LA ANTIGUA “PUERTA DE MAR” EN VERACRUZ


puertadelmarInvestigación/Fotografías de Mario Jesús Gaspar Cobarruvias.
Una producción de Mario Jesús Gaspar Cobarrubias, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Una producción de Mario Jesús Gaspar Cobarrubias, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

La toma de la ciudad de La Habana en agosto de 1762 por parte de la marina de guerra británica, en el marco de la Guerra de los Siete Años (1756-1763), aceleró el proceso de fortificación de la fortaleza de San Juan de Ulúa y de la ciudad de la Nueva Veracruz, a fin de rodearla completamente con una muralla defensiva, tanto por tierra como por mar. A fin de conseguir estos objetivos, en 1764 llegaron desde la península Ibérica nuevas tropas y una brigada del Real Cuerpo de Ingenieros, institución que había sido fundada el 17 de abril de 1711 por orden del rey Felipe V y cuyos miembros irán llegando gradualmente a la Nueva España en los años siguientes. La gran mayoría realizó su actividad profesional en Veracruz y sus costas marítimas.

«La flota británica entrando en La Habana, 21 de agosto de 1762», óleo de Dominic Serres en 1775 y propiedad del Museo Marítimo Nacional (Fuente: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:British_fleet_entering_Havana.jpg)
De esta forma, el 12 de noviembre de 1770 es destinado al servicio en América, el ingeniero Segismundo Font y de Milán, quien en 1771 alcanza el grado de teniente-coronel de ese cuerpo y segundo comandante en la plaza de la Nueva Veracruz. El 25 de diciembre de 1775 es nombrado ingeniero-comandante y en 1777 regresa a España con el grado de Ingeniero en Jefe.

Durante su estadía en la Nueva Veracruz se ocupa del amurallamiento y en consecuencia, entre 1771 y 1773 se construyen las estructuras para dos puertas cuyas salidas ya existían desde décadas antes y están señaladas en los planos de la ciudad anteriores a 1760. Junto a la Puerta México abierta desde antes de 1663 y a la Puerta Nueva abierta en 1727, bajo la dirección de Font en 1772, se edifican la que sería llamada Puerta del Muelle o de Mar y la Puerta de la Merced, esta última dotada de su puesto de guardia.

Estampa del siglo XVIII mostrando a un ingeniero militar español con el uniforme de 1751 (Fuente: Archivo General de Indias)
La Puerta de Mar se ubicó anexa al edificio de la Contaduría del Rey, en el terreno entre el convento San Francisco y la muralla -que posteriormente sería llamado Plazuela del Muelle-, justo enfrente del muelle de aguas profundas, único de piedra con que contaba la ciudad desde siglos antes. Constituyendo por lo tanto, la entrada a la Nueva Veracruz y al virreinato de la Nueva España si se ingresaba por esta ciudad desde La Habana, Europa, África, América del Sur y los Estados Unidos.
Si bien se trata de una obra de arquitectura pragmática, no por ello carecía de belleza, pues los ingenieros militares egresados desde 1737 de la Real y Militar Academia de Matemáticas de Barcelona estaban capacitados para realizar obras de arquitectura civil. Hasta el último tercio del siglo XVIII se limitaba su participación en ellas, pero la escasez de arquitectos de formación académica, la expulsión de los jesuitas en 1767, que también realizaban construcciones y sobre todo, el aumento de edificios, puentes, caminos y otras obras a construir cuando el virreinato de la Nueva España alcanza por fin, tras dos siglos de lenta evolución, la producción de excedentes y riquezas a gran escala, allanaron el camino para la intervención a gran escala de estos profesionales de gran aptitud técnica.
Su diseño original constaba de dos puertas, tal como está anotado en el PLANO QUE MANIFIESTA EL ACTUAL ESTADO EN QUE SE HALLA HOY DÍA EL MUELLE DE ESTA PLAZA DE VERACRUZ, trazado el 22 de noviembre de 1803, por el ingeniero Manuel Augustín Mascaró. En este documento se detalla el muelle de piedra y los pórticos de acceso, nombrados como «Puertas de entrada y salida a la marina», con una anchura de 8 varas (6.69 metros) cada una y un combinado total de 20 varas (16.71 metros). La estructura estaba adosada a la muralla por finalidades defensivas, tal como se aprecia en diversos grabados del siglo XIX.

LA VOLADURA EN 1838

La Puerta de la Merced representada en 1848 por George C. Furber y construida en 1772 por el ingeniero Segismundo Font (Fuente: http://library.uta.edu/usmexicowar/item2.php?content_id=1598&ofst=45&sort=dateasc&ni=158&page_type=1&format_id=8)

La puerta de salida fue gravemente dañada durante la Primera Intervención Francesa en México, también conocida como la “Guerra de los Pasteles” y que tuvo lugar del 16 de abril de 1838 al 9 de marzo de 1839. Tras un largo bloqueo naval, al no ser aceptadas sus demandas, la escuadra francesa al mando del contraalmirante Charles Baudin bombardeó la fortaleza de San Juan de Ulúa el 27 de noviembre. Tras una tregua por ambas partes, en vista de la llegada del general Antonio López de Santa Anna, el jefe francés decidió desarmar las defensas de la ciudad mediante un ataque preventivo el 5 de diciembre.

La flecha indica los dos pórticos de arco, señalados en el «Plano que manifiesta el actual estado en que se halla hoy día el muelle de esta plaza de Veracruz» trazado por el ingeniero Manuel Agustín Mascaró en 1803 (Fuente: Archivo General de Indias)
Retrato de Francois Ferdinand Philippe Louis Marie d’Orléans, príncipe de Joinville con el uniforme de teniente de corbeta que utilizó el día de la voladura de la Puerta del Muelle (Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_de_Orleans,_Pr%C3%ADncipe_de_Joinville)

En algunos medios que difunden la historia de Veracruz, se menciona que la Puerta del Mar fue dañada por el bombardeo francés del 27 de noviembre sin aclarar ni precisar detalles. A este respecto, se tiene el testimonio del coronel español Manuel María Giménez (1798-1878), que desempeñó su carrera militar durante 52 años, 7 en España y 43 al servicio de la naciente República Mexicana. Fue ayudante de campo del general Manuel Rincón en la crisis veracruzana de 1838 y dejó plasmadas sus experiencias en el libro MEMORIAS DEL CORONEL MANUEL MARÍA GIMENEZ AYUDANTE DE CAMPO DEL GENERAL SANTA ANNA 1798-1878, que se publicó hasta 1911. En él, narra que había llegado por mar a Veracruz desde el 28 de septiembre, fue testigo presencial del bombardeo y describe lo referente a la Puerta:

“En tal estado de ventura y de prosperidad me hallaba, cuando, el 26 de noviembre de 1838, la escuadra francesa se disponía atacar el Castillo de San Juan de Ulúa. Consecuente con mis principios de defender personalmente la Independencia de México, siempre que ésta fuese atacada, abandonando mi casa y mis intereses, me presenté al Sr. Comandante General, que lo era el Exmo. Sr General de División D. Manuel Rincón, á ofrecerle mis servicios. Este Sr. los aceptó, dándome las gracias á nombre del Supremo Gobierno, y me nombró su Ayudante de Campo.

