Siete Párrafos: Andrés Manuel López Obrador contra Enrique Peña Nieto, en tiempos de crisis


amloPor Rodolfo Calderón Vivar

Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

El día 26 de octubre, con magna concentración en el Zócalo capitalino,  el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador se subirá a la marejada de los hechos convulsivos que sacuden al país desde hace poco más de un mes. Tlatlaya, la masacre de Iguala y el Movimiento del Instituto Politécnico Nacional parecen ser el impulso renovado de un líder que devuelve al pasado, estos días de crisis nacional, para calificar de nuevo a un presidente como pelele, servilista, inconciente y culpable de la falta de tranquilidad y pérdida de la paz social en el país. Antes así enderezó su crítica contra Felipe Calderón Hinojosa, al que le agregó el mote de presidente espúreo, hoy apunta hacia Enrique Peña Nieto, en momentos que el gobierno federal capea un duro temporal por lentitud de muchas de sus áreas de seguridad nacional. El tabasqueño pide que Peña Nieto renuncie antes de diciembre.

El enredo en que se ha convertido el caso Guerrero, donde efectivamente se ha politizado el asunto a grado tal que el dar largas al asunto, poco ayuda en la solución de un terrible acontecimiento que, por sus repercusiones, bien pudo ser más producto de una estrategia de desestabilización por parte de la mano que mueve al narcotráfico en el país, que un simple desplante de un alcalde ligado a las naguas de su esposa y de un cártel,  en la ciudad de Iguala. Pero eso no deja de ser una conjetura, a la que podría abonarse dos casos más ligados en corto tiempo: el desenlace inesperado del caso Tlatlaya y el inicio de un movimiento estudiantil en el Instituto Politécnico Nacional. Coronados todos por la aparición de una película financiada por TELEVISA, pero después «boicoteada por la empresa» según su director, en donde el principal personaje tiene múltiples coincidencias con el proceso electoral ganado por Enrique Peña Nieto y se alude a la forma como gobierna el país el Partido Revolucionario Institucional.

Caldo de cultivo pues para que se propicie un malestar en diversos sectores de la población sobre la forma como se gobierna en México y en donde vuelven a aparecer los focos rojos relacionados con la corrupción, la inseguridad nacional y la crueldad terrorista del narcotráfico, ahora enfocado hacia jóvenes de una de las escuelas profesionalizante más pobres del país. Ah…y por si fuera poco, todo gestado en torno a la coyuntura de un aniversario más del 2 de octubre, cúspide del martirologio nacional de la democracia en el país.

Andrés Manuel se sube a la marejada de desconcierto nacional , como quiso subirse  y no pudo, porque no lo dejaron, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, que por centímetros quedó a salvo de la piedra que finalmente descalabró al maestro Adolfo Gilly. Y además, el líder Morena, recurre a la misma estrategia simbólica que desarrolló Francisco I. Madero en el movimiento de 1910, quien proclamó el  cambio del gobierno mexicano a viva voz, en un lugar de Estados Unidos. Ahora, López Obrador inició una nueva cruzada nacional criticando fuertemente al gobierno de Peña Nieto, en un foro realizado en la ciudad de Nueva York.

Y lo hace ante un gobierno federal que demostró debilidades,  en su área de inteligencia, donde el CISEN, evidenció que solo sirve para prestarse al espionaje telefónico del cual se sirven políticos del país para enlodar a sus rivales, y que es un organismo que  a deshoras saca a relucir los vínculos del narcotráfico con ediles de Guerrero. ¿Donde están los Nazar Haro y los Gutiérrez Barrios y su heredad en esa mueca de aparato de seguridad nacional que hoy está lleno de especialistas en el cotilleo reactivo pero no proactivo?

Y lo hace también en momentos que hubo indicios de  los terribles desacuerdos soterrados entre Emilio Chauyfett y Miguel Angel Osorio Chong en el manejo de los problemas educativos del país, en donde al primer encuentro entre Secretaría de Gobernación y el movimiento estudiantil del Instituto Politécnico Nacional, cuando ya estaba decidida la suerte de la Directora del Instituto Politécnico Nacional, Yoloxóchitl Bustamante, con la renuncia filtrada a los medios, entonces la propia Secretaría de Educación Pública, con la evidente anuencia de Chauyfett, emitió un comunicado donde negaban que tal renuncia existiera, en una reacción muy al estilo de Jesús Reyes Heroles, que solo abonó a extender más el conflicto. Como ahora se está extendiendo más en las manos del mexiquense, con el riesgo de que las acciones del Frente Estudiantil del Politécnico, que busca romper el movimiento de los huelguistas, sea identificado con líneas de solución violentas, también muy a lo Reyes Heroles, que se dicten desde la Secretaría de Educación Pública.

Y lo hace también, el político tabasqueño, porque el presidente Enrique Peña Nieto se ve titubeante, sorprendido y sin estrategia aparente ante los hechos inusitados que golpean el devenir de su administración (Tlatlaya, que lo confronta con el Ejército; Iguala, que evidencia escaso  trabajo de inteligencia nacional sobre asuntos de seguridad nacional; Instituto Politécnico Nacional, que trasluce escasez de operadores confiables en el manejo de la problemática educativa nacional). Y si a eso le agregamos la inamovibilidad e intocabilidad de que pueden presumir muchos políticos corruptos y ligados al narcotráfico que el gobierno de Peña Nieto no ha tocado ni con el pétalo de una rosa, pues claro que el tabasqueño se está subiendo al ring, porque el presidente, según su percepción, ni las manos mete para defenderse y está sumido en la esquina de la inacción. Quizás «porque está enfermo», si nos atenemos a lo que comenzó a difundir el propio tabasqueño en el primer semestre de este año.

1 comentario

  1. Es un secreto a voces que a «rio revuelto ganancia de pescadores», reza el refrán, pero toda esta convulsión política que aqueja al gobierno del Presidente Peña Nieto, tiene nombre y tiene siglas políticas, el tabasqueño AMLO piensa que esta jugando bien sus cartas, pero quizás su ego no le permite ver que esta enfrentando a las instituciones legalmente constituidas a costa de movimientos estudiantiles, armados, grupos guerrilleros, narco grupos y demás que lo que buscan solo es desestabilizar al País, el Presidente Peña Nieto, no es el culpable de lo que acontece en México, a su modo esta tratando de sacar adelante a la nación con sus otroras reformas que han quedado desvanecidas ante las cortinas de humo de la gota que derramó el vaso….los desaparecidos de Ayotzinapa, ya que el caso Tlatlaya solo fue la antesala para los grupúsculos radicales que maneja muy bien el tabasqueño iniciaran sus movilizaciones de desestabilización, la pregunta obligada es quien gana? quien pierde? en sensato querer ganar el poder por el poder?

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