Por Rodolfo Calderón Vivar

Dirán los esforzados publicistas, mercadólogos y encargados de la guerra de comunicación de la oposición que en la guerra y la política todo se vale, sin embargo es de un deleznable mal gusto y total carencia de ética la sucia campaña que surge en las redes sociales y móviles con motivo de la enfermedad del presidente de la república.
Abundan desde los insultos y burlas persistentes contra el presidente en función de su empeñada voluntad de no usar cubrebocas todo el tiempo, hasta los deseos de que su contagio tenga un desenlace fatal, así como la nebulosa historia de que todo es una estratagema del equipo cercano al presidente para ganar nuevamente una imagen favorable al presidente, porque está enfermo.
Hacer una propaganda así es de lo más ruin que pudiera haber en el mundo de la comunicación. Desconozco quienes serán los diseñadores de esta cadena de mensajes contra una persona enferma, pero la campaña de comunicación mueve a sospechar sobre a quienes supuestamente le beneficia políticamente ese tipo de noticias y rumores de baja estofa.
En un ambiente de tal podredumbre comunicacional nos movemos. Y esto hace avizorar una progresiva ola de manejo de propaganda cada vez más enconada y plena de miseria moral en el trato con el prójimo. Si bien el presidente ha prohijado en parte este sentimiento de encono de sus adversarios por sus constantes puyas contra ellos, no se justifica ni es de admirarse el estilo visceral en el que se hunde la oposición con tal de arremeter contra su adversario.
La campaña de la oposición, tanto la explícita como la ímplicita, esta llena de un gran dosis de frustración y evidente carencia de imaginación para confrontar, de otra manera más ingeniosa e impactante, a los que le arrebataron el poder. Se enfocan en un solo objetivo: la persona del presidente y se congratulan en su pequeñez ideológica moral con el calificativo, el insulto y el desprecio soez para él y su familia, y así pretenden retornar al poder «porque son mejores».
Agobiados por pandemia que no cede y que enluta a varios hogares en el país, lejos de hallarnos cada vez más unidos por la desgracia nacional, un buen sector de los políticos mexicanos parecen estar dispuestos a abrirle paso al peor de los infiernos para abonar a su causa política. Aqui ya no vale ni el respeto ni la compasión por los demás, solo el veneno verbal y los deseos más abyectos y perversos para enlodar las presencias políticas de enfrente.
En medio de todo, los ex presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, han externado públicamente sus mejores deseos para que el presidente López Obrador se recupere. Ese debería ser el ánimo de todos ante una situación de esta naturaleza, independientemente de los agravios que pudieran existir por parte de un adversario político. Sin embargo, que los ejércitos ocultos y las ratas y los ratones de los albañales de la propaganda ruin en México se aprovechen para soltar sus mensajes llenos de rencor con motivo del contagio presidencial, es preocupante. Apuesta a la destrucción del enemigo pasando por encima de toda ética y sensibilidad humana.