En la tarde del 27, en que la escuadra francesa batió al Castillo y bombardeaban la ciudad las bombarderas «Gloria» y «Criolla», debí ser muerto por una bomba que cayó y reventó en la puerta del convento de San Francisco, pasando yo á llevar una orden al baluarte de Concepción. A las siete de la noche, me mandó el Sr. Rincón que condujese al Castillo dos lanchas cargadas de parque de artillería. Esto no tuvo efecto por la llegada del General Santa Anna á la plaza y por capitulación de ésta y de la fortaleza, á las ocho de la noche.”

Grabado «Vista de Veracruz» mostrando la muralla y la Puerta de Mar con sus dos pórticos (Fuente: L’Illustration, Journal Universel, mayo de 1847)
Meses más tarde, en la madrugada del 5 de diciembre, Manuel María Giménez, recibió junto con Santa Anna, la noticia de la voladura de la Puerta de Mar al poco de suceder:
“El Sr. Santa Anna pasó revista en la tarde á la corta guarnición, y había dispuesto que la noche la pasáramos en el edificio de los cuarteles; pero á las diez de ella llegó el Sr. General D. Mariano Arista, procedente de su campamento de Santa Fe, y se alargó tanto la conferencia de este señor con el Sr. Santa Anna, que terminó á las tres de la madrugada. A esta hora nos retiramos á nuestros cuartos, y no á los cuarteles, como estaba dispuesto, pues no se habían enviado nuestras camas Yo estaba en la pieza inmediata á la que había elegido para retirarse el Sr. Santa Anna, sin acostarme.
Eran las cuatro de la mañana, cuando una fuerte detonación llamó mi atención y despertó á S. E.; éste me dijo: «Giménez, ¿qué es eso?» Yo le contesté: «no sé, Sr; no es el cañonazo de diana, porque la detonación ha sido más fuerte que un cañonazo y más cerca que en bahía.» En este momento se presentó un cabo de la guardia del baluarte de Concepción, muy agitado, porque había venido á todo correr, y dirigiéndose al Sr. Santa Anna, le dijo: «Sr. , los franceses, prevalidos de la obscuridad, han desembarcado en la plaza y han volado la puerta del muelle para entrar; son muchos, porque yo he visto bastantes botes llenos de tropa.» A este mismo tiempo empezamos á oír en las inmediaciones de la casa un nutrido fuego de fusilería y las voces de «¡Viva el Rey! » «iViva la Francia!» El Sr. Santa Anna se vestía, y yo acudí á mí baúl, donde tenía algún dinero, para sacarlo en aquella confusión, pues dentro de la casa habíamos más de cuarenta personas, entre Generales, jefes, oficiales y tropa, yo no volví á ver más al Sr. Santa Anna. El fuego y los gritos se aumentaban por momentos; la guardia de la puerta se batía con denuedo; el corredor de la casa, lleno de franceses haciendo fuego en todas direcciones y repitiendo los gritos de «¡Viva el Rey! » ‘ ¡Viva la Francia!» Tomé mi espada y me puse en defensa. Fui atacado por una multitud de marineros, con pistolas y machetes de abordaje; me dispararon un tiro á quema ropa, que por fortuna no salió; pero caí con ocho heridas, la mayor parte de ellas graves, y la pérdida de la sangre me privó del conocimiento.

Volví en mi acuerdo después de no sé qué tiempo, acostado en un catre en el patio de la casa de los. Sres. De Wilde y Compañía, que vivían en la esquina de enfrente de la de Serrano, y en cuyo patio habían establecido los franceses uno de sus hospitales de sangre Ya me habían hecho la primera cura.”

«Boceto de la Aduana de Vera Cruz» trazado por Edouard Pingret en 1838. (Fuente: «Historia general de las aduanas en México» de Guillermina del Valle Pavón y Antonio Ibarra)
En su investigación titulada la GUERRA DE LOS PASTELES (1838-1839) publicada el 12 de diciembre de 2015, el ingeniero Luis Manuel Villanueva Garza, investigador independiente en historia, reconstruye la secuencia de los hechos que llevaron a la voladura de la Puerta de Mar utilizando la información del reporte de operaciones del contraalmirante Baudin redactado en EXPÉDITION FRANCAISE AU MEXIQUE (1838-1839) y el contenido de MEMOIRS (VIEUX SOUVENIRS) OF THE PRINCE DE JOINVILLE que se publicó en 1895:
“El día 5 de diciembre llegó frío y cubierto por una densa neblina, haciendo que la oscuridad de la madrugada se hiciera más intensa. No se podía ver más allá de algunos metros, dificultando el abordaje de las compañías en los botes y chalupas; el movimiento de las tropas tenía que hacerse en el más absoluto silencio, para después reunirse en un punto cercano a los buques previamente acordado. La peculiar condición meteorológica vino a dar al traste con una parte de los planes de Baudin, pues impidió que algunos de los barcos pudieran reunirse y enviar a sus tropas. Entre estos se encontraba la fragata Nereida, que traía parte de las escaleras, petardos para romper las puertas, entre otros artículos necesarios para el ataque (Baudin, 1838).

Baudin por momentos desesperaba. Aunque sabía que en esta época del año amanecía más tarde, no podía esperar a que la neblina se disipara, pues el factor sorpresa se perdería, poniendo en riesgo toda la operación. A las cinco treinta de la mañana, viendo que la espesa niebla no cedía, dio la orden de avanzar. Decenas de lanchas comenzaron a moverse. Sólo se oía el ligero sonido de los remos especialmente cubiertos para amortiguar el ruido en el agua. Nadie hablaba. Nadie respiraba. Quince minutos después los botes repletos de tropa, que ya se habían ordenado en tres columnas, arribaron a igual número de puntos de desembarco a lo largo de la playa frontera a la llamada “muralla de mar”. El desembarco se realizó sin contratiempos, en perfecto orden y con rapidez, teniendo ahora a la neblina como aliado, pues quedaron completamente ocultos a la vista de los soldados mexicanos de guardia en los baluartes y muralla. Cada columna sería nombrada en acuerdo al flanco que atacarían según se veía a la ciudad desde el mar: columna central, columna de la izquierda y columna de la derecha. Llevaban a la cabeza a un comandante de su propia tripulación con sus respectivos objetivos de ataque bien definidos (Baudin, 1838).

