EL PUENTE DE SAN MIGUEL

Investigación/Texto/Fotos de Mario Jesús Gaspar Cobarruvias

Aproximadamente a 2 kilómetros y medio al suroeste del palacio municipal de la ciudad de Fortín de las Flores, a 908 metros de altitud y a medio camino entre las grandes ciudades de Córdoba y Orizaba, se localiza un gran puente colonial conocido como San Miguel, próximo a la barranca del mismo nombre.

Mide 135.37 metros de longitud, 8.30 de anchura y 6.50 de altura en su centro. Está construido según la conocida técnica de fábrica a base de mampostería de piedra, ladrillo y sillares que se empleaba en los puentes de la Nueva España,en los siglos XVIII y XIX, y que son una mejora de los puentes construidos en la Edad Media y en la época del Imperio Romano en la provincia de Hispania, hoy conocida como España. Para su desagüe dispone en cada lado, de 9 bocanas aun funcionales, de 50 centímetros de largo y 40 de ancho.

Entre las particularidades de este enorme puente, destaca que se trata en realidad de dos puentes del siglo XVIII unidos por una única calzada, que corresponde al camino general o real entre las ciudades de la Nueva Veracruz y México, por la ruta entre las villas de Córdoba y Orizaba, usado desde el siglo XVI pero modernizado con calzadas empedradas, alcantarillas y puentes resistentes por el Consulado de México entre 1796 y 1810, a cargo de su prior, Antonio de Bassoco. Paralelamente se estaban desarrollando los mismos trabajos en otro camino por la ruta de las villas de Xalapa y Perote, financiados por el rival Consulado de Veracruz entre los años de 1803 a 1812.

El puente es cruzado por los poderosos ríos de Metlac y El Sumidero, formando una delta de 18 metros de ancho por sus canales de aproximadamente 9.18 y 6.16 metros respectivamente,en los días del mes de agosto y en plena estación de lluvias en el estado de Veracruz. La estructura dispone de 4 arcos sobre el agua, por lo que es considerado como un puente de primer orden en la categorización de puentes coloniales,donde los de segundo orden tenían 3 o 2 y los de tercer solo uno.Territorialmente, el puente sobre el Metlac pertenece al municipio de Fortín y el otro al municipio de Ixtaczoquitlán.

Presenta en general una forma ligeramente curva, más acentuada en el lado norte, pues en su centro confluyen y se equilibran dos cuestas de montaña que bajan a la barranca: las de Fortín Viejo (desde Córdoba) y Villegas (desde Orizaba) de 14 y 13 metros de suave pendiente respectivamente.

En el lado norte, tiene un muro de contención que ha sido truncado en 2 secciones de 26.35 y 41.91 metros de longitud y 52 centímetros de grosor, respectivamente de sur a norte.

EL PUENTE DEL RÍO METLAC

Viniendo desde Fortín a pie por la cuesta de Fortín Viejo o recorriendo la Carretera Libre, tras pasar las instalaciones de una beneficiadora de café –hoy abandonada- se llega al extremo norte del puente de San Miguel, para cruzar el turbulento río de Metlac, una poderosa corriente de agua que viene desde Tetla en el municipio de Chocamán y es un afluente del río Blanco y sirve, a su vez, de afluente al gran río Papaloapan. La sección es llamada PUENTE SAN MIGUEL II. Mide en total 52.20 metros y dispone de 2 arcos de medio punto: uno en tierra de 8.50 metros de ancho y 3 de alto, el segundo sobre el agua, mide 9.65 y 3.50 metros respectivamente. Están auxiliados en el arranque, por una gran alcantarilla de arco de medio punto de 7 y 2.10 metros, que no se contabiliza en el número de arcos para cruzar el río. Las estructuras ya no poseen su revestimiento ni sus aplanados, por lo que se pueden apreciar las enormes piedras dóvelas que conforman los arcos y su disposición.

La unión delos arcos está reforzada y protegida por dos contrafuertes en forma de punta de diamante, de 2.20 metros de alto y 2.80 de alto, compuestos de hileras de piedras sillares. Los dispuestos contra la corriente reciben el nombre de tajamares y los que están a favor, se denominan espolones. Su función es “cortar”la corriente y canalizarla a los arcos, evitando un choque directo que desgastaría las pilastras que sostienen los arcos, además de recibir con su forma en punta, el impacto de las palizadas de troncos de árboles caídos que arrastra la corriente en las épocas de fuertes crecidas. Estas soluciones se aplicaban milenios antes, por los ingenieros romanos.

