
Harry Grappa es un funcionario con un entusiasmo tal, que cada que expresa una proyección a través del monólogo que entraña la puesta en circulación de sus boletines de prensa, cualquiera que no conozca la ciudad, por caso, quedaría obnubilado con los favores que según se cuenta pueden hacer de la capital un paraíso educativo, cultural artístico, ornamental y por supuesto empresarial.
Cuentan los ensayistas oficiales que se abren empresas en granel o tal es su torrente, que pocas serían las casas habitación que quedan al alcance de quienes buscan vivienda ccómoda, barata y aireada.
Sin un centro de convenciones, tantas veces comprometido por gobernantes que van y vienen, Xalapa adolece de espacios para nuevas empresas y comercios, cuando la realidad es radicalmente distinta.
Sin un atractivo para el turista extranjero realmente, porque a no ser que visite el Museo de Antropología, algunos estudiosos pedirían el teatro, la música clásica y los espectáculos propios de la danza, quizá el cine de arte y el deporte, aunque el monumental Estadio Xalapeño está siendo preparado para las pruebas de atletismo y otras de los próximos Juegos Centroamericanos.
Luego entonces, Xalapa escapa al ojo del turismo procedente de países europeos de occidente, y los gringos, a los que han pedido que se eximan de visitar tierras aztecas porque pueden exponerse a ser asaltados, secuestrados o asesinados.
Reynaldo Quirarte, hotelero, ha dicho que es escasa la afluencia a los hoteles de la localidad, lo cual se debe a los pocos atractivos que ofrece la ciudad a sus visitantes nacionales, los cuales salvan a Xalapa con algún turismo nacional, ya que ni extranjeros ni los grandes eventos con asistencia de otras latitudes del país, toman a la capital como sede, ya que prefieren el puerto de Veracruz o Boca del Río.
Empero, los restauranteros, que son parte complementaria de quienes explotan el giro de hoteles, se vienen lamentando de la escasa asistencia a sus comederos y, por otro lado, están resintiendo los cierres de importantes centros de trabajo, como se han registrado en las dos últimas semanas, cuyas firmas se duelen que no hay consumidores suficientes, amén de que los trabajadores de los mismos se quejan de no contar con propinas suficientes para poder completar su percepciones salariales, que en la mayoría de los casos se ciñen al salario mínimo autorizado por la legislación laboral.
* MÁS CESES DE BURÓCRATAS
Y MÁS LAUDOS SIN CUMPLIRSE
El problema de seguir corriendo empleados las nuevas autoridades municipales, se complica porque hay centenares de laudos dictados en contra de ayuntamientos municipales, que ya cumplieron diez años y siguen sin pagarlos sus responsables institucionales.
Al derecho se lo pasan por el arco del triunfo y no hay poder que dé seguimiento a la paga que justamente demandan trabajadores que quedaron sin empleo en su oportunidad, sumando ya los diez o quince millones de pesos, que sumadas las municipalidades, adeudan a los ex trabajadores solicitantes de las liquidaciones consagradas estrictamente en derecho del trabajo.
Sin embargo, la muestra sigue creciendo.
El alcalde del ayuntamiento de Acajete dio de baja a 28 trabajadores de un plumazo hace tres días y es la hora en que el desconcierto se apodera de los cesantes, porque saben bien que detrás de su suspensión de actividades laborales está el coraje de un alcalde que, de esta forma, trata de imponer a sus relevos con empleados sacados de sus bolsillos.
La medida asumida por el presidente municipal es altamente repudiada y provoca un escándalo de los mil demonios, sobre tierras de Acajete.
El municipio es sumamente pobre, aunque igual se han estado viendo invadidos sus pobladores tradicionales por gente que llega de otras latitudes, con la supuesta intención de hacer producir la tierra y fortalecer los hatos ganaderos, en sus rancherías y congregaciones.
Empero, el alcalde de turno, un profesor de escuela primaria, asumió que la empleomanía le sobraba a su comuna y ordenó el despido injustificado -se insiste- de 28 trabajadores, ya que por otro lado, el edil comienza a incorporar en sus nóminas a igual número de empleados sustitutos, pero que a decir de varios de los cesantes, muchos de ellos son consanguíneos suyos, incurriendo en ese caso -si se comprueba-, en la práctica con frecuencia ejercitada en linderos del sector público, del nepotismo y el tráfico de influencias.
Por otra parte, con esta clase de ceses el escenario de lo laboral sufre raspaduras que pueden costar muchas más carretadas de dinero público, que no obstante, habiendo salido en favor de los trabajadores cesantes los laudos que la ley contempla, las instituciones -entiéndase ayuntamientos o el estado-, siguen sin pagar liquidaciones por más de diez millones de pesos, a que los tribunales del trabajo condenaron a un centenar de municipalidades y que deberán cubrir a ex trabajadores demandantes de sus liquidaciones conforme a la legislación laboral vigente.
* TAMBIÉN DESAPARECIÓ
EL LIMÓN DE LAS COCINAS
La gente, y particularmente las amas de casa y los señores que van al súper mercado por el abasto alimentario de sus hogares, ya no saben qué hacer para relevar al jugo de limón en sus mesas, pero lo mismo está pasando en las cocinas económicas, los restaurantes de medio pelo, y en los más sofisticados aseguran que el ansiado cítrico no lo hay, porque tiene costos muy por encima de los presupuestos familiares.
La entidad de Michoacán, por excelencia es o ha sido el máximo productor de limones en la república y quizá debido al estado de guerra que afronta, dicho cítrico no esté siendo sembrado ni cultivado, no obstante que su producción es más para la exportación, que para consumo de los mexicanos.
En Veracruz, aseguran productores que cuentan con el primer lugar nacional por cuanto hace a la producción del limón persa, sólo que en las mesas de los hogares veracruzanos el cítrico preferido para condimentar los sabores de sus platillos elaborados a base de mariscos y pescados y filetes de res, no es avistado como venía sucediendo hasta antes de que se registrara su alza de escándalo, y que alcanzó hasta los 60 pesos el kilogramo.
En las cocinas económicas, ni en sueños hay limones, nos refiere el encargado de una de estas cocinas populares, Samuel Panes Ortega, cuyo negocio se localiza sobre la avenida 20 de Noviembre, y refiere que ya no compra el limón pese a que sus clientes se lo están demandando, pero nos cuesta mucho poder justificar una salida de 45, 50 ó 60 pesos por un kilogramo del cítrico mencionado.
En los restaurantes mejor establecidos el limón que ofertan sus cocineros y chefs, es tan minúsculo en sus dimensiones que causan pena ajena sin duda muchos de ellos, quienes a su vez subrayan que el cítrico se volvió inalcanzable para el común de los bolsillos, así que están a la espera de que dicho producto baje sus costos.
En las plazas y expendios de cítricos, frutas y legumbres, aseguran que debido a los costos del limón también muchos de ellos han dejado de ofertarlo, ya que las mayorías regatean el precio y las mayorías de plano han dejado de adquirirlo, no obstante que es el limón uno de los cítricos más demandados para combinar comidas y el agua natural.