Vista del convento de San Francisco en la década de 1920, cuya puerta fue impactada por una bomba naval durante el bombardeo francés de 1838 (Fuente: https://aguapasada.wordpress.com/page/17/)
Desde que se embarcó junto con las tropas, el príncipe de Joinville iba temeroso y a la vez emocionado. A sus veinte años, estaba en camino a participar en el asalto a una plaza fortificada y en pos de un objetivo de importancia. Para ello, se había vestido con su uniforme de teniente de corbeta, compuesto de impecables pantalones blancos ajustados, chaqueta negra con sus doradas charreteras en cada hombro y moño de listón negro al cuello. Complementó su uniforme con un sombrero claro de copa. Poco a poco el ímpetu de su juventud se fue imponiendo al miedo, por lo que lejos de amedrentarse esperaba poder entrar en acción. La columna central a la que pertenecía, estaba conformada por dos y media compañías de artilleros de la marina bajo el mando del comandante Collombel, quien había sido nombrado por Baudin comandante de la fortaleza de Ulúa días antes; también contaba con dos compañías de marineros y un escuadrón de veinte “mineros”, comandados por el teniente Tholer, más un grupo de vanguardia 90 marineros[1] del Criolla, encabezando por el mismo Joinville (Baudin, 1838). La misión encomendada al príncipe era una de las más importantes: La captura del generalísimo Antonio López de Santa Anna.
La espesa niebla hacía que los marinos tuvieran que forzar la vista para poder ver el muelle. Con todo, la columna central arribó al sitio cuando las columnas de la derecha y de la izquierda estaban alistando el ataque a los baluartes. La fuerza francesa rápidamente desembarcó en el atracadero y se preparó para ingresar a la ciudad. Sin embargo, aun con todas sus precauciones, un sargento de la guardia del muelle vio cuando las tropas francesas desembarcaban, por lo que inmediatamente salió en busca de Santa Anna para informarle. Al llegar este oficial a la plaza del mercado se encontró con dos ayudantes del general, el teniente Manuel Bárcela y el alférez José M. Pérez, a los cuales les informó de la situación (Editorial, 1870). Una vez enterados, ambos oficiales corrieron hacia la casa de Serrano.
Desembarco e ingreso de tropas francesas a Veracruz, por la Puerta de Mar con sus dos arcos existentes antes de ser dañados el 5 de diciembre de 1838 (Fuente: «Expédition francaise au Mexique» del contraalmirante Charles Baudin)

Las dos puertas del muelle se encontraban sin centinelas por afuera y cerradas, pero ellos iban preparados. Un pequeño grupo de zapadores se desprendió sigilosamente del grueso de la tropa; llevaban cargando varios sacos llenos de pólvora que colocaron apilados a los pies de la puerta izquierda “de salida” (Editorial, 1870). Con mucho cuidado un sargento prendió fuego a la mecha y se cubrió detrás de un saliente de la muralla (Joinville, 1895). La explosión fue impresionante, iluminando los alrededores con una momentánea luz blanco amarillenta y proyectando al aire humeantes pedazos de madera y piedra que pasaron zumbando sobre las cabezas de los atacantes. El estridente sonido pareció envolverlo todo y luego se perdió en la lejanía. Al disiparse el humo se pudo observar que un lado de la puerta estaba en el suelo. Como si de una señal de arranque se tratase, en ese momento se empezó a escuchar el fuego de fusilería por el lado de la columna izquierda. El baluarte de Santiago estaba siendo atacado.

Joinville se colocó al frente de su grupo y al grito de “Allez! Que Dieu sauve le Roi!”[2] Fue el primero en ingresar a la ciudad, alcanzando a ver como se perdía en la oscuridad el último hombre de la guardia mexicana de la puerta; enseguida atravesó la plaza del muelle y se dirigió, junto con sus marinos de uniforme blanco y sombreros de paja, hacia la calle de la Pastora[3].

[1] Joinville escribe que su grupo estaba conformado por 60 marinos. [2] ¡Vamos! ¡Dios Salve al Rey! [3] Hoy calle de Constitución

Voladura de la Puerta del Muelle, representada en el óleo «Combat de la Véra Cruz», autoría de Henry Pierre Léon Pharamond Blanchard en 1839 (Fuente: http://www.wikiwand.com/fr/Bataille_de_San_Juan_de_Ul%C3%BAa)
LA RECONSTRUCCIÓN DE LA ADUANA
Llegada la paz, se hicieron reparaciones a las instalaciones portuarias y los dos arcos se reformaron a un solo grande, con dos puertas rectas de cada lado, las dos junto al arco servían para el paso entre el muelle y la plazuela. Las dos externas servían para ingresar a los nuevos edificios de la Aduana Marítima y la Comisaria, que fueron construidos junto con los Almacenes de Depósito entre 1843 y 1844, durante los trabajos dirigidos por el general de ingenieros don Ignacio de Mora y Villamil.

Los franceses fueron pioneros en la fotografía en México, pues en diciembre de 1839, cuatro meses después de su difusión en París, Louis Prèlier trajo las primeras cámaras daguerrianas a México. Para 1855, ya existían algunos estudios como el de Dumesnil, La Fama de los Retratos, y el de Jules Michaud. Se considera que la primera fotografía en México se logró en Veracruz alrededor de 1839, por lo que no se conservan imágenes del aspecto del doble pórtico en su estado integro o hasta la fecha, no se han dado a conocer en caso de existir. En cambio existen óleos, bocetos y litografías, cuya exactitud arquitectónica es a veces muy dudosa, pues no están enfocados a representar la realidad topográfica sino a despertar emociones en el expectador que las contemple, convirtiendo las formas de las edificaciones coloniales a las usadas en los estilos de la arquitectura historicista: neogótico, neobizantinas, neomudéjar y neobarrocas.