La arquitectura, materiales y las soluciones de ingeniería hidráulica son muy similares a las empleadas en el Puente del Rey, construido sobre el gran río La Antigua entre 1805 y 1807, por el Consulado de Veracruz.

Sin embargo, el puente de San Miguel presenta un elemento arquitectónico que no poseen otros puentes construidos en la misma época para los caminos reales de Veracruz a México: entre la alcantarilla y el primer arco, tiene adosados en cada lado, un grueso contrafuerte de 2.80 metros de largo, 2 de ancho y 2.80 de alto, cuya superficie en suave talud presenta dos series de molduras onduladas y deslizamientos graduales. Esta forma inusual, es un ornamento de la arquitectura neoclásica ya presente en Nueva España a finales del siglo XVIII, llamado volutas o “vuelta enrollada a manera de caracol o espiral”. Se utilizaba en donde se requiriese un elemento de transición entre líneas horizontales, verticales o perpendiculares entre sí.

Sirve además de reforzamiento a las paredes del puente al estar situados en un punto estructuralmente vulnerable más allá del arranque y para anclarlo al terreno, pues no dispone de una banqueta que encadene a toda la estructura desde los cimientos en la roca firme,una solución estructural que fue aplicada en los puentes del Consulado de Veracruz: da inmensa resistencia a toda la obra ante el embate del oleaje de las aguas y los movimientos sísmicos.

EL PUENTE DEL RÍO DEL SUMIDERO

La sección correspondiente al PUENTE SAN MIGUEL I mide 76.18 metros en total y consta de 2 arcos rebajados gemelos de 8 metros de ancho. Las aguas del río del Sumidero tras pasarlos se ensanchan hasta 11.86 metros. Arriba tiene una abertura para conectarlo con el Parque Acuático San Pedro, desde el cual se accede al arco que da en tierra y es utilizado como establo. La arquitectura de este puente difiere notablemente del anterior pues los arcos son más altos, compuestos de mayor cantidad de piedras sillares y su aspecto recuerda mucho al actualmente semidestruido puente de San Julio sobre el río Seco, en el área de Córdoba.

Tiene a sus costados 11 contrafuertes pequeños: 5 son replicas modestas del gran contrafuerte neoclásico ya mencionado. Los otros adquieren la más sencilla forma prismática –derivada dela arquitectura románica en la Edad Media- con dimensiones variables, siendo la del mejor conservado de 2.30 metros de alto, 0.90 de largo y 0.85 de ancho. La gran cantidad de contrafuertes revela trabajos de reconstrucción y consolidación en esta parte del puente de San Miguel. Circulan historias de que durante la Segunda Intervención Francesa (1862-1867), el ejército invasor hizo volar el puente sobre el río del Sumidero y se reconstruyó posteriormente, justificándose así el aspecto diferente respecto a su compañero del río Metlac.Pero estos relatos deben ser verificados y fundamentados, ya que atribuir a los franceses la edificación de muchas estructuras que ya existían antes de 1862 –como el fortín de Paso del Macho- o que son del periodo del Porfiriato (1876-1911), es una costumbre que persiste por todo el territorio desde Veracruz hasta la capital del país desde hace más de un siglo.

SAN MIGUEL

El puente lleva el nombre del paraje donde está edificado: la barranca de San Miguel. Y este nombre no remite, como es lógico, al del arcángel Miguel, santo patrono de muchas ciudades y pueblos en México. Hace referencia al famoso cacique indio Miguel de Mendoza, primer gobernador de la república de indios en Orizaba en 1553, quien tuviera la barranca dentro de su jurisdicción en el siglo XVI.

El sitio era llamado indistintamente de Don o San Miguel, predominando finalmente este último hasta la actualidad. Hacia 1570 existió aquí un pequeño molino operado por la fuerza del río para hacer y vender harina de trigo, propiedad de Antonio González y su mujer María de Vergara.

La casa de don Miguel de Mendoza fue adquirida por una compañía de Orizaba. En 1700 el área fue cedida en arrendamiento a la familia de Villegas, proveniente de Tlaxcala. Siendo conocida desde durante dos siglos, hasta 1900, como Barranca de Villegas o Rancho Fortín de Villegas después de 1816.

El viajero español Fray Francisco deAjofrín (1719-1789), en su obra DIARIO DEL VIAJE QUE HICIMOS A MÉXICO FRAY FRANCISCO DE AJOFRÍN Y FRAY FERMÍN DE OLITE, CAPUCHINOS, menciona que el 15 de febrero 1766 salió de la villa de Córdoba, en la que había descansado cinco días, rumbo a Orizaba:

“Hay varios ranchos en el camino y se cruzan dos ríos por puentes. El paso que llaman de La Barranca es muy áspero y pedregoso.”

