
Hay a quien pudiera parecerle exagerada la afirmación de que se va el peor presidente de México en décadas, sin embargo, Felipe Calderón Hinojosa, independientemente de las encuestas a modo que está fomentando, por debajo del agua, para mantener la idea de que es un presidente aceptable; tiene cargada a sus espaldas el fracaso rotundo de su guerra emprendida contra el narcotráfico, que acabó con la paz social de México y dió una cuota exagerada de sangre, alrededor de cien mil muertos, que no se veía desde los tiempos de la revolución mexicana de 1910.
Ese solo dato histórico da al traste con la supuesta estabilidad económica que tratan de arrejuntarle mediáticamente a Calderón sus panegiristas a sueldo, pregonando incluso que Enrique Peña Nieto recibirá un gobierno como ningun otro gobernante anterior en el cargo. Hay quienes hasta utilizan la ridícula metáfora de que Calderón le proporciona un Ferrari, aludiendo a esos autos de lujo europeo que son tan cotizados y estables tecnológicamente hablando, al cual Peña Nieto tendrá ahora que manejar, demostrando que es un buen piloto, tan bueno, quizás como el propio Calderón que se lo está traspasando.
Principal culpable de la debacle electoral del PAN en la pasada contienda electoral, motivada por el pésimo manejo de la administración pública de su gobierno, caracterizada por una guerra con pésimas estrategias sustentada en su favorito del régimen, Genaro García Luna, quien no solo dió muestras de una torpeza inaudita al meter en bretes diplomáticos a nuestro país por el caso de Florence Cassez, quién está a punto de salir de la cárcel por el viciado y caricaturesco proceso en que se vió envuelta tras su captura; sino también de una oscuridad total en el manejo de su corporación al propiciar el caso de Tres Marías donde fueron literalmente cazados contratistas mercenarios norteamericanos en una ruta que solo conocían personal de embajada y funcionarios allegados a García Luna.

Su presumida valentía al combatir al narcotráfico en una guerra sin final, eterna vamos, mediante la estrategia de la confrontación callejera, sacando de los cuarteles para tal fin al ejército y a la armada de México; arroja más que avances en la disminución de la delincuencia organizada, una consolidación de grupos confrontados que dominan territorialmente vastos espacios de nuestros estados y que hacen negocio de la extorsión, el impuesto de protección, el secuestro, el tráfico de drogas, la creación de empresas, el lavador de dinero y la narcopolítica. Hoy los grupos más fuertes en pugna, los de Sinaloa y los Zetas, controlan el 80 por ciento del tráfico de drogas en el país. Y queda la impresión, según algunas fuentes, de que gran parte de las operaciones de la guerra del narcotráfico emprendida por Calderón apuntan a fortalecer al Chapo Guzmán, con presencia incluso internacional. Conectados a esos dos grandes grupos, controlan al país, a la fecha, siete grandes carteles y unas 20 bandas y grupos locales, lo cual contrasta con los solo 4 carteles que había heredado Fox a Calderón, quien lo único que ha logrado con su valiente guerra es fragmentar los grupos y fomentar, indirectamente, nuevas organizaciones delincuenciales de espectro regional.
Bastaron doce años para que el panismo echara a la borda el entusiasmo del país por la llegada de la democracia. Se dedicaron a enriquecerse, al igual que sus antecesores priistas, a hacer negocio de la política, a fortalecer el nepotismo y a saquear, por las vías legales (a través de contratistas a modo) y por las ilegales (haciéndose de la vista gorda en el gran negocio de los chupaductos) en su manejo empresarial de PEMEX.
El calderonismo deja huellas de un estilo político caracterizado por la venganza y el rencor para cobrar cuentas a sus enemigos, aún dentro del mismo partido, como es el caso de Manuel Espino, defenestrado del partido por instrucciones del presidente, o del senador Javier Corral, excluido de la comisión de telecomunicaciones de la cámara alta, por instigación del también senador, Javier Lozano, como una evidente muestra de ajuste de cuentas por las mutuas acusaciones de cobardía entre Corral y el presidente Calderón.
Por el contrario, también en el favoritismo el Presidente Calderón dejará una huella indeleble. El caso más ejemplar, de no haber mediado la muerte de Juan Camilo Mouriño, o más bien a pesar de la muerte de éste, es la generosidad con la que se ha conducido su gobierno con la familia Mouriño. Hay quienes afirman, incluso, que comparten negocios. De no haber sucedido el lamentable accidente al ex secretario de gobernación, todo apuntaba a que sería el candidato natural panista por el PAN en el 2012. La periodista Anabel Hernández, en su libro «Los Complices del Presidente» , dió cuenta de la gran influencia que ejercía sobre el presidente el también conocido como Iván.
En el terreno económico, si bien se mantuvo la estabilidad macroeconómica, producto más bien de un férreo acatamiento de lineamientos fiscales internacionales orientados por el FMI que se aplica desde hace tres sexenios, la descarada protección a grupos empresariales, como los del huevo, que sin control alguno han subido precios de manera acordada y sin ningún control de la Secretaría de Economía, son muestras de una falta de solidaridad social de parte de la administración calderonista, empeñada en aplicar la peor línea del neoliberalismo que es la del laissez faire, la más antigua por cierto y menos recomendable si vemos las correcciones que ha tenido que hacer el presidente Obama tras el desastre dejado por Bush quien aplicaba dicho estilo neoliberal en Estados Unidos. La insensibilidad del estilo calderonista se puede observar en dos declaraciones de funcionarios de la Secretaría de Economía, encargada precisamente de revisar las políticas de precios, en relación al alza del huevo. La primera dicha por Bruno Ferrari, titular de la misma, cuando comenzó el exorbitante alza de ese producto y que recomendó a la población comprar salchichas en lugar de los huevos, porque son más baratas. O la mas reciente, aqui en Veracruz, expresada por el delegado estatal de esa dependencia, el panista Antonio Luna Rosales, quien recomienda a los veracruzanos que para ahorrar dinero en la compra de los huevos, lo compren por caja.
