1695 era propiedad del capitán Salvador Fernández Marín y se ubicaba al suroeste, en la zona que hoy se conoce como Tejería. En el siglo XVIII constaba de 3.400 hectáreas para dos sitios de ganado mayor y colindaba con el rancho Malibrán y la hacienda del Mayorazgo de Santa Fe. Sus terrenos se caracterizaban por estar cerca de un cuerpo de agua conocido como la «Laguna Pancha» o Ciénega de Buenavista, al pie de un enorme médano con pastizales que se eleva a 58 metros sobre el nivel del mar. Desde el que se domina visualmente un amplio territorio a la redonda y era llamado Loma de Buenavista en el siglo XVIII.
Entre 1701 y 1713 el continente europeo se vio envuelto en la Guerra de Sucesión Española cuando al morir el rey Carlos II son dejar descendencia en noviembre de 1700, el control del imperio español fue disputado por las dinastías reinantes de los Borbones y Habsburgo. La guerra finalizó con el triunfo de los primeros, su candidato que se coronó como Felipe V desde 1700 resistió con apoyo de Francia a la alianza encabezada por Inglaterra y respaldada por Austria y los Países Bajos. Con la firma del Tratado de Asiento el 26 de marzo de 1713 y ratificado por los de Utrecht de 1713 a 1715, se logró poner fin por unos años a la enconada enemistad entre España e Inglaterra por la hegemonía europea. Así se permitió establecer el primer asentamiento de ingleses oficialmente autorizado por la corona en tierras de la Nueva España.
El gobernador de la provincia de Veracruz, Gonzalo Gámez Mexía les arrendó por un plazo de 30 años un rancho de la hacienda de San Ildefonso Buenavista, cuyo dueño en ese año, Francisco Arias Viveros, lo había adquirido en subasta pública en 1699. El sitio contenía su laguna de aguas estacionales en la parte baja y la mencionada loma de más de 50 metros de altura a casi 9 kilómetros al suroeste de la ciudad amurallada de Veracruz. Así se estableció una factoría y casas que se entregarían al propietario al finalizar el arriendo. En 1715 arribaron en el buque «Elizabeth» el factor en jefe Catlin Thorowgood; el contador Thomas Bedell; el cirujano David Patton y los factores subalternos Wiliam Clarke, John Newton y John Strode.
Parte de su personal cuidaba esclavos negros y mercancías para su venta, mientras que otros viajaban a la ciudad de México como comerciantes. Sin embargo, la mutua desconfianza entre ambas naciones causó repetidos conflictos en 1717, 1727 y 1737, que llevaron a su fin la concesión otorgada a los ingleses, que finalmente se marcharon en 1750.
Es muy posible que en los años de su estancia en tierras veracruzanas hayan construido el Molino de Viento con diseño, licencia y mano de obra novohispanas, pues estaban autorizados a sembrar y procesar sus propios productos para subsistir ellos y sus esclavos negros.
A pesar de que era una tecnología bien conocida desde el siglo XII, por razones que no se han aclarado hasta la fecha, los españoles casi no la exportaron al Nuevo Mundo. Donde en cambio predominaron los molinos movidos por la fuerza del agua y animal. Por su parte, Inglaterra y Holanda la implantaron a gran escala en sus dominios del Mar Caribe. Sirven de ejemplo las islas de Antigua, Granada y Barbados, en donde construyeron más de 500 molinos de viento para la producción y exportación de caña de azúcar.
El molino de viento pudo ser un intento español de corregir esa deficiencia al escoger un sitio muy propicio para captar los fuertes vientos del norte y noreste en los meses de otoño a primavera. Aunque pudiera tratarse también de una concesión a los ingleses, que eran aliados temporales del Imperio Español en esos años. La documentación referente a ese periodo es muy escasa en el Archivo Histórico de la ciudad de Veracruz y en el Archivo General de la Nación en la Ciudad de México.
LA EXISTENCIA COMPROBADA
De 1735 a 1754 el rancho estuvo sujeto a procesos de litigios de propiedad y al marcharse los ingleses, no podía usarse hasta que se resolvieran las causas. Debido a que las tierras debieron medirse, el Molino de Viento está plenamente identificado al menos desde la primera mitad del siglo XVIII en diversos documentos. Uno de ellos es el MAPA DE CAMINOS DE CERRO GORDO Y HACIENDA SAN ILDEFONSO BUENAVISTA, VERACRUZ trazado por Manuel José de Árboles en 1748. En este documento que se puede consultar en el Archivo General de la Nación de la Ciudad de México, aparece descrito en lo alto de una loma y en vista frontal bien proporcionada a su tamaño real, con todos los elementos arquitectónicos de un molino de viento europeo de cuatro aspas y sin ningún elemento de las torres militares de la época.
