
(Primera parte de reportaje)
A pesar de que el presidente francés Francois Hollande pretendió mandar un mensaje alentador por televisión en fechas decembrinas, la situación en ese país y especialmente en la Capital, Paris, está muy difícil. Prueba de ello es que apenas el 10 de enero de este naciente año cuando esta reportera retornaba a México después de un viaje por esos rumbos, tuvimos que tomar tres enlaces en las deterioradas estaciones del metro parisino, debido a una huelga general de taxis que apoyaban movilizaciones sindicales contra la política de flexibilidad laboral puesta en marcha por el gobierno.
Después me enteré que se registró una gran manifestación en los alrededores de la tour Eiffel en protesta por la decisión del mandatario de izquierda Hollande de legalizar el matrimonio homosexual y más tarde me informé que soldados armados de la guardia nacional implementaron rígidas medidas de seguridad en el tren subterráneo de París y monumentos más importantes de la ciudad, ante la posibilidad de atentados terroristas, luego de que Francia lanzara una campaña militar en su antigua colonia africana en la región desértica del Sahel, que incluye Malí, contra insurgentes islamistas ligados a Al-Qaida y con ello «abrió las puertas del infierno». El alarde de fuerza en la ciudad Luz es visible para cualquier turista.
De acuerdo con la investigación de la Procuraduría General de la República (PGR), integrada en un expediente de mil 529 hojas, en el 2003, Florence Marie Louise Cassez Crepin conoció a Israel Vallarta en el 2004, e iniciaron una relación sentimental.
La ciudadana francesa había llegado al DF, invitada por su hermano Sebastien quien vivía en México desde 1994. En septiembre del 2005, Florence Cassez se fue a vivir con Israel Vallarta al rancho «Las Chinitas», en la carretera libre a Cuernavaca.
Según la PGR, desde entonces, Vallarta era jefe de la banda de secuestradores «Los Zodiacos», que estuvo relacionada con al menos 10 secuestros en el DF y en el Estado de México.
A las 5:30 de la mañana del 9 diciembre de 2005, elementos de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) de la PGR realizaron un operativo en el rancho «Las Chinitas» para liberar a tres víctimas de secuestro: Ezequiel Elizalde, Cristian Ríos y su hijo, en tanto presentó como detenidos a Israel Vallarta y a Florence Cassez.
Desde entonces, Florence Cassez denunció que no fue detenida el viernes 9 diciembre, sino el jueves 8. Que no la aprehendieron en el rancho Las Chinitas, sino en la carretera México-Cuernavaca, y que lo que se vio en la televisión, fue un montaje de su detención que hicieron las autoridades para mostrarla a los medios de comunicación convocados esa mañana.
La defensa de Florence argumentó que no se le consignó de inmediato ante el Ministerio Público y que no se avisó oportunamente a la embajada de Francia para que recibiera el auxilio consular al que tenía derecho.
En abril del 2008, un juez penal federal dictó sentencia condenatoria contra Florence Cassez por 96 años de prisión. Su abogado defensor Agustín Acosta Azcón impugnó la sentencia, y en febrero de 2009, el Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Penal ratificó la acusación contra Florence Cassez, pero redujo su sentencia a 60 años de prisión.
El 10 de marzo de 2011 el caso llegó a la Primera Sala de la Suprema Corte y el 23 de enero de este año, por mayoría de tres votos, la Primera Sala ordenó la inmediata y absoluta libertad de Florence Cassez.
La suprema corte no se pronunció sobre su inocencia o culpabilidad. Le otorgó un amparo por violaciones a sus derechos en el proceso judicial que enfrentó. Los ministros concluyeron que en su detención se violaron sus derechos en base a que no fue puesta a disposición inmediata del Ministerio Público; la embajada de Francia no fue notificada de inmediato de la detención para brindarle asistencia consular y se violó su presunción de inocencia con el montaje de las autoridades al momento de su detención.
Estos tres derechos están consagrados en los artículos 8, 14 y 16 de la Constitución Política mexicana. La sentencia de la Suprema Corte es definitiva e inapelable.
HOLLANDE EN LOS ZAPATOS DE SARKOZY
Como se recuerda, durante el gobierno de Felipe Calderón en México y de Nicolás Sarkozy en Francia, el caso de la detenida francesa, causó conflictos internacionales. Ante la insistencia del expresidente francés Sarkozy y de su alivianada esposa, la modelo Italiana Carla Bruni de pedir la libertad para Cassez, México canceló su participación en el evento “El Año de México en Francia”, organizado en ese país para mostrar la cultura mexicana, porque se condicionaba que se dedicara a la secuestradora.
Así, durante siete años, la relación entre ambos países se mantuvo tensa hasta hoy en que Genaro García Luna, el otrora poderoso secretario de seguridad pública del calderonismo se hunde en una tormenta política por su participación en la producción del montaje mediático que contaminó el juicio contra la francesa y que involucra a Televisa y TV Azteca.
Que sí hubo manejos corruptos, montajes y omisiones, que sí hubo mucho dinero para pagar a defensa, a cargo del abogado penalista heredero del fallecido ex gobernador Veracruzano Acosta Lagunes, que sí se trató de un caso que puso en riesgo las relaciones diplomáticas Francia-México sumándose a la causa, artistas famosos en retiro como el ex galán Alain Delón que hasta cenó en estos días con Florence en su retorno a Paris, luego de su aterrizaje en el aeropuerto Charles de Gaulle, tras un vuelo en primera clase de Air France, pasar la noche en una suite del hotel Bristol, uno de los más lujosos de la capital francesa y conocido por albergar a los jefes de Estado cuando realizan visitas oficiales a esta nación. Baste decir que la habitación mas barata de ese hotel cuesta el equivalente en Euros a 12 mil pesos la noche.
Bañadita y maquillada, Florence dio entrevistas a diestra y siniestra como en una alfombra roja, diciendo que fue ella fue la secuestrada siete años en México y en la parafernalia gala, la recibieron en el palacio del Eliseo, monsier Hollande y su esposa. Mientras, en nuestro país nos quedamos retorciéndonos y ardiendo de rabia y frustración porque la decadente y acomodaticia Suprema Corte de Justicia integrada por eternos e inamovibles ministros que cobran altísimos sueldos y viven como príncipes, decidieron ver la forma , no el fondo del espinoso caso.

