“EL DIABLO EXISTE, PERO COMO ES TAN FEO,
DIOS NO DEJA QUE LO VEAMOS”: Sra. Amparo Goribar.

Primera parte
I.- EL PRINCIPIO (El Pacto, sucedió
en marzo del año pasado)
-¡Quiero verlo!
-No se puede.
-Nomás quiero saludarlo.
-Lo siento, no se puede.
-Con éste van tres años que vengo y no lo he visto.
-Para verlo hay que hacer un pacto.
-¡¡¡QUIERO HACERLO!!!
El grito conmovedor se registra apenas, en medio del apiñamiento y el fervor de las conversaciones pendientes. A eso se ha venido a la sierra de Catemaco, en la madrugada que va del jueves al primer viernes de marzo, a vislumbrar o atisbar al Diablo, el poderoso Príncipe de las Tinieblas quien recibe en esta ocasión el nombre de Adonai, uno de los títulos hebreos para la Divinidad. En el cerro de las Ánimas o del Puntiagudo, la desconfianza y las creencias previas se alían para engendrar una atmósfera cerrada de peticiones, rezos y curiosidad, sáname, sálvame, hazme rico, hazme fuerte, hazme deseada, dale a mis senos la perfección que atraiga, consígueme ese rancho, convence a mis padres… Los crédulos, los incrédulos y esa mezcla perfecta de ambos, los reporteros aguardan la llegada del Señor del Averno. La escenografía o, para decirlo anacrónicamente, el escenario natural es impecable: oscuridad “de boca de lobo”, olor húmedo, tiritan azules los astros allá lejos, cantos de grillos y demás sonidos indistinguibles para un oído de banqueta.
En el cerro de las Ánimas, oficia el brujo mayor, Luis Cruz Cipriano “El Indio” ataviado con una indumentaria negra que le llega hasta los talones (antes fueron don Gonzalo Aguirre Pech y Tito Geixpal Seba) Él es ahora responsable de esta peregrinación ceremonial usualmente reservada para 20 o 30 fieles, que en esta ocasión atrae a 300 o 400 (previa compra de boletos; los políticos pagaron antes la cuota para que les vaya mejor). Al llegar al sitio elegido la escenografía se precisa y cada uno va inventando su rito. Finalmente, ver al Diablo, es meta nada desdeñable en esta época de hartazgo de las sensaciones comunes -ir al cine, hablar con Dios, confesarse y comulgar-. Él acudirá y su representante, Cruz Cipriano “el indio”, va y viene, apenas distinguible.
Con siseos se responde a los murmullos, a las inquietudes y connatos de histeria o de emoción guadalupana fuera de lugar.
-¿Tú que crees, Juanita?
-Te apuesto a que no lo vamos a ver.
-Cállense. Quietos. Esto no es cosa de burla, esto es serio.
Se prohíbe cruzar los brazos y las piernas o ceder a la costumbre y rezarle al Otro, al de Arriba.
-Nada de cruces aquí, señora, ni con las piernas.
-Silencio, por favor, de veras es cosa seria. Cruz Cipriano está hablando con Él y lo pueden hacer salir del trance. Está en contacto con Él.
La tensión se fragmenta y continúa el frotamiento sigiloso de medallitas y cruces. Se escuchan cantos de cenzontle o de búhos, cómo saberlo, y la sensación de irrealidad presumiblemente crece. Supongo que es la falta de costumbre, no la certidumbre teológica, lo que vuelve tan increíble la espera. Los ayudantes del brujo prenden lámparas sordas y recogen los “documentos”, cartas donde las peticiones al Demonio se apoyan con recados monetarios (entre más billetes entregan, les va mejor). Los documentos se concentran en una valija de piel (gastada) que se entrega al “indio” Cruz Cipriano.
-Voy a hablar con Adonai, a llevarle sus mensajes y a recibir instrucciones. El ‘Amigo’ está contento. Esta vez no los puede recibir de uno a uno porque aquí hay muchos, pero el ‘Amigo’ está contento. A los que hayan entregado su sobre el ‘Amigo’ les contestará. Ahora voy con él. Regresa. Exhibe, vacía, la petaca. Prosigue:
-A ver, los periodistas adelante (se dirige a los demás). Está muy contento con ustedes y me dijo que los que trajeron documentos los va a ayudar.
-¿Qué no vamos a verlo?
-Si vino… Claro que vino.
-¡¡¡YO LO VI!!!
-Yo de plano no vi nada.
Está por concluir la ceremonia y el Demonio llegó (versión de sus fieles) o se ha ausentado miserablemente (versión de los querellosos). Se inicia el regreso, facilitado por la súbita multiplicación de lámparas.
-Me voy a caer.
-No, no cae. Él la cuida en sus pasos.
En el descenso, un periodista interroga con debida y sistemática seriedad a una joven: ¿desde cuándo crees en Adonai? ¿Qué ha hecho por ti? ¿Lo has visto?