Grabado «El fuerte de San Juan de Ulúa, en Veracruz, de una vista tomada de daguerrotipo», que ilustra la reconstrucción de la Aduana en 1843 (Fuente: L’Illustration. Journal Universel. V. 1., enero-agosto de 1843)
ORDEN DÓRICO Y ESTILO NEOCLÁSICO
En 1858 se publica la obra APUNTES HISTÓRICOS DE LA HEROICA CIUDAD DE VERA-CRUZ, autoría del historiador y funcionario del gobierno, Miguel Lerdo de Tejada, quien menciona las nuevas edificaciones:
“A la izquierda del pórtico que forma la entrada á la ciudad por el muelle, está situada la aduana marítima, y á la derecha la comisaría. Los edificios de ambas oficinas son bastante amplios, colocados sobre un alto zócalo ó terraplén para evitar que entren las aguas, teniendo ventanas hácia el mar y unos soportales en la parte interior que mira á la plazuela del muelle, en los que hay unas escaleras de doble subida para entrar en ellos.”
Luego describe la Puerta de Mar que conoció en 1850, con estas palabras:
“La arquitectura del pórtico del muelle pertenece al orden dórico, con un arco mayor en el centro, y una puerta menor á cada lado, con columnas embutidas sobre pedestales, y con cornisas y otros adornos que le dan un elegante aspecto, como puede observarse en la vista que acompaña á este capítulo, siendo construido todo él con piedra de granito gris.”
La arquitectura griega pertenece al sistema de columna y arquitrabe. Es decir, que emplea dos elementos rectos fundamentales: uno vertical, que sirve para sostener (columna) y otro horizontal, que se apoya sobre ésta y cubre un espacio o cierra un vano (arquitrabe o dintel). En el curso del tiempo los griegos fueron perfeccionando el sistema y creando distintas formas para cada uno de estos elementos constructivos y estableciendo relacione fijas entre ellos. Cada uno de estos elementos tenía una función propia y una forma y tamaño determinados en una relación de proporcionalidad constante con los demás, de acuerdo a reglas estéticas y al conjunto de todo se la llamó Órden.
Los tres órdenes de columna y arquitrabe griegos (Fuente: Arquitectura griega, María Fernanda Fuentes A.)

Existen tres órdenes: Dórico, Jónico y Corintio. El sistema era el mismo para los tres, lo que los diferenciaba eran las medidas y las formas de cada una de sus partes. Cada orden consta de tres partes:

  1. Entablamiento o parte superior
  2. Columna o pilar de soporte, dividido en: capitel, fuste y basa
  3. Basamento o parte inferior.
El órden Dórico es el más antiguo y se distingue por su sencillez y fortaleza, propia del modo de ser de este pueblo que emigró desde la zona del Épiro, hacia el Peloponeso hacia el 1200 a.C., ya que se crea como consecuencia del dominio cultural de los Dorios sobre los pueblos de lengua micénica. Deriva de las antiguas construcciones en madera del periodo geométrico, de un pilar de madera de sección cuadrada, al que se fueron biselando las esquinas hasta hacerlo circular.
Vista a vuelo de pájaro del Muelle Fiscal y la Puerta de Mar en la década de 1850 (Fuente: «Apuntes históricos de la Heroica Ciudad de Vera-Cruz» de Miguel Lerdo de Tejada)
Las fotografías que se conservan de la Puerta de Mar en el siglo XIX, muestran seis columnas dóricas, tres a cada lado del alto arco de medio punto rebajado. El estilo arquitectónico con el que se hizo este hermoso pórtico, es el Neoclásico.
Un estilo arquitectónico es una de las maneras de clasificar periodos de la historia de la arquitectura que se caracterizan por tener propiedades que hacen que un edificio u otra estructura sean notables e históricamente identificables.
La irrupción del arte neoclásico en España desde Francia a mediados del siglo XVIII, proviene del exterior más que por una necesidad interna de renovación. El desarrollo del bárroco quedó interrumpido al sustituir en el trono de España a la dinastía de los Habsburgo por la de los Borbones, con Felipe V (1683-1746). El joven rey, que venía de Francia, se instaló en la corte española con un grupo de artistas franceses e italianos y con ellos entraron las corrientes artísticas extranjeras. Las Academias desempeñaron un papel fundamental en la difusión de los principios del arte clásico ya que eran las encargadas de formar a los artistas. En la Nueva España, su máximo exponente fue Manuel Tolsá y Sarrión (1757-1816), director de escultura de la Academia de San Carlos.
Sus características son:
1. Se inspira en los monumentos de la antigüedad grecorromana.
2. Concepto de belleza basado en la pureza de las líneas arquitectónicas, en la simetría y en las proporciones sujetas a las leyes de la medida y las matemáticas.
3. Reacciona contra los efectos decorativos de los estilos barroco y el rococó.
4. Gusto por la sencillez, con predominio de lo arquitectónico sobre lo decorativo.
5. Emplea elementos básicos de la arquitectura clásica: columnas, ordenes dórico y jónico, frontones, bóvedas, cúpulas, etc.
El Neoclásico llegó a España y sus colonias motivado por la nueva atracción que despierta el mundo clásico, el interés surgido por la arqueología, las excavaciones de Herculano y Pompeya y el rechazo hacia las formas sobrecargadas en ornamentación del barroco.
UN ARCO DEL TRIUNFO
La Puerta de Mar reformada a un solo arco y vista desde el muelle en 1885 (Fuente: http://www.xeu.com.mx/blogs/post.cfm?id=392)
En medio del abundante tráfico y trasiego de mercancías nacionales y extranjeras, la Puerta de Mar constituía un fuerte atractivo visual para los recién llegados, como es el caso del francés Ernest de Vigneaux. Descendiente de una rica familia francesa y titulado como doctor en la Facultad de Paris, llegó a México en 1854, luego de ser liberado por haber participado en la expedicion filibustera que encabezo en contra de Sonora el Conde Raousset de Boulbon. Escribió el libro VIAJE A MÉXICO, que fue publicado en 1950 por el Banco Industrial de México en Guadalajara. Cuando refiere su estancia en Veracruz, tras visitar la Aduana, anotó la siguiente descripción:
“La plaza del muelle no es fea; sobre todo está muy animada, siendo la puerta que abre sobre el muelle la única comunicación con la rada. Este monumento, que visto desde el mar, hace cierto efecto en medio de la aduana y los de la tesorería. Es una especie de arco triunfal, cuyo pórtico principal está flanqueado por cuatro puertas bajas, rectangulares, coronadas de escudos o bajorrelieves y separadas por pilastras que sostienen el entablamiento.”
Inspirado en la obra de Lerdo de Tejada, en 1771 el periodista cubano Ildefonso Estrada y Zenea visita Veracruz y expresa una gran admiración al visitar la Puerta de Mar, que deja plasmada en LA HERÓICA CIUDAD DE VERACRUZ, DESCRIPCIÓN DE SUS MÁS NOTABLES EDIFICIOS, CON NOTICIAS HISTÓRICAS SOBRE EL ORIGEN Y FUNDACIÓN DE ESTOS, que se publicó en 1874:
“Comenzamos la colección que ha de formar nuestra galería, con la vista de la Puerta del muelle.
Y ¿qué cosa mas natural que dar á conocer de preferencia la entrada por donde, forzosamente, tienen que penetrar á su recinto todos los que vengan á visitar la heroica ciudad de Veracruz?
Al contemplar ese elegante pórtico que se levanta sobre el muelle, la imaginación no puede ménos que fijarse en el valioso capital que representan las mercaderías que por él entran y salen todo el año, y parécenos bien que se haya dado á esa Puerta todo el explendor y magnificencia que son debidos á los que, poniendo en movimiento los productos del país para cangearlos por los que nos remiten otros pueblos, que conservan sus buenas relaciones comerciales con nosotros, propenden al engrandecimiento y á la prosperidad de la nación.”
Tras esta introducción, agradece a los comerciantes mexicanos, cuya actividad considera es quien dio origen al hermoso pórtico:
“En honor pues, del Comercio se ha levantado esa puerta monumental (por lo menos así lo hemos creído nosotros) y en este sentido, por ella hemos querido principiar el Album, pues también nos complacemos en demostrar nuestros respetos y nuestra estimación á la benemérita clase bajo cuyos auspicios colocamos la primera entrega de esta publicación, que quizás no en vano se promete contar con el apoyo de tan digno Mecenas.
El Comercio, siempre respetable y digno de consideración en todas partes, bien merece en Veracruz todo género de atenciones y de deferencias por la proverbial honradez, la actividad, el celo y demás cualidades que tanta importancia han conquistado en el extranjero para esta plaza, donde residen tantos y tantos hombres laboriosos que consagran sus días á las tareas del escritorio, tras las cuales no tienen otros goces que los purísimos é inocentes del hogar y de la familia.
A ellos, pues, á su honradez, á su moralidad, tributamos este sencillo homenaje de nuestra simpatía y de nuestra estimación, que esperamos se dignen aceptar con benevolencia.”
Luego procede a describir la Puerta de Mar con una impresión artística muy emotiva que se repite constantemente en quienes aprecian las obras del arte neoclásico:
Vista cercana de la Puerta de Mar en 1885, con sus columnas del órden dórico (Fuente: http://www.xeu.com.mx/blogs/post.cfm?id=392)

