


Sin embargo, la preparación y organización de este tipo de procesos electorales, conforme a las cuentas rendidas sobre tierras veracruzanas, además de constituir un gran negocio, deja mucho que desear de que sean democráticos, justos e imparciales a la hora de recibir en ánforas los votos y posteriormente contabilizarlos. Consejeros excesivamente pagados, de siempre han sido acusados por los partidos políticos en aras de que sirven más a intereses personales y de grupos a que están sometidos, que con el juego democrático que la sociedad reclama de su actuación como parte del árbitro electoral que hace mucho dejó de ser confiable y creíble. La constante del escándalo en los interiores del domicilio oficial del IEV, que va desde su favoritismo y entreguismo al poder que manda, pasando por las acusaciones que frecuentemente se enderezan contra quienes manejan los recursos públicos y los videograbadores de las mujeres en los sanitarios, bajándose sus calzones, con fines inconfesables de sus explotadores, se suma sin duda a la necesidad de cancelar los órganos electorales estatales. Obviamente, lo que no dice la señora Carolina Viveros, es la cantidad millonaria de dinero público que sigue gastando el órgano electoral, aun en tiempos sin procesos de elecciones y, por otro lado, con el cierre de operaciones del IEV, cada empleado y consejero cargará con una excelente bolsa como indemnizaciones, regalías, bonos, cochupos y demás prestaciones, y de esta forma se dejará caer el telón de un IEV que acabó por cerrar operaciones gracias a su propio peso y culpas.
*MALO QUE CON ANARQUISTAS, QUIEREN ACABAR CON EL 68
Sin duda, el grupo de los anarquistas se asemeja a los halcones que formó don Alfonso Corona del Rosal, pero que le fueron endosados posteriormente a don Alfonso Martínez Domínguez, ambos dinosaurios del DF y ex regentes, como era el cargo que ostentaron al frente de gobierno del Distrito Federal. El régimen del viejo sistema gobernante, cuando no puede, ataca. Esta es la percepción que tienen miles de ciudadanos de este país. En el 68, la fuerza del movimiento estudiantil y de académicos universitarios, sin duda, había conquistado la confianza y apoyos que el movimiento magisterial de estos días no tiene. Inclusive, había los funcionarios públicos, senadores y diputados, que hablaban de la necesidad de que el estado mexicano llevara a cabo una purga de mexicanos, porque seguramente –advertían–, estaban siendo infiltrados por voces e intereses extranjeros y quizá más que todos de los comunistas venidos de Rusia, concretamente. En ese contexto, se contaba que Luis Echeverría y Gustavo Díaz Ordaz prestaron oídos a quienes pregonaban una tragedia para el devenir del estado mexicano, en manos de socios priistas exclusivamente. Así que instrumentaron la matanza del 2 de octubre, en la plaza de las tres culturas de Tlatelolco, la cual, para no involucrar a las instituciones armadas más destacadas, inventaron a instancias de los Alfonsos Coronal del Rosal y Martínez Domínguez, el comando de halcones. Anteayer, para la conmemoración del 2 de octubre, que año con año desde hace 45 años, sigue en le memoria de los mexicanos bien nacidos, comola lucha incipiente por las libertades elementales que los mexicanos no contaban en la vida cotidiana, amén, por supuesto, de comenzar a abrir el compás del autoritarismo a la democracia, se celebró una marcha impresionante en el DF con estudiantes, académicos y gente del pueblo, cuando de la nada salieron los jóvenes anarquistas, quienes sin cargar más que con palos, piedras, quizá alguna pistola, arremetieron contra la policía y los manifestantes. Si el objetivo era ganar las primicias en los medios y cobrar el impacto, que no tuvo la celebración del genocidio cometido en el 68, lo lograron; sin embargo, a la vez surgió la necesidad de preguntar hasta dónde se pudiera, quiénes son los anarquistas, quién los patrocina, por qué actúan con un objetivo rasgo de barbarie, pues su fin es lastimar, lesionar y tal vez hasta a asesinar a seres humanos. El viejo régimen, cuando no puede, arrebata, golpea, persigue y encarcela o desaparece. Esta es la certidumbre que, huelga advertirlo, se confronta en el común de la sociedad civil. Mantener a los anarquistas no es cosa fácil, se requieren dinero, armas, vehículos automotrices y seguramente las guaridas en donde se reúnen y viven. Pero lo más preocupante, el título de anarquistas se los dieron funcionarios públicos, pero qué hacen para contener su furia, la que, por otro lado, al menos anteayer no logró apagar la celebración del 45 aniversario de la masacre dirigida por GDO y LEA contra el pueblo de México. Los ex presidentes, cuyos casos de genocidio siguen pendientes de ser enjuiciados por instancias del poder judicial. Esperemos.
*INEGI Y LAS CIUDADES INSEGURAS DE ESTOS DIAS
La inmensa mayoría de nuestras ciudades son inseguras y lo más grave es que la percepción del 66 por ciento de los mexicanos se sustenta en que la situación será peor en el futuro inmediato. Dice el INEGI que una mayoría de mexicanos salen de su casa sin relojes caros, ni tarjetas ni nada de valor, porque saben o presumen que corren el riesgo de ser asaltados por hambrientos o delincuentes ya formados en ese sentido. Llevado el caso a Xalapa, la capital del estado de Veracruz, ya experimenta algo semejante a lo que sugiere el INEGI. La ciudadanía vive con constante sobresalto y no se inmuta cuando alguien colisiona con otro su automóvil. Nadie ayuda al tercero que sufrió un pinchazo en el neumático de su automóvil y quedó a media calle, en espera de que le auxilien a desponchar su neumático. El correr de los días pareciera ser igual al de ayer y anteayer y semanas y meses ya idos. El miedo se refleja en el rostro de cualquiera. Hay un temor generalizado a lo desconocido y todos saben que el gobierno no hará nada para salvaguardar la dignidad personal, física y patrimonial de los ciudadanos. En mucho, las mayorías deambulan en las calles y avenidas como si fueran robots, ya que difícilmente saludan a quienes se cruzan en su camino, suelen echar vistazos hacia los cuatro puntos de la ciudad, cuenta en sus bolsillos con los pesos y centavos apenas necesarios para subirse a un autobús de pasajeros, el taxi o simplemente comprar el chocolatín en la tienda de la esquina. En los restaurantes, loncherías, cafetines, la preocupación está latente. No hay suficientes comensales, algunos establecimientos hasta temen que pueden cerrar puertas en cualquier momento. Los grandes negocios se lamentan de la escasez de consumidores y compradores, y en el caso de las tiendas departamentales difunden una excelente cantidad de generosos obsequios y rebajas a sus clientelas, porque en estos días, la baja de compradores es bastante objetiva y visible. Y apenas comienzan a caer las primeras horas de la noche, del congestionamiento vehicular del día no va quedando más que su espectro. Difícilmente hay personas caminando en las arterias públicas, los parques públicos se transforman a un silencio sepulcral, las tiendas y demás establecimientos comerciales cierran a temprana hora. El riesgo de permanecer con sus puertas abiertas, encuentra una sólida resistencia, porque muchos de estos establecimientos han tenido que afrontar no una sino varias veces los asaltos, robos hormiga y otros. El sentimiento de parte importante de la población, radica en que a los funcionarios públicos y los políticos les importa un comino la seguridad de la gente. Así que los temores en la sociedad gobernada crecen considerablemente. Y este sentimiento es el que recogió justamente el INEGI bajo el rubro de las ciudades inseguras de nuestro país.