El famoso ingeniero militar español Diego García Panes lo visitó y lo menciona en su obra DESCRIPCIÓN DE LOS CAMINOS QUE DESDE LA PLAZA DE VERACRUZ SE DIRIGEN A MÉXICO POR DISTINTOS RUMBOS publicada en 1783:
«Desde Buenavista tomé por la izquierda camino ancho, terreno duro, y por loma que va subiendo suavemente hasta lo alto en el paraje donde hay un molino de viento arruinado» (García Panes, 1783:19)
También en el Archivo General de la Nación, existen dos documentos firmados en el año de 1802 por el señor Miguel María Márquez, que arrojan datos muy importantes sobre el molino de viento. El primero es del 13 de enero de 1802 y se titula HACIENDA SAN ILDEFONSO BUENAVISTA. VERACRUZ y señala la ubicación del edificio en el Médano del Molino y confirma el mapa de 1748 con la laguna al pie de la Loma de Buenavista.
El segundo se titula PLANO TOPOGRÁFICO DE LA HACIENDA DE BUENAVISTA y está fechado el 19 de enero de 1802 por el mismo autor y es el que ofrece los datos más concluyentes sobre el Molino de Viento y su nombre. Es un documento de linderos de propiedad, por lo que refleja lo existente en ese momento:
Que ya desde el año de 1802 se le conocía con los nombres de Torreón del Molino, el Molino de Viento o el Molino y no con nombre de Atalaya de la Tejería o alguna fortificación militar.
Destacando que por su elevada posición servía como punto de referencia geográfica a los viajeros que salían o regresaban a Veracruz. Al ser un edificio único en su tipo, no se le describe como un molino de viento, sino como el Molino de Viento.
Desde su puerta oriental se podía ver la ciudad de Veracruz y sus principales edificios altos como el caballero alto de San Juan de Ulúa, las torres de campanario de los conventos y la torre de reloj del palacio municipal. Lo anterior confirma lo mencionado en 1805 por el arquitecto Luis Martin, de que existía tradición de que la loma del Molino de Viento era visible desde el barrio del Cristo, situado afuera de la ciudad amurallada (Pobblet, 1992:42). Esto fue comprobado con reconocimiento fotográfico y cálculo matemático por los autores de esta investigación el 17 de abril de 2022.
Se muestra al Torreón del Molino representado fielmente en lo alto de la Loma de Buenavista. Destacan dos aspectos de precisión topográfica y visual: la loma muestra sus dos cimas y el edificio en casi tres dimensiones, revelando su aspecto inconfundible de molino de viento de cuatro aspas, solo variando el estilo del diseño de las aspas. No se ilustra una torre de atalaya ni puesto de vigía ni batería de cañones. El nombre queda confirmado dos veces al señalar la Ciénega del Molino y la Loma del Molino.
En la leyenda explicativa del plano topográfico, se ratifica que el Torreón del Molino es un molino de viento no sólo a través del nombre, sino también a través de la representación iconográfica del mismo y no un edificio militar o religioso. Esta figura de cuatro aspas se podrá encontrar como indicativo en distintos mapas del período entre 1800 y 1810.
NO ERA TORRE DE VIGÍA
Otros documentos de tipo militar como la RELACIÓN CIRCUNSTANCIADA DEL ESTADO DE LAS FORTIFICACIONES EXISTENTES EN LA PLAZA DE VERA CRUZ, SU COSTA Y SU CASTILLO DE SAN JUAN DE ULÚA (AGN, Hacienda, c. 347-5.), escrita por el también famoso ingeniero militar español Miguel del Corral el día 30 de junio de 1783, revelan que el Torreón del Molino no está incluido ni mencionado como parte del sistema defensivo que abarcaba la ciudad amurallada de Veracruz, la fortaleza de San Juan de Ulúa y una serie de barracones y baterías de cañones próximas a la costa.
Esto demuestra que la idea tan difundida y popular en lw población de Veracruz, de que haya sido construido desde su inicio como torre de vigía contra los piratas (sólo en el siglo XVII, pues en la siguiente centuria la principal amenaza era la armada inglesa) , carece de todo sustento. Pues no aparece ni es descrito en ningún otro informe militar del periodo virreinal (1535-1821). Miguel del Corral no lo cita en sus numerosos informes de 1775, 1785 y 1793, donde incluye los puestos de vigía costeros a barlovento de Veracruz, hechos para prevenir los desembarcos enemigos en las costas de la provincia de Veracruz, tan despobladas y desoladas en esa época.
También se confirmó que no era una de las torres de atalaya construidas a partir de 1762 por la emergencia causada por la captura inglesa de la ciudad y puerto de La Habana. Ni que sirviera al regimiento de Lanceros de Veracruz defendiendo el camino real de Veracruz a México, pues el Torreón del Molino además de que ya existía antes de ese año, no se localiza a orillas del camino real de Veracruz a México por las rutas de Xalapa-Perote y de Córdoba-Orizaba. Sino a bastante distancia cuesta arriba de un ramal que une los dos caminos reales, entre los puntos de Santa Fe, La Tejería y el camino hacia los pueblos de Jamapa y San Diego (hoy Soledad de Doblado).