“La Puerta del muelle que por su bella arquitectura de orden dórico, nos recuerda el precioso Arco de Carrousel, de París, ha sido un verdadero arco de triunfo para unos y como las horcas caudinas para otros de los que por ella han tenido que cruzar á su entrada ó á su salida de la República.

La importancia de esta puerta se desprende del hecho de que por ella no solo se penetra á la ciudad de Veracruz, sino á todo el resto del territorio que comprende una nación tan llena de tradiciones y de gloriosos recuerdos como la mexicana.
Pero no nos fijémos en la parte monumental del edificio, ni en sus condiciones materiales, que esto no hace al caso, ni es lo que mas incumbe á nuestro propósito; figurémonos solo que, así como en Madrid se llama Puerta del Sol á una plaza, donde ni siquiera existe el recuerdo de que hubo puerta y donde el Sol apénas uno que otra día deja caer sus rayos bienhechores sobre la multitud que constantemente la invade para pasar el tiempo, viendo como lo pasan los demás; figurémonos, digo, que no existiera á la entrada de Veracruz el elegante monumento que representa nuestra vista y que, así como da paso á la ciudad, también permite al curioso observador que penetre en nuestra galería para que contemple las demás vistas que irán en seguimiento de esta; ¿podéis imajinaros todo lo que por esa puerta ha entrado ó ha salido? ¿Todas las entidades políticas y militares, todos los personajes de dentro y fuera del país, que por debajo de ella han cruzado ó que transitaron esa vía, desde los tiempos de la conquista hasta el presente?
¡Cuántos recuerdos! ¡Cuántas consideraciones se desprenden de esta sola reflexión!
A un lado y otro del arco del centro hay dos pequeñas puertas: sobre la de la derecha dice: Entrada; sobre la de la izquierda: Salida. ¡Cuánta elocuencia encierran esas dos palabras! ¡Dichosos los que en toda época puedan realizar lo que ellas dicen! Pero ¡cuántos son los que han entrado para no volver á salir! ¡Cuántos los que salieron para nunca volver á entrar !
Sobre el arco del centro no hay inscripción alguna. Los ojos, materialmente, no perciben ningún rótulo; pero ¡cuantos al cruzar por debajo de ese arco, creyeron leer en caracteres de fuego, como si allí estuviera escrita, esta inscripción de que nos habla el Dante en su Divina comedia: «Lasciate ogni esperanza ¡oh voy che éntrate»*”
Tras repetir la descripción escrita por Lerdo de Tejada veintiún años antes, finaliza:
“Desde el l 9 de Enero del presente año, hasta hoy 22 de Mayo; han entrado por esta Puerta 1,116 pasajeros llegados á Veracruz en 199 buques de distintas nacionalidades.”
Elementos del órden dórico (Fuente: Arquitectura griega, María Fernanda Fuentes A.)
Tal como señaló Estrada y Zenea, la Puerta de Mar es una estructura arquitectónica del tipo arco del triunfo, que siguiendo la antigua tradición romana muy estudiada por los artistas del estilo Neoclásico. Uno de las principales objetivos tras la conquista de territorios era el incluir estos dentro del mundo romano, no solo políticamente, sino también social y culturalmente, esto es, “romanizar». Si un pueblo se sentía dentro del «mundo romano» se evitaba el levantamiento popular, ya que estaban integrados en él. Para ello, además de grandiosos edificios públicos de ocio, de templos de culto o de una excelente infrestructura urbana, se necesitaban elementos que recordasen a los habitantes que pertenecían a un grandioso imperio.
Por este motivo se levantaron idílicas estatuas de los distintos césares o emperadores y monumentos conmemorativos de eventos, fundamentalmente grandes victorias bélicas. Por desgracia se han perdido muchas de estas construcciones, que, al tener un significado político militar, en algunos casos fueron desmontados o destruidos una vez que el imperio fue perdiendo su autoridad. Los monumentos conmemorativos romanos que se extendieron por todo el imperio fueron principalmente los arcos de triunfo y las columnas.
Habitualmente eran colocados en el acceso principal de las ciudades, para así recordar a sus habitantes la grandeza y fortaleza del mundo romano. En su principio fueron arcos de madera donde exponían los trofeos y botines conseguidos en su victoria. Esta costumbre evolucionó hasta crear los arcos conmemorativos con inscripciones. Son de origen romano, y es evidente su éxito, ya que se han seguido construyendo hasta nuestros días. Además de este motivo conmemorativo de una victoria o de un gran personaje, también sirvieron como delimitación de fronteras provinciales.
Su estructura en alzado los divide básicamente en tres tipos:
Tipos de arcos del triunfo construidos en el imperio romano y adoptados por otros pueblos posteriores al año 476 d.C. (Fuente:http://www.spanisharts.com/arquitectura/roma_conmemorativos.html)

