

por Raúl López Gómez

Miles de veracruzanos se unen en un clamor general para suplicarle al presidente Andrés Manuel López Obrador, se tomen cartas en el asunto ante el enorme problema causado por los altos cobros del servicio de consumo de energía eléctrica, aunado al mal servicio registrado en los últimos meses con apagones continuos en colonias y fraccionamientos en casi toda la entidad.
Los veracruzanos que tienen depositada una fe ciega en el presidente AMLO, y por el que meten las manos a la lumbre hasta con los ojos cerrados, creen que se necesita de su intención para que se frene de una vez por todas las acciones de castigo a la población de estos lares como consecuencia de los incrementos desproporcionados del servicio en plena pandemia.
Las expresiones de miles de familias son desesperadas, porque ante el accionar desmedido y violento, poco ortodoxo del personal de la CFE en tierras veracruzanas en tiempos de Manuel Bartlett como director general, ya tiene a muchos pensando hasta que el mal proceder del millonario poblano de origen tabasqueño, está pasando alguna pendiente desde los tiempos de don Adolfo Ruiz Cortines, pero ni al caso.
Muchos creen que Veracruz, quedó como el jamón del sándwich, entre las dos entidades en donde el extitular de gobernación en la era del priismo, y también como ex gobernador poblano y con toda una gama de cargos desempeñados, ya hasta lo ven con malos ojos por el proceder despiadado con veracruzanos y tabasqueños como si se tratara de una consigna o una bronca personal por motivos que se desconocen.
Las familias han tenido que sufrir en los últimos días en la zona conurbada de Veracruz y Boca del Río, los largos apagones que ya se hicieron costumbre como si se tratara de pagar alguna manda, porque en algunas colonias y fraccionamientos, los están haciendo los apagones por varias horas como la canción de Yuri, lo que ya puso a pensar a muchos de lo que está pasando en una tierra en donde al presidente AMLO, se le ve como un paisano de estas tierras y el más reconocido y admirado de todos los tiempos.
Así es, qué si alguna mano o precisamente algún dedo le puso a Veracruz alguna mala consigna, mucha gente está ya dudando y que esta que echa lumbre con el florido lenguaje coloquial alvaradeño de toda clase de recordatorios y se deja sentir ya en forma constante por la problemática en donde se afectan a niños, ancianos y ya ni que decir de la precaria economía con las altas tarifas y más aun con los clásicos apagones al estilo de la época de las graves restricciones cubanas a causa del bloqueo de EU y sin comida en el refrigerador para colmo.
Pero, porque bloquear a los veracruzanos aliados de AMLO al que se le venera en estas tierras más que un santo, y por lo mismo ahora los rezos, mandas y novenas, son para que se haga algún milagro para que se quite el mal que tiene a esta región con altas temperaturas superiores a los cuarenta grados, sin energía eléctrica y muchas familias, sin que comer y sin pensar en el mañana, ante lo que se ha considerado una era de penurias y de maltratos, por lo que se pide S.O.S al presidente AMLO.
Como si se tratará de que los veracruzanos deban pagar algún pecado grave, sumado a todo lo malo con el coronavirus, los contagios exponenciales, los hospitales a toda su capacidad y los decesos constantes, a pesar de la verticalidad, la entereza y la fortaleza del carácter, cuando llega mayo con las altas temperaturas y hasta el mes de agosto, la gente sólo piensa, en que ya a muchos no lo podrán ver, sino es por una cosa es otra, el caso es que nunca se había presentado una situación así con la CFE de Bartlett, a quien en estos momentos se le ve como el enemigo público más odiado de los últimos tiempos.
Urge, como diría la canción, que el presidente AMLO, dirija su mirada al pueblo veracruzano, al que se le han cargado tantos pecados, así como muchos malos políticos y funcionarios que se pueden poner en un almanaque, que no hay a quien recordar en tanta maldad, por son muchos los que se esmeraron en clavar el meter el diente a la gente, y así no se puede.
Ya son muchos años de sacrificio y de dolor, que hasta se hace costumbre el sufrimiento, pero ya que se fije la mirada para otro lado, acá la gente, simplemente ya se cansó y no hay para donde esperar a ver la luz al final del túnel. “Y ahora quien va a poder defendernos”, dicen algunos en su desesperación en tierra de nadie por los polacos que olvidan a la gente. Así las cosas.