Esto tiene su explicación: la Loma de Buenavista se localiza casi 10 kilómetros tierra adentro y es totalmente inútil para la defensa costera, pues el Torreón del Molino debido a su pequeño tamaño, no puede montar cañones de alcance medio o grueso y apenas se alcanza a divisar el mar. En caso de ser militarizado, su única utilidad sería únicamente como observatorio hacia el ejército enemigo cuando este hubiese ya desembarcado y adentrado a través de la serie de lomas y médanos grandes que caracterizan la región cercana al Molino. La cual en los siglos XVIII y XIX estaba casi deshabitada a causa del clima insalubre y las lagunas que podían convertirse en ciénegas intransitables y llevas de enfermedades.
Tampoco se han encontrado informes de su utilización militar y de que haya recibido guarnición durante la Guerra de Independencia (1810-1821) y tampoco de que hubiera sido sitio de combates, hechos heroicos o sucesos notables para la historia de México, como sí en cambio sucedió con la firma del Plan de Casamata en el viejo depósito de pólvora construido en 1649 en una loma mucho más cercana a Veracruz y al acueducto de la laguna Malibrán. El Torreón del Molino no es mencionado por el general Ignacio de Mora y Villamil en su obra LAS DEFENSAS DE MÉXICO EN 1824, donde describe el arsenal militar mexicano a nivel nacional y los sitios para defender las rutas de acceso de la costa al altiplano central.
En 1837 se publicó el PROYECTO DEL PRIMER CAMINO DE HIERRO DE LA REPÚBLICA DESDE EL PUERTO DE VERACRUZ HASTA LA CAPITAL DE MÉXICO y al describir el trayecto que seguiría el ferrocarril, indican que del río San Juan hasta Veracruz hay 5 leguas de distancia y se pasa a través de llanos por la Loma del Molino o Buenavista. En 1842 la compañía constructora del comerciante Antonio Garay realizó el estudio topográfico entre Veracruz y el río San Juan, el documento menciona esto al respecto:
“La ruta definida por el topógrafo de Garay en el lugar iba desde la ubicación de una estación principal cerca el cuartel del puerto justo al suroeste de la muralla de Veracruz y, desde allí, en línea recta, hacia el sur, detrás de las dunas, a través de los pantanos y sobre las colinas, doblando al oeste en el cerro de Casa Mata, volviendo hacia el norte en el cerro del Molino del Viento, hasta el claro en San Juan: un total de diecisiete millas y media” (Womack Jr., 2010:4)
Esto indica que ya bien avanzado el siglo XIX y pese a muy seguramente no estar ya operando, la población y los ingenieros seguían identificando al molino de viento y no a una estructura militar.
COMIENZA EL USO MILITAR
En marzo de 1847 durante las operaciones para situar la ciudad de Veracruz, los invasores norteamericanos ocuparon el Molino, según menciona el célebre periodista Carlos María de Bustamante en el tomo II de EL NUEVO BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO O SEA HISTORIA DE LA INVASIÓN DE LOS ANGLO-AMERICANOS EN México publicada en ese mismo año:
“Durante estos días se ocupó el enemigo de los trabajos de sitio, estableciendo su campo, haciendo fosos y trincheras, y fortificando algunos puntos, como el Camposanto nuevo, el Médano llamado del Encanto, el Molino de viento, promedio, etc., tanto a vanguardia como a retaguardia, y en sus flancos» (Bustamante, 1847:151)
En 1849 las obras del ferrocarril necesitaron un incremento en el número de trabajadores y se dio la necesidad de traer entre 300 y 400 mayas cautivos desde Yucatán. Para finales de abril se comenzó a construir la galera que los alojaría precisamente en el punto denominado Molino de Viento. El ferrocarril se inauguró el 16 de septiembre de 1850 teniendo habilitado un primer tramo de 9 kilómetros entre Veracruz y la primera estación en el rancho del Molino.
Las cinco menciones anteriores demuestran claramente que a mediados del siglo XIX la Loma de Buenavista conservaba su nombre, que el punto geográfico y la propiedad seguían siendo conocidos como El Molino o El Molino de viento en recuerdo de la estructura que la coronaba desde la primera mitad del siglo XVIII. Que no había sido convertida en sitio militar y seguía siendo un sitio civil, utilizado incluso para alojar personal del ferrocarril en construcción.
Entre 1862 y 1867 los invasores franceses establecieron un campamento militar en La Tejería, cuesta abajo de la Loma de Buenavista, para vigilar la construcción del Ferrocarril Mexicano que querían extender hasta La Soledad y Paso del Macho. Dado el prolongado tiempo que estuvieron ocupando el área y que debían defenderse de los constantes ataques de las guerrillas mexicanas, es muy posible que hayan sido ellos los que abrieran las aspilleras en el Molino de Viento -que se asemejan mucho a las que abrieron en el fortín de Paso del Macho en 1863- y lo utilizaran, ahora sí, como un sitio de vigía de las obras a gran escala que emprendían en sus cercanías y donde confluían gran número de personas. Al retirarse los franceses, La Tejería fue ocupada por los mexicanos, siendo ya un sitio bastante poblado y en crecimiento.
