Por Raúl González RiveraEL TAXI, UN RUBRO DELICADO
EN ORDENAMIENTO VIAL

Como se sabe, en los dos últimos sexenios el rubro del taxi sufrió un incremento tremendista en la puesta en circulación de unidades vehiculares, al grado de que provocó el caos vial, una deplorable imagen para una ciudad repleta de burócratas y estudiantes y la constante de siniestros y accidentes en nuestras calles y avenidas, al grado de convertirlo en un servicio que discrepa de las bondades que supuestamente, en labios de los políticos, ofrece la otrora Atenas veracruzana.
Dos males entrañan la vida cotidiana en Xalapa y que son los graves congestionamientos a toda hora del día, provocados por taxis y los autobuses urbanos. Ambos medios de transporte sucios, malolientes, y que suelen conducir malandrines y otros tantos, señalados de ser ineptos, porque ignoran señalamientos de tránsito y todo el reglamento en la materia.
El grueso de encargados de conducir el taxi, además exhibe sus condiciones de Tarufi corriendo por las calles, además de referir muchos de ellos que el parque vehicular de este servicio público corresponde a concesiones que explotan ex funcionarios públicos, los cuales en su momento de operar como tales, adquirieron concesiones muy por encima de las que autoriza y contempla la ley en la materia.
Así que en el taxi hay influyentes, hijos, entenados, secretarias, sabuesos y primos y hermanas de ex funcionarios públicos, cuyos conductores suelen acometer en las rúas públicas, como si fueran las pistas de la Magdalena Mixhuca.
El prestador de estos servicios deja mucho que desear y decir en nuestras ciudades.
Sin embargo, ninguna autoridad, ya sea directamente la de tránsito y transporte público, dependiente del gobierno del estado, y el regidor encargado del ramo, han podido contener esta ola que levanta polvaredas en las arterias públicas, no obstante que el principal obstáculo para hacer de la prestación de servicios de transporte a los pasajeros, son los taxis y los autobuses urbanos.
Enturbian la circulación vehicular en la capital y obstruyen feamente las entradas a los centros comerciales, las terminales de autobuses foráneos, como es Caxa, donde sin ningún control ni orden el taxi es antes que los usuarios de la central camionera, y en las plazas comerciales el ingreso de dichas unidades es superior infinitamente a la cantidad de particulares que arriban a dichos lugares para realizar sus compras cotidianas.
Se ha hecho el anuncio en el sentido de que van a presentar un programa de tránsito y vialidad, el cual seguramente deberá incluir el retorno de la educación vial, para que tanto peatones como automovilistas sepan conducirse sobre las rúas, las cuales a últimas fechas se han convertido en peligrosas trampas mortales para propios y ajenos.
Inclusive, la apertura de un servicio de taxis a los visitantes que borre la mala imagen que dejaron los programas de «Yo sí leo en taxi» y el representado por el «taxista bilingüe», los cuales fracasaron rotundamente y los viajeros que llegan a Xalapa tienen que andar preguntando cuál es el servicio más cómodo y seguro, porque por voz de los propios líderes de las organizaciones gremiales de aquéllos, cuando menos hay 200 taxistas que utilizan sus unidades para atracar a los pasajeros, amén de la flotilla que se ha visto involucrada en la constante de ilícitos que van desde el robo a mano armada, la extorsión y el secuestro de personas. Esperemos.
* VOLVIÓ LA MUGRE AL
MERCADO GALEANA
De nada sirvió el remozamiento del antiguo parquecito de juegos infantiles Galeana y ahora convertido en un muladar al cual sus explotadores califican de ser un mercado de abasto alimentario.
El refugio de decenas de comerciantes ambulantes ha vuelto por sus fueros a ser la ratonera que ha sido a lo largo de cuando menos 30 años, por decisión de una vieja dirigente de locatarios y ambulantes, a la cual ninguna administración de gobierno municipal, en los últimos cinco trienios, ha podido someter.
Dicho mercado carece de las más elementales condiciones de higiene y limpieza, así que la autoridad de turno decidió rehabilitarlo transformando sus interiores y dotando al entorno de una imagen con algún decoro, funcionalidad y sin afectar a terceros, que conforman los habitantes del lugar, la mayoría familias xalapeñas muy antiguas, a las cuales por ningún momento pasó la idea de que su parque de juegos infantiles iba a ser clausurado, para abrir un improvisado mercado de productos alimenticios.
Sin embargo, tras de su remozamiento, la madeja de cables de la energía eléctrica y otros han vuelto a ser instalados, exhibiendo necesariamente los riesgos de que se pueda registrar un siniestro de cuyas consecuencias nadie quiere imaginarlo siquiera, en el buen sentido.
