México, el país donde no pasa nada


Por: Héctor Saldierna

Por Héctor Saldierna Martínez, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Bien podría decirse de México que es el país donde no pasa nada. Se pueden cometer los grandes atracos, robar y traicionar al país y no pasa nada. Qué triste situación de esta gran nación que empezó a ser independiente en 1824 y que en este período no se ha logrado consolidar, cuando ya debería ser una gran nación.

Hemos tenido grandes momentos. La figura sublime de Benito Juárez García, cuyo portento no puede ser igualada fácilmente. Con agallas y carácter expulsó un ejército invasor y fusiló a un monarca usurpador y a sus aliados Miramón y Mejía, de origen conservador.

Cuando se formó el consejo de Guerra para acusar a Maximiliano de Habsburgo, el responsable fue el Coronel Platón Sánchez,  veracruzano de origen, a quien no le tembló la mano para ordenar la ejecución  del usurpador.

El nombre de Benito Juárez evoca la figura de un estadista que defendió al país ante los invasores extranjeros. El mundo lo reconoció y el Congreso de Colombia lo nombró Benemérito de las Américas. Y, en Argentina, una ciudad en la provincia de Buenos Aires, siendo gobernador Adolfo Alsina en el año 1867, le otorgó el nombre del patricio mexicano.

Es una de las grandes luces de nuestra nación. Otra figura de gran relevancia en el siglo XX fue, sin duda alguna, Lázaro Cárdenas, el General que tuvo la fortaleza de carácter, que no permitió la manipulación de Plutarco Elías Calles y fue el impulsor de la expropiación petrolera de 1938, otro gran estadista y orgullo del país.

Adolfo Ruiz Cortines, veracruzano, fue un hombre sencillo, despojado de la ambición y de la codicia. Siendo presidente de México dejó un gran legado de honradez y de servicio. Adolfo López Mateos, quien le sucedió, también fue un hombre de grandes relieves. Fue elemento clave para la nacionalización de la industria eléctrica  y el mismo que dijo que el pueblo estuviera atento ante una traición, en años futuros, de malos mexicanos.

EL CASO LOZOYA

Para variar en los escándalos ahora saltó a la palestra el nombre de Emilio Lozoya Austin, director de Pemex de 2012 a 2016, es decir, en los tiempos de Enrique Peña Nieto. Se le atribuye un soborno recibido en el orden de 10 millones de dólares, de los cuales recibió 4 millones inicialmente en 2012, coincidente con la campaña presidencial.

La fuente de tal revelación es Alberto Meneses, entonces director en México de la empresa brasileña Odebrecht, la misma que inundó de sobornos a América Latina y de cuyas fechorías tienen ahora preso al mismo presidente de la compañía, Marcelo Odebrecht y en problemas al expresidente de Perú, Ollanta.

Es evidente que Lozoya niegue todos los cargos. No reconoce nada, se envalentona y, además, dice que no tienen pruebas de su falta de honorabilidad. Mientras tanto, Raúl Cervantes, quien es el procurador de la PGR y cercano al presidente de la república, declara que este tipo de revelaciones e investigaciones en encuentran en reserva.

De manera que no hay que entusiasmarse mucho. Los implicados se tapan con la misma cobija. En el caso de Lozoya, llamó al abogado Roberto Coello Trejo, el exfiscal de Hierro, quien tuvo a Fidel Herrera, muchos años antes que llegara a la gubernatura, al pie de la prisión.

Luego entonces, podría presumirse que nada pasará. Esto es lo  más grave que le puede suceder a México como nación. En la medida que se alimente la impunidad y que no haya castigo hacia los infractores de la ley, entonces seguiremos haciendo un país sin visión de futuro.

EL TLC Y SU RENEGOCIACION

Ahora nos encontramos en los prolegómenos del TLC. Por la parte de México no se observa un equipo fuerte de negociación. El mismo Fajardo, secretario de Economía, afirma que no debe destaparse el asunto agrícola, pues podría encontrarse con una caja de Pandora. Luego entonces, se infiere que las autoridades mexicanas prefieren quedarse calladas y permitir que siga en picada el campo mexicano y que importemos hasta el maíz a causa del abandono del agro.

