por Rodolfo Calderón Vivar

El escándalo contra Emilio Lozoya vuelve a cimbrar los titulares de México. Solo que esta noticia era ya una bomba largamente anunciada que, a estas alturas, parece que explota de manera contenida pero inútil en cuanto a la posible detención del ex funcionario mexicano que ahora se esconde tras del peta del muerto: la demanda contra todos aquellos que lo acusen.
Y por cierto, la liga de los sobornos conecta a Lozoya con nuestros ínclitos ex gobernantes, Javier Duarte y Fidel Herrera, el recién resucitado político veracruzano por lo que no sería extraño conjeturar que su estrategia de atacar para defenderse sea muy al estilo veracruzano.
Varias veces, Mauricio Odebrecht, el empresario corruptor de transacciones comerciales relacionadas con jugosos contratos en nuestros país, vino y se retrató con el ex gobernador, Fidel Herrera Beltrán. Otro tanto hizo también Javier Duarte. Eran tiempos de auge de los empresarios brasileños. El problema es que también Enrique Peña salió en la foto. Pero si se sigue la ruta del dinero, entonces puede conocerse hasta que puntos los ex gobernantes veracruzanos pudieron disfrutar también de las ventajas financieras de los tratos con el empresario extranjero.
De eso y más debe conocer la Unidad de Inteligencia de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, hacia donde apuntarán las investigaciones de los próximos días. Lozoya está asustando con el petate del muerto, pero no da la cara. Sabe que es el hilo más delgado en este escándalo de corrupción que vuelve a sacudir las noticias nacionales. 
El problema principal es que una vez que estalló la bomba, el castigo debe ser ejemplar contra quien resulte responsable. Y debe incluir a todos los involucrados, aunque claro con el debido proceso y la presunción de inocencia. Emilio Lozoya es uno de ellos. Su detención sería ejemplar. ¿Seguirá la vía de investigaciones hasta los involucrados en Veracruz? Si es así, sería doblemente ejemplar. Pero para lograrlo, es preciso que la investigación sea a fondo, y desde los ámbitos de poder del Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, porqué hasta el momento, Mauricio Odebrecht y sus testaferros no han hablado de más contra tan excelentes anfitriones que tuvieron en los pasados dos sexenios, en el estado de Veracruz. Dos finísimas personas, uno entambado pero con privilegios y otro hasta resucitado por el PRI nacional y llevado a la Asamblea Nacional para vitorear los nuevos tiempos de anticorrupción de ese partido político


GRUPO MAS EN PROBABLES PESQUISAS.
Y efectivamente, la cloaca ya destapada y rebosante (aparte de pestilente) va a evidenciar los arreglos y componendas que existen en la denominada empresa Grupo MAS que usufructúa el servicio e infraestructura de agua potable, saneamiento y drenaje en el municipio de Veracruz y Medellín.
Hay que considerar que, hasta la actual administración municipal de Veracruz del alcalde Ramón Poo Gil puede ser sujeta de indagaciones en este caso continental de corrupción.
Saludos al tesonero editor de EFACICO, buen artículo.
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