1. ARCO DE UN VANO: consta de un arco coronado con un entablamiento con inscripción y sustentado por columnas o pilares adosados. Sobre él se alza un arquitrabe con la cornisa en la que se lee el texto motivo de su edificación. Se incluyen los arcos contruidos sobre los puentes.

2. ARCO DE TRES VANOS: son más comunes en todo el mundo romano, excepto en España. Mantienen un estructura constante, dos arcos laterales más pequeños y uno central más amplio y alto. En ocasiones servían también como «puertas de control» de las ciudades e instalaciones muy transitadas: por el vano central -más grande- pasaban los carruajes y animales y por los laterales las personas, uno para entrar y otro para salir. El único arco de este tipo conservado en España es el famoso Arco Romano de Medinaceli. En la ciudad de Veracruz se conserva otra obra de este tipo en el pórtico neoclásico de acceso del antiguo edificio penal Ignacio Allende, hoy deshabilitado para la función carcelaria.
3. ARCO CUADRIFONTE: tiene cuatro frentes, es de planta cuadrada o ligeramente rectangular, mantiene en cada uno de sus lados un arco, que como es lógico, se comunica directamente con su enfrentado y perpendicularmente con los otros dos. Es el menos común de los arcos romanos, en España solo sobrevive el Arco de Capera.
La Puerta de Mar pertenece al tipo de arco de tres vanos, aunque sus cuatro entradas laterales fueron construidas con techo plano y no con bóveda de cañón.

EN LA NUEVA ADUANA PORFIRIANA

Arco del triunfo de 3 vanos conservado en el pórtico de acceso al antiguo penal Ignacio Allende construido en la primera década del siglo XX, marzo 6 de 2016 (Fuente: Archivo del Lic. Mario Jesús Gaspar Cobarruvias)
La Puerta de Mar fue respetada durante la construcción de la nueva Aduana Marítima, a cuya estructura quedó integrada a finales del siglo XX, convirtiéndose en su salida trasera y las entradas laterales fueron convertidas en balcones con grandes ventanales; quedando así como el único vestigio de la antigua aduana construida a partir de 1843.
La parte del edificio que mira al mar, fue integrado a un paño (porción de pared más o menos extensa) de la antigua muralla de Veracruz, donde aun existe un pequeño tramo dotado aún de cuatro troneras abocinadas para disparo de los fusileros, tal como señalan los trabajos del Taller Virtual de Arquitectura Infografía Paz Arquitectos, que en 2009 realizaron reconstrucciones tridimensionales del inmueble, autoría de Alberto de Jesús Zamora Valdés.
Al inaugurarse en 1902 las obras de ampliación del puerto de Veracruz, con nuevos muelles, la Puerta de Mar dejó de ser la entrada de los viajeros a México. Por dentro está resguardada por un elegante domo recubierto de finas maderas y un hermoso gran vitral que reproduce la insignia nacional. En la fachada, se construyó un arco a semejanza de la Puerta de Mar y con una reja de gran tamaño hecha en bronce, así como ocho columnas en cuatro grupos dobles. Después de 1925, se le añadiría un frontispicio triangular, que ostentaría la insignia nacional y motivos nacionalistas, encima del nombre de ADUANA MARÍTIMA.
La Plazuela del Muelle y la torre del convento de San Francisco en 1864 (Fuente: «Memoria de las obras del Puerto de Veracruz» de José Pérez de León)

El edificio ya tenía un aspecto muy similar al actual en 1895 y en las remodelaciones realizadas por la empresa del inglés Weetman Dickinson Pearson en 1902, adquirió su fachada que es mezcla de los estilos neoclásico y nacionalista de finales del siglo XIX. Fue construido bajo el diseño de los ingenieros Salvador Echegaray y Emilio Lattine. Fue terminado en 1904, tal como se manifiesta en el INFORME DEL C. GENERAL PORFIRIO DÍAZ, PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, A SUS COMPATRIOTAS, ACERCA DE LOS ACTOS DE SU ADMINISTRACIÓN EN EL PERIODO CONSTITUCIONAL COMPRENDIDO ENTRE EL 1 DE ABRIL AL 30 DE NOVIEMBRE DE 1904:

“Varias son, a este respecto, las iniciativas propuestas por el Ejecutivo que han comenzado a llevarse al terreno de la práctica. Citaré desde luego las obras del saneamiento de Veracruz y las que tienen por objeto la provisión de agua potable de dicha ciudad Las obras pueden darse ya por concluidas, habiéndose de esta suerte realizado una mejora de suma trascendencia en el primer puerto de la República. Se encuentra ya terminado el edificio que se destina a Aduana Marítima y muy avanzados los de los Telégrafos y Correos. Además se concluyó el edificio de la estación sanitaria instalado en dicho puerto.”
Vista de la Puerta de Mar desde la Plazuela del Muelle (Fuente: «Memoria de las obras del Puerto de Veracruz» de José Pérez de León)

El edificio de la Aduana Marítima fue terminado entre abril y noviembre de 1904, entrando en operaciones inmediatamente. Mientras que su edificio hermano, destinado a las oficinas de Correos y Telégrafos Nacionales, fue terminado en 1905. Pero Correros entró en actividades entre enero y junio de 1910 y Telégrafos hasta fines de 1909.