Dentro de lo anécdotico, tampoco le fue bien al presidente Calderón, a quien hizo blanco de sus burlas el ex diputado Fernández Noroña respecto a su afición a las bebidas alcoholicas, que también menciona en un libro sobre el presidente, el famoso periodista Julio Scherer, o su bizarro actuar en casos lamentables como el de la anciana Ernestina Ascencio donde diagnóstico antes de la autopsia la causa de su muerte (gastritis), o su desaforado entusiasmo para despedirse de su mandato, a base de chistes o cánticos bastante desentonados. Eso es lo de menos. Que importa que Calderón cante peor que Hugo Chávez o que durante su mandato varios de sus principales colaboradores murieron trágicamente o dejaron el cargo por graves enfermedades. Los puntos desfavorables a su labor son más que los positivos. A pesar de la buena fe que intentó enaltecer como su principal actitud en todos sus actos. El presidente deja un país dividido, al garete en la lucha contra el narcotráfico, frustado democráticamente y con la impresión general de que los panistas fueron peores gobernantes que los priistas en 70 años de ejercer el poder en México.
Como colofón, queda esa duda de adonde se irá el presidente Calderón al terminar su mandato. Hay quienes hacen circular las versiones de que se lo disputan universidades extranjeras para dar cátedra (sería interesante para saber sobre qué), otros que le vaticinan un cuasidestierro por la guadaña que puede alcanzarlo si la mano de grupos de narcotraficantes decide ejecutarlo. Otros más, que aqui se quedará para comandar su grupo dentro del panismo que permita sea su esposa la próxima candidata a la presidencia de la república. Donde quiera que vaya lo acompañará una mala fama y un mal recuerdo dejado entre los mexicanos por su gobierno fallido. Ahora bien, la vida compensa, quienes más le estarán agradecidos serán todo ese gran grupo de nuevos ricos, que fueron promovidos a puestos de funcionarios públicos o apoyos en contratos protegidos de proyectos de su gobierno, para quienes fue magnánimo, visionario y un estadista colosal. Así se lo harán saber siempre.
Lo cierto es que si lo que decimos es cierto, de que Felipe Calderón es el peor presidente en décadas en nuestro país, entonces lo más recomendable para el michoacano es no estar cerca en el momento de la cacería de brujas.
* ¿Que pasará en Veracruz?
Para algunos analistas no pasan desapercibidas las notorias ausencias de la élite peñista en los más recientes actos del gobierno duartista en el Estado de Veracruz. Esto motiva nuevamente a las especulaciones. Más si en el acto priista donde Erick Lagos fue ratificado como presidente del CDE del PRI veracruzano, fungió como representante del priismo nacional quien es un mil usos del gobierno veracruzano, Enrique Jackson, ya que el Comité Ejecutivo Nacional no envió a ninguna de sus figuras de primer nivel, quizás porque todavía no les queda claro en que parte de los estatutos del partido se sustentó la ratificación, figura inexistente en los mismos, y si esto no contraviene lo que si aparece con respecto a la reelección, y es más, si le piensan más, si esto no contraviene a la ley electoral en cuanto a lo que puede o no puede hacer un partido en tiempos de procesos electorales.
Al respecto, el reglamento del PRI para elección de dirigentes y postulación de candidatos, en su artículo IX, dice en su último párrafo:
«El proceso de renovación de los dirigentes por término de período, no debe coincidir con ningún proceso interno para postular candidatos del mismo nivel, o entre el inicio del proceso y el día de cómputo de una elección constitucional del mismo nivel.»
Damos el enlace de ese reglamento para que, los interesados en cuestiones legales, encuentren el artículo en que se sustenta la ratificación del nuevo dirigente estatal del PRI en Veracruz. Nosotros somos un poco lentos. No lo hallamos. El enlace de ese reglamento está en: Reglamento de Elección de Dirigentes y postulación de candidatos. (Haga click para leerlo)
Como se recordará, el proceso de inicio del proceso de la elección institucional se inició el pasado 10 de noviembre inició ayer con la sesión solemne de instalación del Consejo General del IEV. En el interín se está reeligiendo, o ratificando para ser más precisos, a la dirigencia partidaria del PRI en Veracruz.
Pecata minuta, dirán los avezados políticos veracruzanos. Tan es así, que nadie ha dicho nada. Total, hay usos y costumbres, o interpretaciones para todo. Además, quienes pudieran ser quisquillosos, los panistas veracruzanos nunca han estado mejor que ahora, en el marco de un gobierno priista veracruzano. Para que hacer olas.
No obstante, hay demasiados indicios y rumores en Veracruz, que esperamos no sean más que eso, simples especulaciones, que se están propalando en ese estado paulatinamente.
Por lo que hay que estar atentos a todos los sucesos que puedan suscitarse en Veracruz en estos días previos a la entronización del nuevo gobierno federal. Los que asumen el poder no solo son políticos políticos, también son implacables. Mientras tanto, ni se duda quien tiene todo el poder en Veracruz.
