

Estimada colega Mónica:
Lamento mucho el fallecimiento de Eliseo, tu padre, que para mí reunía muchas condiciones para identificarlo, siempre, como un hombre bueno, buen periodista, buen amigo y, estoy seguro, buen padre.
Lo conocí primero en la redacción del Sol Veracruzano, hace ya muchos ayeres, siempre atento y con la sonrisa a flor de labios. Lo leía en su columna Teléfono Rojo y me fue grato estar con él, varias veces, en reuniones que él mismo promovía entre grupos de periodistas de ayer y hoy. Estaba al tanto de sus diversos proyectos y de su acendrada pasión por el periodismo, preñada de recuerdos que venían desde los tiempos heroicos de la redacción en el Díario de Xalapa.
Me constaban, porque también los leía, los diversos comentarios de sus amistades sobre él y el apoyo emocional que le brindaban a través de ellos, cuando notaban alguna señal de pesar en su ánimo, sobre el cual él también se apoyaba a través de sus múltiples oraciones y agradecimientos a Dios, manifestados en las redes sociales.
Estuve enterado. también. de las referencias de periodistas que pasaron sus primeras experiencias junto a él, expresando que era un generoso mentor y extraordinario guía en estos asuntos de la comunicación social.
Hábil conversador, estusiasta emprendedor a través sus publicaciones en Opción de Veracruz y otros proyectos que estuvieron a su cargo, agudo observador del contexto en el que se desenvuelven los periodistas veracruzanos en donde más de una ocasión remarcó las injusticias que hay en contra del gremio, así como las faltas de atención a la labor de los comunicadores sociales en ámbitos oficiales, Eliseo Tejeda Olmos, el Cheo, fue un profesional del periodismo que desde su trinchera y su círculo de amistades, se convirtió en eje de muchos actos de solidaridad entre pares periodistas.
No se formó en las aulas de una facultad de Periodismo, pero si en la brega de un oficio que desde muy joven lo convirtió al paso de los años, en un profesional de la comunicación sobresaliente y con muchas más habilidades y conocimientos en la redacción periodística, en donde tuvo cargos directivos, que varios de los que tuvimos la fortuna de estudiar en la universidad. Sin embargo, su paso por eventos universitarios de formación como diplomados y cursos diversos, queda en los datos de su biografía personal y en el recuerdo de quienes fueron sus compañeros en dichas actividades académicas.
En cierto modo, supe, porque lo leí, de la profunda emoción y orgullo que le causó el hecho de que tú, estimada Monica, hayas decidido estudiar en la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana, como paso previo para ejercer el periodismo, y pude percibir que tal logro lo sintió como suyo, porque tú eras parte de él como hija y como colega que por convicción propia, desde el seno familiar, decidió seguir sus pasos en esta, tan agraviada ahora, profesión de comunicador en los medios periodísticos.
La vida es lucha, y Eliseo Tejeda Olmos luchó gran parte de su vida para realizar lo más quería hacer en este mundo: reportear y traer para todos el texto escrito de la noticia cotidiana.
No me queda más que decirte que honres mucho la memoria de tu padre, ejerciendo la misma profesión con la misma misma pasión y profundo amor como la ejerció él en vida.
Recordaré siempre a tu papá, con gran admiración por lo que él hizo en el periodismo de la brega diaria, esa de la cual nunca se apartó ni se desvió jamás, porque sabía que ese era su destino.
Descansa en paz, Cheo, pocos logran con tanta libertad, empeño y entusiasmo, realizarse personalmente en lo que mas les gusta hacer y con el plus de hacer sentir bien a los demás, por el solo hecho de haberte conocido en la lectura de tus notas y en la generosa deferencia de tu amistad sin condiciones.
Hasta pronto, Periodista…

Mónica, tu padre fue un amigo entrañable. Estoy seguro que está con Dios. Recibe un abrazo solidario. Gonzalo López Barradas ________________________________
Me gustaMe gusta