Al parecer, ante la falta de informes militares que indiquen la utilización del Molino y por los relatos de personas ancianas que eran niños en la Revolución Mexicana (1910-1920) o que lo escucharon de sus padres, debido a los encuentros y depredaciones cometidas por bandidos y guerrilleros con la población civil, esta corría a refugiarse al Molino. Que ya para entonces estaba en ruinas y sin uso, siendo lo único de utilidad sus gruesos muros y posición en lo alto para anticiparse a un asalto. Igual situación se daba en el Atalaya de la Concepción de Puente Nacional y el fortín de Órdenes Militares en Plan del Río, parcialmente militarizados por el ejército federal para contener a los irregulares a favor de Villa, Zapata y Carranza.
Decadente y con su techumbre desprendida por los fuertes vientos, a partir de 1950 le comenzó a crecer por dentro el árbol de amate blanco que le da su vistoso aspecto. Luego a partir de 1971 fue parte de la Posta Zootécnica de la Universidad Veracruzana, después del autódromo Super Jarocho, del desarrollo de la constructora Casas ARA y en 2022 está próximo a ser municipalizado.
OBSERVACIONES IBERICAS
Es preciso señalar que en España durante siglos se han construido cientos de molinos de viento, muchos de los cuales hoy en día se encuentran destruidos o en ruinas. Es relativamente sencillo confundirlos con torres militares debido a dos razones:
Que en las costas y montañas se levantaron torres de vigía con planta circular muy similares a las de los molinos.
Algunos molinos en desuso fueron utilizados como improvisados fortines abriéndoles troneras y adaptando las plantas superiores. Aprovechando así la protección de sus gruesos muros, la posición ventajosamente táctica de estar en terreno alto y poseer excelente visibilidad del entorno.
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
El Torreón del Molino fue comenzado a estudiar concienzudamente desde 2012 por el comunicólogo e investigador independiente en historia de origen veracruzano, Mario Jesús Gaspar Cobarruvias, después de ser informado de su existencia por sus estudiantes del seminario de historia LA FORTIFICACIÓN ESPAÑOLA Y SU LEGADO EN EL ESTADO DE VERACRUZ, que impartió para los guías de turistas de la fortaleza de San Juan de Ulúa. Desde entonces lo incluyó en los recorridos de instrucción sobre arquitectura militar.
Por su parte, el ingeniero químico Luis Manuel Villanueva Garza, establecido muchos años ATRÁS como vecino en la cima menor de la Loma de Buenavista, comenzó a visitarlo desde 2009, notando enseguida que parte de los muros están hechos con piedra múcara denotando gran antigüedad.
Ambos investigadores se conocieron en persona el 20 de abril de 2014 y ese mismo día en colaboración con otras personas y vecinos del fraccionamiento Palma Real donde se localiza el edificio, iniciaron una campaña informativa para dar a conocer lo poco que se sabía de su historia y que creían entonces, se trataba de una torre de atalaya militar.
En 2016 el abogado y jurista Enrique Buenaventura Espinosa Romo les invitó a colaborar en el proyecto de rescate de esta torre de más de 200 años de antigüedad, trabajando apoyados por la constructora CASAS ARA. Paralelamente estaban recorriendo el camino real desde la colonia Villa Rica hasta el puente virreinal de río Medio. A partir del 21 de agosto formaron el equipo de Exploración y Estudio del Camino Real Veracruz-México (EXESCR) con la fotógrafa Ana María Andrade Rodríguez y el cronista de La Antigua en el periodo 2014-2017, Wenceslao García Hernández y comenzaron trabajando durante los dos meses siguientes, para limpiar totalmente y estudiar el viejo puente construido en 1805, además de una campaña informativa para concientizar a los vecinos sobre su historia y cuidados.
De agosto 27 al 25 de noviembre de 2016 se trabajó también e incansablemente en 13 jornadas de trabajo para realizar negociaciones, exposiciones, limpieza, levantamientos arquitectónicos, registros fotográficos, etc., en el Molino de Viento. Los 5 integrantes contribuían en el trabajo de campo pero solo dos realizaban las gestiones. El ingeniero Luis Villanueva y el Lic. Mario Gaspar realizaron además, el largo trabajo de investigación histórica sobre un edificio del que había escasa información. Si bien ya conocía algo, reiniciaron a partir de cero a fin de conocer y examinar toda la información desde diversas perspectivas.
Esta forma de investigación en tres meses de esfuerzo continuado y sin apoyo alguno de instituciones o autoridades, rindió frutos: lograron localizar las primeras evidencias firmes de que se trataba de un molino de viento y no de una torre hecha para fines militares, como era la creencia general.
El ingeniero Villanueva hizo la identificación del molino de viento en forma frontal en el mapa de caminos de 1748, investigó la historia local, encontró los vitales datos de los ingleses en Veracruz, la hacienda San Ildefonso Buenavista, el campamento francés en La Tejería así como el trabajo de cálculo matemático para los levantamientos. Además de aportar los recuerdos de sus entrevistas con personas de mucha edad en la colonia Palma Real y guiar los reconocimientos de los caminos alrededor de la Loma de Buenavista que se unen con Tejería y el camino real hacia Santa Fe.