Las familias buenas que habitan en las calles de Poeta Jesús Díaz, Madero y el callejón que atraviesa precisamente la doble fila de la estantería que ha sido instalada, sin respetar las fachadas ni entradas de las moradas que aquellas habitan, y que ahora deben reconocer y aceptar que la mugre volvió, la basura, los plásticos volando haciendo las veces de tejados y los roedores del tamaño de conejos y que a las personas retan con estruendosos gruñidos, porque ya no les temen, y que corren por las atarjeas, salen a la arteria pública y los alrededores de este presunto mercado.
La ciudad, y particularmente el corazón de la misma, es la que más padece la existencia de establecimientos dedicados a la venta de productos comestibles, los cuales con el paso del tiempo se transforman para desgracia y tragedia de la propia salud pública, en el cochinero más pestilente e inmundo, sobre todo en días de calores y secas.
Lo que ocurre a los vecinos de Madero y Poeta Jesús Díaz cobra mayor relevancia debido a que en dicho lugar se erigió de manera improvisada un mercado que por ningún concepto pasaría ninguna inspección sanitaria en forma, porque su creación se debe a la persistencia y poderío de una lideresa de comerciantes y la debilidad y sometimiento en que se ven envueltos los funcionarios públicos, de la jerarquía burocrática que usted quiera, que tienen una aparente responsabilidad y compromiso para atender este rubro, pero que en la hora de la verdad no lo hacen, se implican por mordidas monetarias a cambio, o simplemente incurren en omisión.
* SI LOS GRINGOS NO NOS
QUIEREN, VAMOS CON CHINA
Si los gringos no nos quieren a los mexicanos ni al país como tal, la alternativa de solución está virar hacia la ex China comunista de Mao Tse Tung.
Se trata de un momento de confianza y creatividad.
El presidente Donald Trump no cejará en construir su muro sobre una superficie de tres mil 500 kilómetros longitudinales y seis metros de altura. Se trata de la monstruosa separación física entre dos países que, en efecto, han sido incómodos vecinos, jamás hermanos, como la sugiriera la embajadora Jacobson.
La intención viene de hace muchos años, pues los yanquis no han limitado sus aspiraciones de hacer de su país el espacio por excelencia exclusivamente para los habitantes originarios de las ciudades yanquis.
Aun en el tiempo en que gobernó el demócrata Barack Obama, el éxodo se dio paulatina pero seguramente. Tres millones 500 mil mexicanos han sido deportados a su país de origen y así sucesivamente ha ocurrido con el paso de los gobiernos norteamericanos.
La vecindad nos obliga, pero igualmente, en estos momentos la alerta debe estar encendida de manera permanente, porque la deportación de diez millones de compatriotas está en puerta y la va a cumplir necesariamente el señor Donald Trump. Las promesas de campaña se cumplen, ha dicho y de ninguna manera denota alguna consideración o reflexión acerca del destino de tantos deportados y que abandonarán seguramente a una suerte imprevista, a sus familiares, esposas e hijos o esposos, según sea el caso.
Empero, la persistencia de los yanquis es, o radica, en cerrar las puertas de acceso a sus ciudades, y si bien es cierto que la relación diplomática tiende el puente para continuar los compromisos que bilateralmente han invocado México y Estados Unidos de Norteamérica, pero lo medular es que Washington pretende correr al total de mexicanos sin documentación migratoria y que arribaron a suelo gringo tras de cruzar el desierto.
Luego entonces, surge la reflexión entre millones de mexicanos, acerca del porqué no afianzar la relación bilateral con China, de donde ya de antemano consume una inmensa cantidad de productos. O si no son chinos, con los japoneses, el resto de naciones asiáticas, las cuales han abierto sus puertas a los productos manufacturados desde este lado del mundo y es la hora en que se sigue presumiendo que los mexicanos involucrados con la vida yanqui, va a salvar al país, con sus 26 mil millones de dólares que anualmente envían como remesas a esta sufrida patria.
Es verdad que los cánones en materia de relaciones internacionales le dicta a la conciencia pública que el gringo es quien más conviene al país, pero los yanquis o particularmente su mandatario, no quiere a México ni a los mexicanos, de allí es que nadie en el mundillo oficial se resiste a seguir buscando los canales de comunicación que les lleven hasta la Casa Blanca y poder convencer al magnate-presidente que las mayorías de connacionales no son delincuentes, tampoco asesinos ni violadores. Por favor.