La Aduana Marítima en su carácter comercial sirvió al pueblo de México hasta 1995. En este año, debido a la requisa que llevó a cabo el gobierno federal en el puerto de Veracruz, las oficinas del Servicio de Administración Tributaria (SAT) se trasladaron a este inmueble, donde permanecieron hasta febrero de 2013. Durante estos años, al ser un edificio de propiedad federal y acceso restringido, la Puerta de Mar no pudo ser visitada ni contemplada más que por quienes trabajaban en el edificio o por su actividad laboral, tenían que pasar por ahí.

Llegada del general Juan Prim y recibimiento oficial frente a la Puerta de la Aduana en 1861 (Fuente: https://aguapasada.wordpress.com/2014/01/26/1er-recorrido-por-veracruz-en-los-anos-1860s-1870s/)

CAMBIOS EN EL SIGLO XXI

Vista de la Puerta de Mar desde el recinto portuario en enero de 2014 (Fuente: Gustavo Torres Calderón)
El 5 de agosto de 2014, el medio de comunicación digital MILENIO.COM da a conocer la siguiente noticia de la reportera Isabel Zamudio:
“El edificio que albergara durante casi un siglo la Aduana Marítima de Veracruz fue entregado a la Secretaría de Marina-Armada de México, mismo que será rehabilitado para establecer allí una unidad administrativa de la SEMAR.
En un comunicado la Secretaría de Marina-Armada de México informó que recibió de la Secretaría de la Función Pública a través del Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales, el edificio conocido como la «antigua» Aduana ubicado en el Centro Histórico de Veracruz, frente a la Plaza de la República que es reconstruida.
En la entrega física y jurídica, como representantes de la Armada de México, estuvieron presentes el Vicealmirante Jorge Alberto Burguete Kaller, Comandante de la Tercera Zona Naval, y el Contralmirante Flavio del Ángel García, Director General Adjunto de Abastecimiento, así como el Licenciado Omar Eduardo Aguilar Alcántara, Director de Incorporación y Desincorporación de Inmuebles, como representante del Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales.
El inmueble, que el Gobierno del estado de la pasada administración solicitó para convertirlo en una especie de museo o galería, operará como oficinas administrativas de la Armada.
El edificio ubicado en la Avenida Marina Mercante, es recibido provisionalmente en depositaría para custodia, vigilancia y empleo de la Armada de México quien realizará la rehabilitación.
Puntualiza la dependencia que de esta manera pretende fortalecer sus acciones para el cumplimiento de sus atribuciones en beneficio de la población.

El inmueble construido durante el gobierno de Porfirio Díaz funcionó también, durante más de 15 años como oficinas del Sistema de Administración Tributaria.”

Vista de la Puerta de Mar desde el recinto portuario en mayo de 2015 (Fuente: Gustavo Torres Calderón)
En 2015 fue donado para ser la nueva sede de la Primera Región Naval, que llevó a cabo una extensa restauración del inmueble. Este acto fue muy controvertido para muchos veracruzanos, tras cancelarse así el proyecto de convertir la ex-aduana en un museo y tener acceso al interior de este Monumento Histórico tantos años solo conocido desde afuera. Generó además de descontento y decepción, rumores de que la Puerta de Mar había sido demolida al igual que las bardas circundantes levantadas hacia 1940. Pero el gran pórtico neoclásico continúa en pie, si bien las alteraciones al arco (vistas en 2015) le han despojado de su belleza neoclásica y el acceso continúa restringido al público -ahora por militares- y cruzado a diario por decenas de personas que ignoran su historia y simbolismo internacional.
* Abandonen toda esperanza ¡Los que entran!
Vista de la Puerta de Mar desde el recinto portuario el 1 de octubre de 2015 (Fuente: Gustavo Torres Calderón)
Vista de la ex-Aduana Marítima convertida en sede de la Primera Región Naval, 25 de enero de 2016 (Fuente: Archivo del Lic. Mario Jesús Gaspar Cobarruvias)
El autor de esta investigación durante prácticas de fotografía nocturna en marzo de 2015, en los que fueran antaño terrenos de la Plazuela del Muelle (Fuente: Archivo del Lic. Mario Jesús Gaspar Cobarruvias)

BIBLIOGRAFÍA:

