por José Luis Ortega Vidal

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“Hasta pronto, Memo”.
Con esas palabras el poeta Orlando Guillén se despidió de su amigo el intelectual, politico y funcionario público Guillermo Zúñiga Martínez.
Meses previos al adiós de quien fuera todo en el servicio público veracruzano -a excepción de gobernador- el vate acayuqueño de trascendencia universal estuvo en Xalapa para presentar su obra de vida, la traducción: “Doce poetas catalanes del siglo XX”.
Don Guillermo Zúñiga Martínez lo recibió, atendió y desde la plataforma de difusión cultural de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, la UPAV, impulsó la presentación del trabajo de Guillén.
Don Guillermo Zúñiga Martínez (+) es padre de Américo Zúñiga Martínez.
Ambos fueron Alcaldes de Xalapa. Los dos trabajaron en el ámbito Legislativo y desarrollaron sendas carreras en el servicio al pueblo.
Guillermo y Américo fueron dirigentes partidistas estatales. Padre e hijo ocuparon posiciones en gabinetes de distintos gobernadores.
Hoy, Américo Zúñiga Martínez aspirante a la Diputación Federal por el distrito IV de Xalapa, la capital de Veracruz.
(2)
Una condición permea la realidad politica mexicana los días que corren.
Los partidos politicos, en tanto estructura de acceso al poder, lucen desprestigiados.
Frente a ellos aparecen las figuras de aspirantes, hombres y mujeres -con prestigio- o bien otros elementos de lucha bárbara por el control de las instituciones.
Personajes como Américo Zúñiga son como garbanzos de a libra.
No es la alianza de PAN/PRD/PRI quien viste la candidatura por la Diputación Federal xalapeña.
Es el candidato quien otorga visibilidad en tanto credibilidad a la búsqueda de la referida curul.
No todo está podrido en el andamiaje de la oferta política veracruzana y por ende nacional.
Hay casos de excepción como el de Américo Zúñiga
El hijo bien puede cartear al padre ausente:
“Seguimos en la brega, don Guillermo…”