por MARÍA GUADALUPE RICO MARTÍNEZ
Hay quienes ya hablan del ocaso del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM). Su mayor competidor es hoy el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (Asian Infrastructure Investment Bank o AIIB), institución financiera internacional propuesta por el gobierno de China. El propósito del Banco de desarrollo multilateral es proporcionar la financiación para proyectos de infraestructura en la región de Asia-Pacífico. La suma de 57 países, entre los que figuran Reino Unido, Alemania, Australia y Corea del Sur, se ha unido a la iniciativa, que deja al margen a Estados Unidos y Japón. La nueva cooperación económica estará basada en el principio de no-interferencia en asuntos internos.
Sin embargo Jim Yong Kim, presidente del BM, expresó que “Con los adecuados estándares medioambientales, laborales y de adquisición, el AIIB y el Nuevo Banco de Desarrollo, establecido por los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), tienen el potencial de convertirse en importantes nuevas fuerzas en el progreso económico de naciones pobres y mercados emergentes”.
El BM y el FMI creados en 1944 bajo el objetivo de apoyar hacia una economía mundial más estable y próspera, según sus críticos ofrecen condicionados préstamos con los principios de liberalización del comercio, la inversión y el sector financiero, la desregulación y la privatización de industrias nacionales.
A propósito, esta semana que termina el FMI salió a relucir con los llamados Papeles de Panamá, su ex director, Dominique Strauss-Kahn, resultó jaspeado. En 2009, cuando todavía dirigía el FMI, sostenía, “dinamitar” los paraísos fiscales, esos “territorios opacos” que solo servían para mover dinero de “drogas y terrorismo”. Seis años después aparecen documentos de que el fondo de inversión Leyne, Strauss-Kahn & Partners, creado por su socio Thierry Leyne, abrió 31 sociedades offshore en paraísos fiscales. Bueno, desde hace tiempo el señor Strauss-Kahn, es conocido por su doble moral.
¿Será la decadencia del FMI y del BM? El AIIB abre un compás de esperanza para los países pobres que mantienen impagables deudas con los organismos financieros y veían inalcanzables los Objetivos del Desarrollo Sustentable creados por la Organización de las Naciones Unidas.
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