Por su parte, el Lic. Gaspar además de dirigir las operaciones del Equipo EXESCR, investigó testimonios de viajeros, informes militares, la historia, arquitectura, tipologías y clases de molinos de viento en Europa. Encontró edificios del mismo tipo en España e hizo el prolongado rastreo nacional y continental que le llevó a concluir que el Molino de Viento en la Loma de Buenavista es el único de su tipo construido en México y uno de los 9 en todo el continente americano. También hizo el trabajo reconstrucción gráfica por computadora, contactó con los medios de comunicación, preparó el material para repartir al público y junto al Lic. Enrique Espinosa, tratar directamente con el personal de CASAS ARA.
Además hizo los contactos con Europa para someter sus conclusiones a la opinión de expertos españoles en regiones donde abundan los molinos de viento, quienes respondieron aprobándolas y sorprendidos de que existiese un edificio de esta clase en México.
El cronista Wenceslao García apoyó en la limpieza física de los muros y de las enormes raíces y ramas, aportando además de su conocimiento sobre los amates, que son muy conocidos en La Antigua. La fotógrafa Ana María Andrade hizo su parte difundiendo la información en las redes sociales y apoyando en todo lo que fuese menester.
El Lic. Espinosa realizó las gestiones con los directivos de CASAS ARA y afrontó con éxito los diversos problemas jurídicos generados por un grupo cultural que quería detener los trabajos manipulando al ayuntamiento de Veracruz y con la intención de imponer su proyecto de forma impositiva y mediante influencias. A pesar de sus esfuerzos contra el proyecto de CASAS ARA y el equipo EXESCR, jamás lo pusieron en marcha.
Los trabajos de preservación del Torreón del Molino y la labor social desinteresada por investigar y difundir la historia, para ayudar a preservar físicamente el puente y el Molino de Viento, hizo que fueran nominados y el 20 de noviembre de 2016, recibieron el diploma de honor y la medalla de la Institución de la Superación Ciudadana en el rubro de cultura y en calidad de equipo.
El 25 de noviembre de 2016 y con apoyo de CASAS ARA, en ceremonia pública y con ausencia del ayuntamiento de Veracruz, se colocó una primera placa metálica con una reseña y suficientes imágenes del Molino de Viento, a fin de dar a conocer la importancia del edificio. Ambos investigadores expusieron sus conclusiones al público y guiaron el recorrido al interior, donde se explicó también la biología del amate blanco que crece dentro de los muros. La placa con los logotipos de la constructora y el equipo del Camino Real no se pudo colocar debido a las presiones generadas desde el ayuntamiento manipulado por el grupo cultural rival. Se tuvo que colocar días después de que se pusiera fin al innecesario, mezquino e inútil litigio.
Cómo se comprobó semanas después en la publicación LA ATALAYA DE LA TEJERÍA, VIGÍA Y PROTECTOR del periódico IMAGEN DEL GOLFO en diciembre de 2016, donde el autor no solo ridiculizaba de inicio la información en la placa puesta apenas un mes, en un claro intento de desprestigiar el trabajo ya realizado. Y a pesar de que ya se había dado a conocer la imagen del Molino de Viento en 1748, se exponía una historia muy llamativa y magníficamente ilustrada, pero que carecía de lo más importante: la cita o mención del contenido de un documento histórico que apoyara sus afirmaciones.
Como se ha expuesto aquí, no hay sustento alguno para decir que el Torreón del Molino haya sido construido como una atalaya, porque ni los mismos militares de los siglos XVIII y XIX lo mencionan o incluyen en sus informes. En cambio, existen numerosas evidencias y algunas concluyentes, que se trataba de un molino de viento, por increíble que pudiera parecer a algunos mexicanos, por no haberse construido más de este tipo en el país.
No obstante las molestias ocasionadas, estas unieron más al equipo EXESCR cerrando voluntades en un frente común y las investigaciones continuaron a lo largo de los siguientes 6 años. En 2017 el M.V.Z. Federico Gómez Boucrin, viejo amigo del Lic. Mario Gaspar, aportó fotos antiguas del Torreón del Molino en la década de 1970 y que fueron recuperadas de una computadora que se iba a formatear.
De acuerdo con el compromiso social adquirido, cada año se cumplió el cometido de ayudar a preservar desinteresadamente el Molino de Viento, realizando jornadas de limpieza y nuevas observaciones para tener un historial del edificio. Se hizo la consulta con el físico-meteorólogo José Hernández Téllez, experto en influencia de los huracanes en la historia de México, para determinar si la Loma de Buenavista era un sitio apropiado para situar un molino de viento. Mientras se esperaba la respuesta, ambos investigadores subieron hasta el Molino el 18 de diciembre de 2016 en medio de un fortísimo frente frío con vientos cuya velocidad era de más de 120 km/h, para poder medir y determinar la fuerza y dirección de los mismos hacia el ángulo que tendrían las aspas. Días después recibieron respuesta afirmativa.
