
El Bordo de Las Vigas de Ramírez sirvió para la inspiración intelectual del escritor xalapeño Sergio Galindo, para dedicarle un libro, que circuló en los años 50 del siglo XX y que ganó fama y gusto entre los lectores de las buenas letras locales y los capitalinos del DF.
El Bordo se constituye por una montaña, cuyas profundidades a la distancia son en extremo impresionantes.
El Bordo divide a las sierras Madres Oriental y Occidental y desde lo más alto de su entorno se aprecian el Pico de Orizaba y con vista a Puebla de los Ángeles, el Popocatépetl. Las dos imponentes montañas, con panorámica vista desde El Bordo, una montaña natural, creada por la naturaleza en terrenos de Las Vigas de Ramírez. El apellido se lo impuso el gobernador Fernando López Arias en memoria del educador rural Rafael Ramírez, nativo precisamente de Las Vigas.
De la única avenida, que cruza la totalidad del poblado, partiendo de esta ciudad a la capital del frío que cala los huesos, como se conoce a Perote, a mitad de ésta, entrando a un costado de la iglesia, donde algún día arrancó con su misión de sacerdote de vocación el doctor Sergio Obeso Rivera, y a escasos tres kilómetros adentro, a un lado del cementerio del lugar, la entrada a El Bordo, antes repleta de árboles, pinos y más maleza, hoy se dice que es una propiedad privada a la que nadie puede siquiera intentar meterse, so pena de ser arremetido con algún gesto de violencia.
En el pasado, los dueños del inmueble estaban abiertos a que El Bordo fuera visitado, como fue por expedicionarios, los boyscouts, los extranjeros amantes del deporte de alta montaña, familias que asumían el lugar como su espacio para hacer el famoso día de campo, los fotógrafos de escenarios naturales y el escritor, que no pudo rehuir a la belleza innata del lugar para escribir su novela a la que intituló precisamente con el nombre de El Bordo.
Hacia debajo de El Bordo aparece una docena de minúsculos poblados, entre los que destaca Las Minas, porque en las entrañas de su tierra se aprecian los filones del mármol, con el cual algunos aventureros que lo explotan en menor cuantía, han coadyuvado con el saqueo de piedras naturales en una vasta región, para ser expuestas y vendidas en los mercados de las ciudades aledañas a esta región, otrora productora de manzana, pera, ciruela, papa, borregos, cabras y chivos. Hoy, la miseria, porque a la nada se redujo la generación de productos comestibles cárnicos y vegetales y frutales.
Aunque no lo parezca, en Las Vigas de Ramírez padecen los mismos problemas de las grandes ciudades, los propios de una población que congestiona sus estrechas calles y la avenida principal. Y por otro lado, porque el comercio es su única puerta de salida, ya que la pobreza asoma riesgosamente en sus cuatro rincones. La inseguridad, igualmente es la constante contra la cual sus vecinos muestran impotencia para erradicarla.
* Y LOS PODEROSOS QUE
DEBEN EL AGUA ¿CUÁNDO?
Un lenguaje hablan los políticos y otro los miles que forman el pueblo, que debe tragarse cuanto mensaje dirigen los servidores públicos, so pena de que hasta tengan que padecer la persecución, el amago y la violencia.
El IVAI, aunque muchos ignoran que esta sigla se encarga de buscar la transparencia en los dichos y hechos de las instancias del poder público, le ordenó a la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento que diera el listado con pelos y señales de los personajes, ciudadanos comunes y corrientes que tienen adeudos con la misma institución, por consumos que en numerosos ejemplos nunca han pagado un quinto partido por la mitad.
Sin embargo, maliciosamente la CMAS hizo el comunicado a un sólo medio de información, pero con la cita exclusivamente de los entes públicos que mantienen dizque un adeudo que alcanza en suma hasta los 60 y tantos millones de pesos.
Pero en la lista no se incluye a ninguno de los vecinos del corazón de la ciudad y algunos más que en la periferia han centrado su imperio económico y financiero, para que respondan por sus adeudos. Se sabe bien que hay un destacado número de prominentes habitantes de la otrora Atenas veracruzana, que siguen consumiendo el líquido potable, sin pagarlo. Es más, nunca lo han hecho.
Y curiosamente, a la CMAS se le borró de su memoria tal listadito, lo que en lugar de aclarar puntos, torna más nebulosa la sospecha de que son alrededor de doscientos millones los que están bailando, porque los consumidores del vital líquido no pagan sus cuentas a la CMAS.