El 19 de marzo de 1777 se dictó una real orden para que se realizara un reconocimiento con el fin de elegir el sitio más adecuado para el establecimiento de una fundición general de artillería de bronce en la Nueva España. Fue hecho por los capitanes Pedro Ponce y Diego García Panes. En su informe del 1 de agosto del mismo año al virrey Antonio María de Bucareli y Ursúa, señalan haber explorado la villa de Orizaba, junto con su valle y caminos para determinar el sitio encargado, incluyendo el cómputo de los costos de reparar los caminos que conducirían a tal lugar. En este apartado señalan:

“Desde el mencionado puente al río de Villegas demarcamos necesitar poco más de una legua de calzada, por ser tierra bajía y anegadiza en tiempo de aguas. Dicho río de Villegas, que dividido en dos brazos necesita de dos puentes, tiene el uno de mampostería bastantemente arruinado, y angosto, que pide reedificarse, y otro de vigas, que conviene hacerlo de mampostería; y aunque en el plano se demarca otro puente que se puede hacer, y se proyecta después de la Junta de los Ríos con la atención de hacerle solo de un paso, de los dos menores mencionados;miramos por más conveniente el reparo de estos como se indica en el cálculo.

Desde el citado puente Viejo de Piedra empieza la subida áspera de la Cuesta de Villegas, tan trabajosa, y arriesgada de transitar a la arriería teniendo de largo hasta su cumbre 1986 varas lineales, y de elevación ciento y diez varas, y un pie, y para hacer esta subida cómoda en cuanto lo permite el terreno se proyecta sea en seis tramos o tornos.

Ya en la cumbre de la cuesta de Villegas sigue siempre el terreno con descenso; pero hasta la villa de Córdoba que dista dos leguas todo es barrizal resbaloso, que en tiempo de aguas se hace intransitable, por lo que requiere calzada, dirigiendo el camino por fuera de Córdoba por más corto, como porque sería más costoso llevarlo por la irregularidad de las calles que tiene aún siendo paso frecuentado.”

De esta forma, identifican que el puente sobre el rio Metlac, al que llama “Viejo de Piedra”, en el lado que conduce a Córdoba por la cuesta de Villegas, es el que estaba construido de mampostería, siendo de mayor antigüedad, que el que existe actualmente sobre el río del Sumidero.

En su obra ENSAYO DE UNA HISTORIA DE ORIZABA, el historiador Joaquín Arroniz Jr., al referirse a los esfuerzos que esta villa realizó en medio de la disputa por la construcción de un único camino carretero entre los consulados de México y Veracruz, hacia 1796, escribió lo siguiente:

“Fabricó otro puente en la expresada garita, tres en el centro de la villa, conocidos en ella con los nombres de La Borda, Gallardo y Santa Gertrudis, uno en Escamela y dos en la profunda barranca de Villegas, límite entre su jurisdicción y la de Córdoba,sobre los ríos de » Metlac » y el » Sumidero. Todas estas obras las entregó después al Consulado, quedando su distrito en pago de ellas, en posesión de algunas excepciones perpetuas.”

En este año es cuando se recompone el puente sobre el río Metlac y se construye en mampostería el del Sumidero. En algún momento entre 1796 y 1853, se llevó acabo la reforma de unir ambos pasos en uno sólo, propuesta en 1777 por los ingenieros Ponce y Panes. Se ha propuesto el año 1805, en medio de los trabajos que el Consulado de México realizó para abrir su camino real entre Orizaba y Veracruz invirtiendo más de cuatro millones de pesos de la época.

EL FORTÍN DE VILLEGAS

En noviembre de 1816, el coronel español José Ruíz, comandante del batallón de Voluntariosde Navarra y a cargo de las villas de Córdoba y Orizaba desde 1815, obligó a los arrieros a construir un fortín en las proximidades del puente de San Miguel. Esto y más  lo menciona el doctor Enrique Herrera Moreno en su obra EL CANTÓN DE CÓRDOBA publicada en 1892:

“El realista Ayuntamiento de. Córdoba, que había vino con disgusto la inacción del coronel Ruíz cuyas principales hazañas fueron continuas marchas; entre las dos villas, á fin de proteger la construcción del fortín que se llamó de Villegas vio con júbilo los preparativos de Márquez.”