De 2017 a 2022 prosiguieron las investigaciones, enlaces con las instituciones españolas y los trabajos periódicos para mantener limpio el Torreón del Molino. No suspendieron actividades ni en la pandemia de Covid-19 y por las expediciones de exploración y estudio del camino real que tampoco fueron canceladas. La placa informativa colocada en noviembre de 2016 fue destruida por los fuertes vientos del norte, por lo que inmediatamente el Lic. Mario Gaspar diseñó otra y comenzó el largo y penoso proceso para reunir los medios, interesar a las autoridades y particulares, colocarla con un soporte lo bastante fuerte y evitar que corriera la misma suerte que la anterior.
En abril de 2022, las evidencias recopiladas en 2016 se vieron reforzadas por nuevos datos y documentos históricos del Archivo General de la Nación localizados por el Lic. Gaspar, con lo que ahora se pueden presentar pruebas irrefutables sobre el origen de este edificio, único en su tipo en todo México.
El 17 de abril se hizo una visita en compañía del arqueólogo Israel Guillermo Macías Lagunes, quien hizo interesantes observaciones sobre lo que se cree son impactos de balas en los muros y las rocas en la tierra alrededor de la torre. Trabajando nuevamente juntos, el Lic. Gaspar, el ingeniero Villanueva y Ana María Andrade, realizaron el trabajo de campo para comprobar si la vista que se presenta en el PLANO TOPOGRÁFICO DE LA HACIENDA DE BUENAVISTA trazado hace 220 años, era una representación artística o una vista con instrumentación desde la puerta del Torreón del Molino hacia la ciudad de Veracruz, distante casi 9 kilómetros. A un extenso registro fotográfico con una cámara dotada de 26x de zoom y a distintas altitudes en la Loma de Buenavista, se sumó el trabajo de cálculo matemático y geo-posición en Google Earth. Las conclusiones a las que se llegaron, es que se trata de lo segundo, que se utilizó cuando menos un catalejo para avistar al límite de la aberración óptica y que lo plasmado en el documento es de bastante exactitud.
El 11 de abril de 2022, ya iniciada la nueva administración municipal de la Lic. Patricia Lobeira Rodríguez, los miembros presentes del Equipo EXESCR fueron recibidos por el síndico único del H. Ayuntamiento de Veracruz, Lic. Manuel Rivera Polanco, a quien expusieron los trabajos realizados en el Torreón del Molino desde 2016 y solicitaron el apoyo para hacer una segunda placa informativa que incorporase la información recabada en 6 años de continúa investigación de archivo y de campo, destacando que está vez serviría también para el sector turístico y para indicar a la población que la ciudad de Veracruz tiene con orgullo en su territorio, un edificio histórico único en su tipo en todo México. Nuevamente hubo respuesta positiva.
El día 23 fueron entrevistados por la Lic. Josefina Lugo del periódico IMAGEN DEL GOLFO en el Torreón del Molino y prometieron compartir la investigación hasta que se pudiera inaugurar la segunda placa. Después de muchos ajustes con el ayuntamiento, el siguiente 20 de octubre se hizo la entrega en la sindicatura.
Entre el 10 y 11 de noviembre se trasladó el pesado objeto de 1.60 metros de largo hasta el Torreón del Molino donde fue escogido el sitio de colocación. Quedó bajo la custodia del ingeniero Luis Villanueva hasta el 5 de agosto de 2024 en que fue requerida para ser medido por el arquitecto Aldo José Guerrero Azcoitia, presidente de Profesionales por México, A. P. N. en el Estado de Veracruz, para construir a la medida un soporte lo suficientemente fuerte y colocarla. Este apoyo fue logrado por las gestiones del Lic. Mario Gaspar -nombrado presidente del comité municipal ejecutivo de Profesionales por México para las ciudades de Veracruz y Boca del Río en marzo de 2023 y presidente de México Hispano/Héroes de Cavite en México, A. C. En enero de 2024-, después pasar casi dos años de incansable búsqueda de recursos y apoyos que muchas veces se proponían pero sin cumplimiento por parte de las empresas y particulares que los ofrecían. A veces se quiso utilizar la placa y el Torreón del Molino con fines de promoción política y electoral pero tales intentos tampoco prosperaron en ese sentido.
Además de darle continuidad a la limpieza del Torreón del Molino, el Lic. Mario Gaspar apoyado por la fotógrafa Ana María Andrade y el Lic. José Javier Farrugia Sánchez -español de la ciudad de Málaga y de paso por México en su viaje cruzando Hispanoamérica-, grabó un video documental de 31 minutos titulado EL TORREÓN DEL MOLINO 1748-2016 para Héroes de Cavite, A. C. y la Casa Hispanoamericana Cruz & Espada del país de Colombia. Igualmente, juntos inauguraron el recorrido histórico del mismo nombre el 15 de enero de 2023, a fin de dar a conocer la historia y arquitectura de este sitio histórico a la población, concientizando sobre su cuidado.