Ella es elocuente: en junio del año pasado le pedí que me diera dinero, todavía no lo tengo pero falta para el año, entonces me va a conceder lo que necesito. Él, es muy cumplidor… Claro que ya lo he visto. ¿Que cómo iba vestido?… Pues como quería que fuera, normalmente, de hombre.
-¿No se supone que debe ir de Diablo?
-No, pues iba así, de hombre…
-¿Y te ha ayudado a tener novio?
-No, ahora que Él no me impide tener novio. No tengo porque no debo… Se lo prometí. A Él no le gustan mis pretendientes. Había uno llamado Andrés que me buscaba mucho y me molestaba. Y se murió de un día para otro.
-Entonces Él hace el mal.
-No, Él hace el bien o el mal según le pidan.
-¿Y fuiste al entierro de tu pretendiente?
-No, no fui… ¿Para qué?
-¿Qué edad tienes?
-Diecisiete años.
Se ha llegado de nuevo a la carretera. La luz revela las distintas procedencias de la masa de fieles. Un sector minoritario de campesinos se sube a camionetas. Pero esta vez la mayoría de la clientela pertenece a los famosos Sectores Medios: son, se me informa, familias de Veracruz, Córdoba, Orizaba, Puebla, el Distrito Federal y políticos del PRI y el PAN que no les ha ido muy bien últimamente. La moda de la industria de Satán prosigue. Un sociólogo aficionado interviene.
-¿Te das cuenta cómo se manipula rápidamente a la clase media? Esto el año que viene va a ser un absoluto desmadre.
II.- LO QUE SEGÚN SE DICE EN EL PUEBLO
Y LO QUE A MÍ ME CONSTA
-Mire, en un pueblo chico uno se entera de todo. No niego que “el indio” Cruz Cipriano (heredero, como dijo, de la brujería mayor de don Gonzalo Aguirre Pech y Tito Geixpal) le toca ser un atractivo de la región, pero se oyen tantas cosas. El yerno, por ejemplo, tiene una cantina. Dicen que un día al calor de las copas contó que él era el diablo, que con bote de cerveza deformaba la voz y los chillidos. Aquí ha habido gentes que van al día siguiente al lugar de la ceremonia y según ellos el rastro de la persona conduce de nuevo a la carretera. Quizás usted vio gente armada con fusil. Parece que una vez lo querían matar al “Indio” y ha contratado guardaespaldas (dice la gente que fueron sicarios de los Zetas). Ahora que impacto sí tiene. Vea esa toalla: “Hotel Catemaco. Tierra de los Brujos” y esta noticia de hoy en El Diario de los Tuxtlas:
“Catemaco, Ver., 3 de marzo de 1914.- Cuarenta funcionarios y empleados de la Comisión
Federal de Electricidad de Laguna Verde que vendrán acompañados de los ejecutivos,
arribarán a esta ciudad para acompañar al brujo mayor Cruz Cipriano “el indio” a la tradicional
entrevista con el Diablo en su cueva”.
-Claro que no es cierto, pero es noticia. Ya oyó usted el carro con equipo de sonido del Diario que repite y repite: “calculan que el brujo mayor se llevará este año medio millón de pesos”. No es tanto pero tienen razón en creer que si esto es negocio es buen negocio. No digo que tanto como medio millón de pesos pero a los documentos se añaden muchos billetes. La fe es muy dadivosa, muy entregada. Aquí al “indio” Cruz se le recela y se le admira. Según unos tiene muchas propiedades, sobre todo terrenos que le han regalado los políticos porque los ha ayudado, y que le paga a sus empleados menos del salario mínimo. Según otros sigue los pasos de sus antecesores: es un benefactor y un gran curandero. Como sea, la casa del “Indio” y la del obispo son las más lujosas del pueblo.
El informante se interrumpe para convertirse en guía de turistas:
-Ahora que como pueden ustedes ver, la Otra Parte también tiene sus partidarios y sus devociones. Aquí, al lado de la iglesia, hay ocho puestos de medallas, santos, rosarios, la última palabra en materia de cruces y vírgenes, perdones, enmiendas y composturas de almas pesarosas. Es muy querida y frecuentada la Virgen del Carmen de Catemaco. Se le ofrece de todo, como debe ser, desde trenzas y exvotos hasta fotos dedicadas y la vocación sacerdotal de los hijos.
ATENCIÓN SEÑORES PEREGRINOS
“No se confíen de mujeres que con apariencia de piedad se ofrecen a
rezar o “levantarlos” de los pies de la VIRGEN. Son peligrosas.
Recen ustedes.
LA SANTÍSIMA VIRGEN a todos nos entiende”… (Continuará…)
rresumen@hotmail.com


Los Brujos de catemaco realmente son poderososos, gracias el aporte que compartio
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