Por Jesús Alberto Rubio.

Es imposible negar que la comunicación juega un papel fundamental y trascendental en la sociedad. El devenir de este campo tendrá vigencia y gran impacto/incidencia en la medida en que, en efecto, se comprenda su desarrollo en toda su dimensión.
La exigencia en el profesional de la comunicación debe contener profunda dosis de sensibilidad y toma de conciencia del entorno que se vive. Un profesional en este oficio debe convertirse, de forma personal o colectiva –desde sus espacios periodísticos tradicionales o a través de las nuevas redes de comunicación– en un agente innovador con renovadas ideas y propuestas que ayuden a mejorar las condiciones de vida y la productividad la sociedad en general.
Este proceso implica responsabilidad y visión amplia, diversa y de enorme compromiso público y social. Una postura de reflexión, crítica, abierta, transversal, incluyente, de diálogo y propuesta, reitero, habrá de distinguir sobremanera a todo profesional de la comunicación.
Y en relación al tema de la investigación periodística, ésta arrojará trabajos de trascendencia y dará una perspectiva de mayor contribución profesional, más allá de sólo reproducir-informar sobre el acontecer del día.
Además, tal prestigio y reconocimiento a la calidad profesional se hará extensivo a sus propios medios-espacios de información-comunicación. Participación Asimismo, mediante la participación grupal/colectiva, se podrá tener mejores elementos de apoyo para avanzar y contribuir en nuestro campo profesional.
Actuar de forma individual, segmentada, distante de los demás, podría convertirse en una limitante en el rol que se quiere jugar. Hay quizá dos caminos a seguir: uno puede ser el ir a la búsqueda de renovados esquemas de organización, creando nuevos paradigmas –utilización del Internet/redes sociales— e innovar con nuevas estrategias de organización y de comunicación.
La otra vertiente: incorporarse a las estructuras existentes, con propuestas de fortalecimiento –contribución de nuevas ideas– para evitar cometer los mismos errores que detienen/limitan todo proyecto enaltecedor de la propia organización.
Resumen: Mi propuesta: debemos asumir una actitud de liderazgo, abierta, colaborativa e incluyente además crítica, de planteamiento y reflexión. “No hacer lo que los demás, con conducta pasiva, receptora”.
Ir hacia nuevos derroteros: organización de eventos múltiples, sean foros, conversatorios, exposiciones, reuniones de trabajo, impulso a la capacitación redacción y edición, y promover el estudio y la investigación en temas/asuntos importantes que puedan, a través de la difusión, permear/influir en la sociedad y los gobiernos, dependencias e instituciones. La gestión siempre será trascendente, además.
Pensar en los demás y no en el beneficio propio: ayudar al mejoramiento de las condiciones de vida de los diversos segmentos y grupos sociales vulnerables mediante el señalamiento de problemas vigentes, con exigencia y gestión como organización colectiva periodística. La convocatoria generacional: toda organización a partir de sus cuadros dirigentes deberán plantearse la necesidad de preparar el relevo generacional y no eternizarse en los puestos, siempre con una postura y acción democrática/participativa.
+ Con afecto a mis compañeros de varias generaciones de la Facultad de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Veracruzana; igualmente, a colegas académicos y estudiantes de la misma disciplina en nuestra alma mater