El periodista e historiador Carlos María de Bustamante escribió el libro RESUMEN HISTÓRICO DE LA REVOLUCIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS MEJICANOS, que fue publicado en 1828. Menciona al respecto del fortín y la barranca de Villegas:

“Ya hemos dicho en otro lugar que uno de los medios de que abusaban los comandantes españoles para enriquecerse, era el de los convoyes. A pretexto de ellos, se exigían contribuciones sobre las mulas y cargas, aun cuando no hubiese riesgo alguno en el tránsito. Cada fortín o trinchera servía de punto de recaudación con achaque de proteger a los caminantes. Hubo uno en la barranca de Villegas, camino de Orizaba a Córdoba, cuyo destacamento, no solo cobraba gruesas sumas de dinero, sino que sujetaba a las infelices mujeres que tocaban en aquel punto, a una nueva contribución equivalente al antiguo y escandaloso feudo de la pernada, satisfaciendo la brutalidad de aquella bárbara soldadesca. Cometianse a sabiendas de los jefes crímenes horrendos que ultrajan a la naturaleza, y que el pudor no permite referir, siendo el más leve de tantos excesos el continuo saqueo que se hacía de los tercios y mercaderías, y el duro trato de prisión y golpes contra los infelices que se quejaban.”

Por estas razones, Bustamante califica muy duramente al coronel Ruíz, en su CUADRO HISTÓRICO DE LA REVOLUCIÓN DE LA AMÉRICA MEXICANA:

“Éste detestado por su abominable manejo, del que en otras partes hemos dado idea: testigos abonados son la villa de Orizava y pueblo de Zongolica, y si puede añadirse el fuerte de S. Miguel situado en la barranca de Villegas, donde desarrolló este monstruo su malignidad”.

José Domingo Issasi, autor de MEMORIAS DE LO ACONTECIDO EN CÓRDOVA EN TIEMPO DE LA REVOLUCION, PARA LA HISTORIA DE LA INDEPENDENCIA MEGICANA,publicado en 1827, asienta en ellas lo siguiente, respecto al fortín y su iniciador:

“En este tiempo era comandante de las villas un D. José Ruíz, coronel de voluntarios de Navarra,hombre distinguido en gran manera por su cobardía, pues trabajando los insurgentes en la fortaleza, casi a su vista, no se atrevía a desalojarlos de Monte-Blanco, con su lucido batallón que lo entretenía en echar paseos de Orizava a Córdova, haciéndose él de mucha importancia para las villas, donde quiso perpetuar su memoria mandando a construir el inútil fortín de la barranca de San Miguel, punto medio entre las mismas villas.”

Se trataba de una estructura de traza rectangular dotada de seis garitas –cuatro en sus vértices y dos en su parte intermedia- y edificado con mampostería de piedra,canto rodados obtenidos de los ríos y argamasa de barro como mortero para unirlas piedras.

Siendo México ya independiente, el fortín siguió en uso para custodiar el puente y siendo el origen de la actual población que lleva su nombre.

EN EL MÉXICO INDEPENDIENTE

El puente de San Miguel, ya reformado como de paso único sobre los ríos, aparece señalado en el documento titulado CROQUIS DE LAS INMEDIACIONES DEL CAMINO NACIONAL ENTRE ORIZABA Y CORDOBA, trazado por el ingeniero Valeriano Madrazo -él mismo que construyó el puente del Gran Maestre, antecesor del actual puente de Tablas en Soledad de Doblado- en el año de 1853. Entre otros detalles, señala el Camino Nacional que hasta 1821 era nombrado Camino Real, como una ruta de tipo carretero, diferenciándolo de los que apenas tienen calidad de herradura o transitables únicamente por animales.

Ubica el poblado de Fortín, la hacienda de Las Ánimas, sitúa el puente entre la Cuesta de Villegas y junto a él, a la derecha de la entrada norte del puente, un gran sitio adjunto llamado la casa de Don Manuel Aguilar.

En 1864, el emperador Maximiliano de Habsburgo y su esposa visitan las ciudades de Orizaba y Córdoba, pasando por la barranca de Villegas. Queda testimonio de este suceso, lo narrado en ADVENIMIENTO DE SS. MM. II. MAXIMILIANO Y CARLOTA AL TRONO DE MÉXICO, publicado el mismo año:

«Desde temprano,el señor prefecto político D. Ramón María Seoane, acompañado de su secretario el Sr. D. Maclovio López, había salido al encuentro de SS. MM. hasta la barranca de Villegas, límite de los distritos de Orizava y Córdova, y punto situado casi a la mitad del camino entre las dos ciudades.”