Uniendo esfuerzos, los miembros del Equipo EXERSCR y de Profesionales por México de la ciudad de Xalapa, hicieron trabajo de construcción los días 5 y 15 de agosto, así como el 21 de septiembre en que el soporte de material quedó finalmente terminado y se hizo el montaje. La edificación de la estructura fue dirigida por el arquitecto Guerrero Azcoitia, construida por los señores Martín Beltrán Ambrosio y Fernando Guzmán Guzmán del comité municipal de Acajete y supervisada por la señora Evelia Corona Fernández, tesorera del comité directivo en Xalapa.
Se escogió el día 24 de septiembre de 2024 para develar la nueva placa en ceremonia pública de carácter no político sino cultural y sin fines de lucro -en presencia de autoridades municipales, medios de comunicación, vecinos del fraccionamiento Palma Real, invitados de varios municipios y miembros de ambas organizaciones- pues se celebran dos años de la fundación de Profesionales por México en el Estado de Veracruz. También para dar reconocimientos a los miembros del Equipo EXESCR que han participado desde 2016, a las nuevos miembros que participando se han integrado a partir de 2022 y a quienes se diferentes formas han contribuido a enriquecer la investigación histórica del Torreón del Molino.
ARQUITECTURA DEL MOLINO DE VIENTO
Actualmente la torre conserva dos de sus tres niveles originales y se localiza en la latitud 19°10’18.29″N y longitud 96°12’56.45″O, a una altitud de 58 metros en la cima más alta de las dos que posee la Loma de Buenavista. La menor se localiza a 52 metros de altitud. El lugar pertenece actualmente al Fraccionamiento Palma Real, Tejería, municipio de Veracruz. La Tejería es una colonia de la ciudad de Veracruz, perteneciente a la localidad de Valente Díaz. Ubicada en el kilómetro 97 de la carretera libre de Veracruz a Xalapa, la cual tiene más de 15.517 habitantes. Su nombre lo toma de una fábrica de tejas que es un material que se utiliza para la construcción de los techos de las viviendas.
El edificio tiene planta circular y forma de cono truncado, mide 7 metros de diámetro externo, 6.80 de altura y su base está reforzada por una gruesa zapata circular de 8.70 metros de diámetro, 55 centímetros de espesor y 22 de altura. A partir de la década de 1950, según testimonios de quienes conocieron la torre en esos años, le comenzó a crecer el árbol de amate blanco, cuyas ramas hoy sobresalen de los muros y sus gruesas raíces envuelven gran parte del edificio por el flanco derecho, manteniéndolo firmemente anclado al terreno.
Sus muros poseen 85 centímetros de espesor. Están construidos con mampostería de piedra múcara, ladrillos y mortero de cal y arena. Durante su etapa como fortín improvisado, se le abrieron 6 aspilleras (también llamadas troneras) de 85 centímetros de espesor en su primer nivel de 2.48 metros de altura, para permitir el disparo de fusiles con el mínimo riesgo para los defensores. Son de diseño de embudo simple, teniendo 50 centímetros de ancho en la parte interior y 23 en la exterior.
Las aspilleras del nivel inferior de 2.45 metros de altura son claramente de estilo militar, pero las del superior son ventanas con arco de cañón corrido, se trata de un remanente de la época en que operaba como molino de viento. Estos edificios poseían una serie de ventanas orientadas a 4 o 6 puntos alrededor del molino y en el nivel superior, para captar, evaluar y detectar los vientos dominantes durante el día. Pudiendo así orientar las enormes aspas en la dirección más apropiada, dado que la caperuza o techo de madera era giratoria mediante un largo palo de gobierno operado desde el exterior y que se extendía hasta el suelo.
Su estilo arquitectónico y dimensiones son muy similares a las que tienen los molinos harineros gemelos de San Martín de Meirás y Boucelo, construidos respectivamente en 1790 y 1840, en la provincia de La Coruña, España. Corresponden a la clasificación C de un molino de torre, tipo mediterráneo y de un eje con 4 aspas, según la tipología establecida en 1950 por el etnógrafo alemán Fritz Krüger (1889-1974) para los molinos de viento españoles.
El techo de madera que poseía en otros siglos ya no existe, arrancado junto con pedazos de mampostería, por la fuerza de los vientos del norte y noreste que predominan en la costa de Veracruz. Que además es zona de paso para devastadores huracanes y tormentas tropicales cada año. Este fenómeno es idéntico al que se presenta en algunos de los 11 molinos de viento harineros sin cubierta en La Plana de Jávea, en la Comunitat Valenciana española y que han sufrido el mismo tipo de daño en sus cubiertas.
También a semejanza de otros molinos europeos, dispone de dos puertas con marcos de madera, de la cual aún tienen restos. La puerta de acceso mide 2.60 metros de altura, 1.10 de ancho y un espesor de 95 centímetros, está orientada hacia el noroeste, mirando hacia una glorieta donde confluyen el bulevar Palma Real y las calles Veracruz y Tlacotalpan. La otra puerta que se utilizaba para trabajar con las aspas, mide 2.40 metros de alto y 1.35 de ancho, está dirigida hacia el sureste, desde donde se aprecian los terrenos de la Posta Zootécnica de la Universidad Veracruzana y la ciudad de Veracruz.