A cambio de tal falta de recursos para financiar nuevos proyectos, los recibos de consumo para el grueso de la ciudadanía se vienen incrementando sistemáticamente y, por otro lado, cualquiera que se atreva a solicitar una toma de estreno, en un terreno o casa-habitación y nomás por extenderle el presunto permiso deberá pagar siete mil pesos, cuando la infraestructura hidráulica de antemano está dada.
Por otro lado, al consumidor que por olvido o como suele ocurrir que no le haya llegado su nuevo recibo, al siguiente mes deberá pagar multas y la amenaza con el corte del servicio, si no acude inmediatamente a su caja registradora para realizar el mencionado pago por consumo del agua que bebe y consume en su hogar, obvio, cualquiera de los mortales citadinos, sin goce de influencias ni el tráfico que ejercen los adinerados, que siguen sin pagar ni un peso absolutamente, no de ahora sino de siempre.
El titular de la CMAS hace semanas lució espléndido acusando que había usuarios que no pagaban el agua que consumían. Es decir, que la ciudadanía lo vio valiente, oportuno, con talento y deseo de servir realmente a la capital del estado, porque denunciando, igual, se acarrearía las simpatías y los apoyos de cumplidos consumidores como se presumía que ocurre a medias en Xalapa.
Empero, el anuncio del listado famoso de morosos quedó corto. No es el comprometido oficialmente, como tampoco es el que esperaban conocer o confirmar los xalapeños de cepa y los avecindados, y que han venido muchos de ellos de otras latitudes del país y del extranjero al asalto de los recursos naturales de la ex ciudad de las flores. Esperemos.
* FINALMENTE, NADA AÚN
DE REFORMAS ESTRUCTURALES
Con o sin reformas a la Carta Magna, la cual por cierto ha tenido que aguantar los cambios en sus textos por cientos, cuando en los Estados Unidos de Norteamérica rebasan los 200 años y sin cambio alguno y nos llevan algo así como 500 años luz de distancia, en lo que hace al confort, vida cómoda, segura y saludable, que corresponde brindar a la institución gobernante aquí y en cualquier parte del planeta tierra.
El problema social es grande. La pobreza va al galope. No todo pueden resolverlo con la cruzada contra el hambre, porque ésta arrastra ya algo así como los 30 millones de compatriotas en la extrema miseria.
La inseguridad no tiene para cuándo terminar. Se equipan más policías y fuerzas armadas, pero la crisis de la crisis en la materia, continúa corriendo a velocidad del viento. Y el aliento como expectativa, no aparece por ningún costado. Corren a 250 trabajadores del sector salud con el arribo del doctor Fernando Benítez Obeso, lo que a la postre costará en el prestigio del galeno que sustituyó a Juan Antonio Nemi Dib.
Nuestras ciudades reflejan los síntomas de la descomposición que toca fondo. Las bandas juveniles que suman ya las 60, y nadie dice algo de cómo rescatarlas. La hambruna alcanza a sectores insospechados y la tolerancia es de cero para la manifestación pública que revela, en muchos casos, el empobrecimiento radical de todos los tinglados que se tocan en el servicio a la comunidad.
Hoy más que nunca se recuerdan las expresiones, cargadas de dolor, zozobra y angustia del empresario Alejandro Martí, cuando la autoridad mostraba flaquezas y debilidades en la búsqueda de los asesinos de su hijo, al advertirles voz en cuello a los servidores públicos, que «si no pueden, renuncien».
Y es que vea usted, los políticos hablan un idioma y los ciudadanos otro. Los primeros dicen que nada pasa, que todo está bien, hay seguridad, hay empleo, la educación es de excelencia, el deporte es una constante y la sana diversión incluye a las inmensas mayorías de familias veracruzanas y mexicanas.
La ciudadanía, simplemente calla, pero cuando protesta, sostiene que todo cuanto se dice en corrillos oficiales es incierto. La crisis se da en todo, la violencia, la inseguridad, la hambruna, el desempleo, la falta de oportunidades y más mexicanos son lanzados a la calle, porque el aparato burocrático-estatal simplemente está imposibilitado para atenderlos. Lamentablemente la ética y los valores, que tanto invocaron los filósofos griegos en la persona de los gobernantes, se están alejando radicalmente de sus cometidos como funcionarios.
El estado como institución está ayuno de los avales que hagan consentir en la ciudadanía, que las cuestiones del poder deben enfrentar tropiezos, pero que a la postre está dispuesto a hacer del servicio público un deber y un compromiso inobjetables. El problema es saber cuándo, porque la necesidad social apremia y los baños de sangre se repiten con singular periodicidad, ante la imposibilidad de las instituciones para hacer un apostolado de la justicia social.