Moncada Maya, José Omar. INGENIEROS MILITARES EN NUEVA ESPAÑA, INVENTARIO DE SU LABOR CIENTÍFICA Y ESPACIAL, SIGLOS XVI AL XVIII. Universidad Nacional Autónoma de México, México D.F., 1993.
Maawad, David, Muñoz Espejo, Francisco Martín, Sanz Molina, Sara Elizabeth, Fernández, Ángel José. FORTALEZAS HISTÓRICAS DE VERACRUZ. Secretaría de Educación del Gobierno de Veracruz-Llave, Xalapa-Enríquez, Ver.México, 2010.
García, Genaro. MEMORIAS DEL CORONEL MANUEL MARÍA GIMENEZ AYUDANTE DE CAMPO DEL GENERAL SANTA ANNA 1798-1878. Colección de documentos inéditos o muy raros para la historia de México, Tomo XXXIV, Librería de la Vda. de Ch. Bouret, 45-Avenida del 5 de Mayo-45 , México, 1911.
García de León, Antonio, Rumazo, Liza. Primera Edición, Instituto Veracruzano de Cultura, Programa del Desarrollo Cultural del Sotavento, México, 2006.
Lerdo de Tejada, Miguel. APUNTES HISTÓRICOS DE LA CIUDAD DE VERACRUZ, Volumen III, Capítulo VIII. Imprenta de Vicente García Torres, México, 1857.
Estrada y Zenea, Ildefonso. LA HERÓICA CIUDAD DE VERACRUZ, 1874. Xalapa, U.V., Colección Rescate 1994.
Pérez de León, José. MEMORIA DE LAS OBRAS DEL PUERTO DE VERACRUZ. Editora del Gobierno del Estado de Veracruz-Llave, 1996.
FUENTES ELECTRÓNICAS:
LAS ADUANAS DEL VIRREINATO EN MÉXICO, Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de la República Mexicana, Guillermina del Valle Pavón, Antonio Ibarra: http://antonioibarra.com.mx/wp-content/uploads/2011/02/Las-aduanas-del-virreynato.pdf
MEMORIAS DEL CORONEL MANUEL MARÍA GIMENEZ AYUDANTE DE CAMPO DEL GENERAL SANTA ANNA 1798-1878, Hathi Trust Digital Library: http://catalog.hathitrust.org/Record/001644370
LA GUERRA DE LOS PASTELES (1838-1839), Historia de la ciudad y puerto de Veracruz, Luis Manuel Villanueva Garza, 12 de diciembre de 2015: https://www.facebook.com/media/set/?set=a.450967815088092.1073741838.433614080156799&type=3
BATAILLE DE SAN JUAN DE ULÚA, Wikiwand: http://www.wikiwand.com/fr/Bataille_de_San_Juan_de_Ul%C3%BAa
UNA ÉPOCA CLAVE EN LA HISTORIA: 1848-1868, artículo de Javier Pérez Siller: http://www.mexicofrancia.org/articulos/p85.pdf
ÓRDENES ARQUITECTÓNICOS, Arquitectura griega, María Fernanda Fuentes A.: http://mariafernandahappy.webnode.es/ordenes-arquitectonicos/
ÓRDEN DÓRICO, Arquitectura griega, María Fernanda Fuentes A.: http://mariafernandahappy.webnode.es/ordenes-arquitectonicos/orden-dorico/
ARQUITECTURA Y ARTE NEOCLÁSICO, Arteguías.Com: http://www.arteguias.com/neoclasico.htm
MONUMENTOS CONMEMORATIVOS, Historia de la arquitectura en España, SAE: http://www.spanisharts.com/arquitectura/roma_conmemorativos.html
WEETMAN DICKINSON PEARSON: EL CONTRATISTA DE DON PORFIRIO, Revista de la Universidad UNAM, Priscilla Connolly: http://www.revistadelauniversidad.unam.mx/ojs_rum/files/journals/1/articles/14361/public/14361-19759-1-PB.pdf
ADUANA MARÍTIMA DE VERACRUZ 2, Taller virtual de arquitectura e infografía PAZ Arquitectos, Alberto de Jesús Zamora Valdés, lunes 12 de octubre de 2009: http://pazarquitectos.blogspot.mx/2009/10/aduana-maritima-veracruz-2_12.html
ADUANA MARÍTIMA, 1902, Arquitectura del Siglo XX en la Ciudad de Veracruz, Instiuto Veracruzano de Cultura, 24 de noviembre de 2013: https://guiadearquitecturadeveracruz.wordpress.com/2013/11/24/aduana-maritima-1902/
1906 INFORME DEL C. GENERAL PORFIRIO DÍAZ, A SUS COMPATRIOTAS, ACERCA DE LOS ACTOS DE SU ADMINISTRACIÓN 1900-1904, Noviembre 30 de 1904, MemoriaPolíticadeMéxico, historiadora Doralicia Carmona Dávila, Universidad de Guanajuato: http://www.memoriapoliticademexico.org/Textos/5RepDictadura/1904-Inf-PD.html
PIDE INAH RESTITUCIÓN DE NOMBRE A EDIFICIO DE LA SEMAR EN VERACRUZ, La Jornada en línea, corresponsal Luz María Rivera, jueves 22 de octubre 2015: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/10/22/pide-inah-restitucion-de-nombre-a-historico-edificio-de-la-semar-en-veracruz-4678.html
SERÁ DE LA SEMAR INMUEBLE DE LA “ANTIGUA” ADUANA DE VERACRUZ, Milenio.Com/Estados, Isabel Zamudio, 5 de agosto de 2014: http://www.milenio.com/estados/Antigua-_Aducana_de_Veracruz-Semar_0_348565490.html
Vista del antiguo muelle fiscal, con los malacates para subir mercancías y artículos de los viajeros que llegaban a Veracruz (Fuente: Armando Merodio Bremont
Viajeros desembarcando en el antiguo Muelle Fiscal antes de ingresar a la ciudad por la Puerta de Mar (Fuente: «Puerto de Veracruz», Colección Veracruz: Imágenes de su Historia de Bernardo García Díaz)
Vista desde el mar, de la Aduana Marítima y la Puerta de Mar, en la segunda mitad del siglo XIX (Fuente: «Puerto de Veracruz», Colección Veracruz: Imágenes de su Historia de Bernardo García Díaz)
La Aduana Marítima y la Puerta de Mar hacia 1900 (Fuente: «Veracruz Ilustrado» de J. R. Soouthworth)

 

Postal coloreada mostrando la Aduana Marítima y la Puerta de Mar antes de la construcción del domo (Fuente: http://losprotagonistas-tarjetaspostales.blogspot.mx/)

 

 

Postal monocromática mostrando el muelle y la Puerta de Mar en 1903 (Fuente: http://losprotagonistas-tarjetaspostales.blogspot.mx/)

 

Derribo de los muros de la antigua Comisaría para levantar la nueva Aduana Marítima (Fuente: «Memoria de las obras del Puerto de Veracruz» de José Pérez de León)
Fotografía del ingeniero británico Weetman Dickinson Pearson, primer vizconde de Cowdray y cuya empresa realizó los trabajos de ampliación del puerto de Veracruz y su Aduana Marítima (Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Weetman_Pearson,_1st_Viscount_Cowdray#/media/File:Portrait_of_Lord_Cowdray.jpg)
Vista de la Puerta de Mar ya integrada al edificio de la nueva Aduana Marítima en 1906 (Fuente: «Memoria de las obras del Puerto de Veracruz» de José Pérez de León)
Vista de la Puerta de Mar hacia 1915 (Fuente: Armando Merodio Bremont)
Vista de la Aduana Marítima y la Puerta de Mar hacia 1915 (Fuente: Armando Merodio Bremont)
La Puerta de Mar hacia 1915 (Fuente: https://aguapasada.wordpress.com)

 

El edificio de la Aduana Marítima alrededor de 1946, con su frontispicio adornado con la insignia nacional (Fuente: https://aguapasada.wordpress.com/2014/06/29/veracruz-historia-grafica-de-la-plaza-de-la-republica-2a-serie/)
Vista de la Puerta de Mar desde el recinto portuario en enero de 2014 (Fuente: Gustavo Torres Calderón)

 

 

2 Comentarios

    1. Desgraciadamente, el artículo es tomado de una publicación de Mario Jesús Gaspar Cobarrubias que ya no tiene referencia en internet. Las fotos de ese artículo original ya no están ligadas donde él las encontró y los enlaces están ya rotos. Cuando se publicó este artículo hace ya tres años, los enlaces aún se dirigían a los sitios indicados por el autor. Tres años después, esos enlaces ya no no están vigentes. Le recomienda recurra al sitio de facebook del auto, para ver si el conserva esos enlaces. Su sitio es: https://www.facebook.com/mariojespus.gasparcobarruviasiii.1

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