El Lic. Mario Gaspar es originario de la ciudad de Veracruz y tiene el título de licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Veracruzana titulado con honores en 2003, es diplomado en Historia del Arte prehispánico, colonial y mexicano por el Instituto Veracruzano de la Cultura entre otros estudios, explorador de rutas históricas, guía senderista, líder expedicionario, conferencista internacional, documentalista, fotógrafo profesional, poeta, escritor, diseñador gráfico, artista plástico y audiovisual. Actualmente es director del equipo de Exploración y Estudio del Camino Real de Veracruz a México, director de Investigación, Análisis y Proyección Históricas del Proyecto Ruta de Cortés del Consorcio Constructor de Empresas Mexicanas y coordinador-estatal de cultura del Estado de Veracruz en la Promotora Nacional de Economía Solidaria. También es presidente de México Hispano, A. C., vocal representante de México en la directiva de Héroes de Cavite, A. C. en España, presidente del comité Veracruz-Boca del Río en Profesionales por México, A. P. N. Es miembro del Instituto Panhispánico del Español Global, la Academia Nacional de Historia y Geografía Filial Veracruz perteneciente a la Universidad Autónoma de México y de la Academia Nacional e Internacional de la Poesía Filial Fortín, perteneciente a la Ilustre y Benemérita Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. Es miembro-historiador en Cronistas de Veracruz, A. C., del Patronato de la Casa de la Cultura en ciudad José Cardel, de los grupos culturales Arte, Ciencia y Cultura, Amigos del Museo Comunitario del Cocuite y en los comités “Conmemoración Batalla de Tolome 1832” desde 2020, “Festejos 180 años del Ilustre Instituto Veracruzano” y “80 años de la escuela primaria Salvador Díaz Mirón”. Ha sido dos veces galardonado con la medalla y diploma de honor de la Institución de la Superación Ciudadana del H. Ayuntamiento de Veracruz, premiado dos veces por el Conservatorio Nacional de Historia y Civismo y el colectivo de Artistas Veracruzanos. Tiene el nombramiento honorífico de «Hijo adoptivo del pueblo de Tolome», entre otros muchos reconocimientos a su trayectoria profesional de 22 años en México y otros países de América y Europa.
** El ingeniero Luis Villanueva es originario de Monterrey, Nuevo León. Es ingeniero químico por la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Veracruzana. Avecindado en la ciudad de Veracruz desde hace más de 40 años, hoy en día se desempeña como docente en educación media y media superior. Como investigador independiente en historia, desde el 2008 ha realizado investigaciones centradas en la historia del puerto de Veracruz y sus alrededores, profundizando en temas que abarcan la fundación de la ciudad, la Guerra de los Pasteles, el sitio y bombardeo norteamericano de 1847, la intervención y el Segundo Imperio (1863-1867), el Porfiriato (1876-1911), la ocupación norteamericana a Veracruz en 1914 entre otros hechos más acaecidos durante la primera mitad del siglo XX. Es miembro fundador del equipo de Exploración y Estudio del Camino Real Veracruz-México desde el 21 de agosto de 2016, desempeñándose como investigador y explorador en numerosas expediciones y misiones. El 20 de noviembre de 2016 recibió por esto, en el rubro de cultura y en la categoría de equipo, el diploma de honor y medalla de la Institución de la Superación Ciudadana. Ha aportado buscando e inventariando información, tanto documental como de campo, en el tramo comprendido entre Paso San Juan y la ciudad de Veracruz. Así como en el rescate del Molino de viento en la Loma de Buenavista en 2016. En enero de 2018 participó en el documental de Barlovento Films, El Solar-Gran Café del Portal (https://youtu.be/mhFHQlJ4J_o), en dónde abordó anécdotas relacionadas con Benito Juárez, Maximiliano de Habsburgo y José Azueta. También durante ese mismo año pero durante el mes de mayo, impartió una serie de pláticas en la librería Mar Adentro de la ciudad y puerto, sobre el ataque filibustero a la Nueva Veracruz de 1683. Actualmente publica sus investigaciones en el blog Historia de la ciudad y puerto de Veracruz (https://historiaciudaddeveracruz.blogspot.com/), mismas que también se comparten vía Twitter (@Historia_Ver) y Facebook (https://www.facebook.com/historias.veracruz), contando con una considerable cantidad de seguidores. En 2021 fue invitado a grabar una charla para el grupo Xalapa Antiguo, A. C. sobre el mencionado tema, en colaboración con el Instituto Veracruzana de la Cultura (IVEC). En abril de 2022, a invitación expresa de la Escuela de Aviación de Veracruz (EAV), impartirá una sesión a distancia en el Curso Básico de Historia de México, con el tema Historia de Veracruz. Sesión que también incluirá una visita guiada por los principales puntos del Centro Histórico de la ciudad y puerto.
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Principios físicos y tecnología del molino de viento. Francisco Valera Martínez-Santos, Enero 2010:
https://www.campodecriptana.info/descargas-ficheros/publicaciones/Fisica-y-tecnologia-del-molino-de-viento.pdf