“Desde la Barranca de Villegas hasta la hacienda de Cuautlapa, fue compuesto el camino y adornado con arcos, por los vecinos de Atzacan, Naranjal, Cuesala y Tenejapa.Las autoridades del primero de estos pueblos habían levantado á la entrada del puente de la Barranca de Villegas un hermoso arco que tenia la inscripción siguiente:

A S. M. I. Y A SU AUGUSTA ESPOSA,

A QUIENES MEXICO, EN MEDIO DE SU DESVENTURA,

LI.AMA COMO A SU UNICA ESPERANZA,

EL PUEBLO DE SANTA ANA

DEDICA ESTA INSCRIPCION.

Desde la cuesta del Cacalote hasta Escamela, los vecinos de Ixtasoquitlan habían levantado varios arcos, entre ellos uno muy notable, como a unas quinientas varas antes de llegar á la garita.”

“Los Emperadores llegaron sin detenerse hasta la Barranca de Villegas, donde los esperaba el prefecto político de Orizava con las demás personas que se citaron antes. Aquel punto hervía de gente, que había acudido de los pueblos y ranchos comarcanos: solo del pueblo de Atzacan había más de doscientos vecinos, que estaban allí desde el día anterior.

En el fondo de la Barranca hay una casa, propiedad de D. Francisco Contreras, y en ella se apearon SS. MM. para oír la felicitación que les dirigió el Sr. Seoane a nombre del distrito de Orizava.”

EN LA ACTUALIDAD

En la segunda mitad del siglo XX los antiguos caminos reales fueron reconvertidos a carreteras para automotores y los puentes, alcantarillas y calzadas, sufrieron transformaciones: se elevó el nivel del piso, con lo que las estructuras coloniales dejaron de ser fácilmente visibles, se agregaron gruesos paramentos encima de las delgadas bóvedas de arco y las calzadas empedradas desaparecieron, excepto en tramos donde el criterio de los nuevos constructores no coincidía con el de antaño.

El puente de San Miguel perdió mucha de su belleza arquitectónica, aunque sigue funcionando,por él transitan en ambos sentidos los vehículos que vienen y van entre Córdoba y Orizaba, ahora dos grandes ciudades en expansión. La presencia del balneario San Pedro conectado al puente, asegura un flujo de turistas que, sin embargo,no pueden apreciar el puente en su debida grandeza, pues la maleza, la falta de escalones apropiados, la falta de limpieza, una ruta segura de bajar y subir a las orillas de los dos ríos, convierten esto en una molesta aventura para los espíritus menos audaces. Sirve de poco consuelo, saber que lo mismo ocurre con casi todos los puentes coloniales dejados en los caminos reales.

En la actualidad, el desarrollo del turismo cultural impone que los municipios desarrollen estrategias de cooperación entre sí para que los monumentos históricos sean debidamente conocidos y revalorados en su justa magnitud,generando así fuentes de empleos tanto para los profesionales de las diversas disciplinas como para los prestadores de servicios turísticos de diversas magnitudes.

El puente de San Miguel, constituye por sus cualidades arquitectónicas, historia y hechos de armas, el equivalente al Puente del Rey en el camino real de Xalapa-Perote, y puede ser no solo la imagen emblemática del turismo y la cultura en Fortín delas Flores, sino también un detonante de primera calidad más si se observan los debidos cuidados tanto de la estructura como de su entorno ecológico. Una debida señalización, revelando al turista, al viajero, al estudiante y al peatón, su historia, así como el desarrollo de un libro o manual con la información pertinentemente ilustrada, que sea accesible tanto a los viajeros como a los estudiantes de historia, turismo, arquitectura, ingeniería, comunicación,etc., impulsará las inquietudes de visitarlo y conocer más de su historia.

BIBLIOGRAFÍA

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FUENTES ELECTRÓNICAS

PROYECTO DE LOS INGENIEROS PEDRO PONCE Y DIEGO PANES PARA ESTABLECER UNA FUNDICIÓN DE ARTILLERÍA EN LA NUEVA ESPAÑA, SIGLO XVIII

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J. Omar Moncada Maya, Instituto de Geografía,UNAM/Universidad de Barcelona.

http://www.ub.edu/geocrit/b3w-447.htm

CAMINO REAL DE VERACRUZ-MÉXICO POR LAS VEREDAS DE LA HISTORIA

Arquitecto Francisco Muñoz Espejo

http://www.conaculta.gob.mx/turismocultural/cuadernos/pdf15/articulo13.pdf