Lo que menos importa son los connacionales. Hay que seguir otorgando el respaldo a los gringos y proseguir en actitud de sumisión y subyugados ante la bota. No hay que hacerlos enojar.

¡Cómo se extrañan figuras como la de Benito Juárez y la de lázaro Cárdenas! Creo que vivimos los tiempos más tristes y oscuros del país. Sólo falta decir que México es el país donde no pasa nada… bueno.

Y hasta la próxima.

 

 

1 comentario

  1. Decía el Doctor Guillermo Héctor Rodríguez en sus cátedras dentro de la Facultad, que la Historia era la disciplina del conocimiento que debía someterse a un exhaustivo exámen crítico. A los que hemos transitado y concluido estudios universitarios vinculados al acontecer histórico de las sociedades, en el que se incluye la licenciatura en Ciencias de la Comunicación, se hace indispensable la incorporación curricular de temas como la Historia.
    Aquel par de pensadores europeos del siglo 19, apodados El Moro y El General (a saber Karl Marx y Federico Engels) acertaron a expresar en su obra LA IDEOLOGIA ALEMANA, que la única ciencia revolucionaria es la Historia. Obviamente, no se referían a los textos denominados oficiales o la conocida como la Historia Oficial.
    Valga esta breve consideración como un escrutinio previo a lo asentado por el colega Saldierna en su contribución editorial.
    Saldierna asume como válida la visión de la Historia Oficial.
    Pero debe considerarse lo siguiente:
    1.- Juárez transó con el Amo del Norte, el imperialismo americano, para derrotar al imperialismo galo coaligado con el papado y la iglesia romana y todo el clero ibérico, inconforme con la Reforma liberal iniciada por Gómez Farías, trajeron a Maximiliano a una costosa aventura.
    Se ha sublimado y oficializado la figura de Juárez pero terminó aferrado a la presidencia en sucesivas reelecciones hasta su muerte. Los liberales que inicialmente le apoyaron terminaron distanciándose de su régimen y en su oportunidad el general Jesús González Ortega se sublevó cuestionando la legalidad de sus mandatos.
    2.- El general Lázaro Cárdenas del Río al llegar a la presidencia atajó el reparto agrario, la demanda fundamental, acabó ciertamente con la influencia de Plutarco Elías Calles. Pero también reprimió sanguinariamente otras fuerzas políticas que no eran callistas. Las agrupaciones de izquierda fueron ferozmente perseguidas y sus figuras eliminadas. Sometió al Partido Comunista Mexicano, descabezó al Partido Socialista impulsado por Adalberto Tejeda y otras figuras agraristas del sureste mexicano. Durante su régimen cobró auge el grupo de sicarios y homicidas conocido como LA MANO NEGRA. No dudó en imponer como única fuerza política al PNR-PRM, la disidencia militar del general potosino Saturnino Cedillo fue aniquilada y surgió (alentado por él) el cacicazgo de Gonzalo Napoleón Santos que acuñara la ley de los TRES IERROS.
    3.- Adolfo Ruiz Cortines, prohijó al Mandinga Power, con saña y furia exterminó a la disidencia política de la Federación de Partidos del Pueblo de México encabezada por los generales Miguel Henríquez Guzmán y Francisco J. Múgica.
    4.- Adolfo López Mateos acabó con el cacicazgo sindical petrolero de Pedro Vivanco y entronizó a Joaquín Hernández Galicia. Que resultó peor que su antecesor. Aparte le dio manga ancha a su secretario de gobernación el genocida Díaz Ordaz, ferviente anticomunista y artífice de la masacre del lider agrario Rubén Jaramillo. Ultimado con toda su familia.
    Y LA SANGRE SIGUE CORRIENDO……

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