Ética, ética, ética…


por  Rodolfo Calderón Vivar

 

por Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Si revisamos la historia  de México y Veracruz, incluidos los sucesos más recientes que impactan en nuestra vida política, social y económica, nos podemos dar cuenta que, de una u otra manera, la palabra que resuena como un eco débil pero persistente es la de ética.  Aunque la queramos desdeñar o ubicarla en la categoría de lo irreal y lo idealista, permanece ahí, repetidamente, como punto neurálgico del caos del país.

Es un problema  ético, con su consecuente culpa ligada  a delitos, el desastre del gobierno priista de Javier Duarte. Las formas y el fondo de un quehacer gubernamental orientado a perjudicar a todo un estado del país, en un saqueo irrefrenable e inverosímil, apartado de la mínima consideración de cumplir una función pública de manera eficaz  y eficiente, procurando el máximo bien para la mayoría de los veracruzanos.

Es un problema ético la actuación de una organización, como lo es el Partido Revolucionario Institucional, incapaz de aplicar freno y sanciones a todo un equipo de políticos ligados a un ejercicio del robo y el abuso del poder, en conturbenio. Bajo el pretexto de hacer política, negociando,  se hicieron aparte las más elementales decisiones para poder extirpar un cáncer que aún corroe las filas del tricolor veracruzano,cuya dirigencia estatal aún sigue en manos de quienes son herederos del binomio Duarte-Herrera Beltrán.

Es un problema ético la actitud distante y lenta en el actuar del gobierno de Enrique Peña Nieto no solo para encarar con energía y justicia pronta los graves acontecimientos que hundieron al estado de Veracruz en un desastre económico monumental, sino también para ignorar de manera despiadada las condiciones de bancarrota de la actual administración gubernamental. Bajo los criterios de la ética utilitarista, que marca el sello de su política neoliberal, se atenta contra la ideología de maximizar la felicidad de las mayoría, antes que dejarlas al garete, como lo está haciendo con la omisión de un rescate financiero para resanar los daños de una administración, que el sistema presidencial nunca pudo refrenar en sus malas decisiones.

Hacer lo correcto en política, aplicado una ética inclusiva, es decir un hacer el bien pensando en todos los que integran una comunidad como lo es la del pueblo veracruzano, no parece ser la guía de la conducta de los diputados del congreso estatal veracruzano. Al contrario, priva la exclusividad para tomar decisiones manchadas por los criterios de la revancha, la venganza y el oprobioso argumento de ceñirse a la línea política del partido, antes que aplicar ya no digamos la aplicación de criterios jurídicos en consonancia como la  justicia social, sino el raciocinio suficiente para apegarse al sentido común más elemental.

Sin cohesión social no es posible avanzar hacia un futuro esperanzador. Y la cohesión social surge de una sociedad civil organizada. Poco se está haciendo al respecto. Por el contrario priva el interés de la camarilla política ligada a la partidocracia en pos de intereses cupulares. La sociedad civil ha sido hecha a un lado. Incluso, las candidaturas ciudadanas que  debieran ser una aspiración política de los grupos organizados de ciudadanos, sin preferencia de la ideología de un partido, ahora están siendo arrebatadas por los propios partidos, ante el menosprecio popular respecto de su forma de hacer política en México.

Ética, ética, ética es la palabra clave, sin ella ni la economía, ni la política, ni la función pública caminarán hacia el progreso, la justicia, la democracia y el bien común. Tal vez sea momento de reflexionar y replantear los valores  e ideales de nuestra nación en función de ella. Desde hace tiempos hemos perdido el rumbo y la satisfacción de lo que hemos hecho por el país, porque precisamente no podemos, o no queremos, entender que la ética no es una palabra hueca ubicada en el mundo ideal y de las utopías inalcanzables, sino una guía para hacer avanzar nuestro país hacia una organización más civilizada  y moderna.

 

 

1 comentario

  1. Los valores éticos o la ética de las instituciones y personajes políticos de la república criolla de México son:
    a) Nepotismo ilimitado.
    b) Homofobia.
    c) Misoginia. La equidad de género es un chiste.
    d) Racismo.
    Y agregue usted a estos la Codicia Insaciable.
    El artículo de Calderón Vivar, nuestro tesonero editor es muy puntual. Saludos desde nuestro Arenal Ardiente, la Veritas Cruz.
    @adolfoperez58

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