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L.C.C. Mario Jesús Gaspar Cobarruvias *
En 1498 quedó establecido en España el Real Consejo de Órdenes cuando el rey Fernando II de Aragón, también conocido como «El Católico», obtuvo sucesivamente del papa la administración de los mayorazgos de las antiguas órdenes de caballería militar de Calatrava (1489), Santiago (1493) y Alcántara (1494). En 1587 se agregaría la de Montesa. El Consejo se formalizaría en 1523 cuando el nuevo rey Carlos I fue nombrado Gran Maestre de las órdenes militares españolas y sus consejeros fueron nombrados caballeros de hábito. El Consejo poseía autoridad en el ámbito territorial de las Órdenes Militares, donde estaban incluidas dos ciudades, 250 villas y 100 aldeas, que sostenían a la corporación con sus rentas.
En 1793, el rey de España Carlos IV solicitó a las corporaciones reales alistar más tropas para combatir la naciente Revolución Francesa. El Real Consejo ofreció y aprobó el 12 de abril de 1793 que con las rentas de sus encomiendas se sostuvieran los gastos de un regimiento de élite con 3 000 hombres según la ordenanza española del siglo XVIII. Un regimiento es una unidad militar que por lo general agrupa a varios batallones, normalmente entre dos y cuatro, y es mandado por un coronel con su plana mayor.
Su primer jefe fue el coronel Manuel Antonio Fernández de Córdoba y Pimentel, duque de Arión, quien también costeaba en parte esta fuerza militar. Comenzaron con 3 batallones que en conjunto sumaban 1 403 soldados fusileros y granaderos, que se distinguían por llevar uniformes blancos en 1793 o celestes entre 1805 y 1812. Eran voluntarios en tiempos de guerra, pero que después quedaron unidos al ejército regular.
El regimiento llevaba como sobrenombre “Defensor de la fe y de la ley” y como patrona augusta a la Inmaculada Concepción. Sus primeros oficiales fueron caballeros de las cuatro órdenes y militares profesionales de los regimientos de León y Soria.
El primer regimiento matriculado como No. 40 en 1793 combatió en España distinguiéndose en la Guerra del Rosellón (1793-1795) y la defensa de Bailén (1808) a pesar de quedar reducido a solo 700 hombres. En los próximos años fue aumentado mediante nuevos reclutas y rearmado, conforme lo permitían las difíciles condiciones de guerra contra Francia.
En 1812 se le cambió la matrícula a No. 25 y en 1814 sus dos batallones se integran en el Tercer Cuerpo Expedicionario en Nueva España. Cambiando su nombre a “Regimiento de Veteranos de las Órdenes Militares”. Esta es la fuerza que vino con el brigadier de origen venezolano Fernando Miyares y Mancebo en 1815 a dar apoyo al ejército organizado por el virrey Calleja. El mando del regimiento de 1 126 soldados en dos batallones de infantería de línea, lo ostentaba el coronel Francisco Xavier de Llamas, militar hábil y dedicado al bienestar y disciplina de sus hombres. Les acompañaba un batallón de infantería ligera del Regimiento de Voluntarios de Navarra con 623 soldados, al mando del coronel José Ruíz.
En 1815 se creó en Castilla La Vieja, una tropa llamada popularmente “El gemelo” o Segundo Regimiento de Infantería Órdenes Militares No. 37 y después No. 33. El que estaba destinado a Nueva España se renombró también No. 33. Todo esto en virtud de una orden de 1812 que establecía que por cada regimiento destinado a ultramar, existiría uno con el mismo nombre en España (idéntico caso es el Regimiento de Navarra).
Estos soldados de élite vinieron a América sorteados entre los regimientos que estaban disponibles al finalizar la guerra contra Napoleón I y sin tener en cuenta su voluntad. Quienes decidieron su destino, utilizaron la formula más simple que siempre les había funcionado y propia de la monarquía absoluta: servicio obligatorio al rey en España o en ultramar, como si no bastarán los años de lucha por expulsar a los franceses de la península ibérica.
Se les prometió relevo a los dos años pero nunca se les cumplió. De esta forma, sostuvieron siete años en combates, patrullas volantes, convoyes y guarniciones como la de Plan del Río y Cerro Gordo. Se distinguieron en numerosas acciones barriendo a las guerrillas insurgentes y expulsando al famoso líder Guadalupe Victoria de sus formidables posiciones en el Puente del Rey.
Entre noviembre de 1815 y febrero de 1816, se construyó en Plan del Río un fortín con arquitectura del estilo propuesto por el marqués de Montalemberg y con capacidad de montar 5 cañones ligeros, mantener una guarnición de 80 soldados y operar un telégrafo óptico de brazos mecánicos. Esta pequeña fortaleza que dominaba el camino real entre Veracruz y Xalapa, recibió el nombre de fortín de Órdenes Militares en honor del Real Consejo en España, cuyo regimiento combatía en tierras veracruzanas.
Pese al valor desplegado al servicio del rey, su contribución a la guerra no fue relevante y solo sirvió para alargarla sin resultados decisivos. El inmenso territorio absorbía el pequeño número de soldados, que nunca fueron suficientes para realmente reconquistar el país. La división de una tropa en fracciones o formar una con soldados de muchos cuerpos diferentes, traía problemas en la cadena de mando, cosa que Miyares consideraba como monstruoso:
“Porque si un regimiento o batallón cualquiera se divide en tres, cuatro o más trozos, como ordinariamente ocurre, ni los jefes naturales de los cuerpos pueden responder como deben de su instrucción, disciplina y entrenamiento, ni es posible que los oficiales que mandan los pequeños trozos tengan todo el interés que se requiere y que probablemente tendría su coronel, si su regimiento estuviese reunido”.
La pacificación del camino real de Veracruz a México lograda finalmente en 1819, fue solamente un espejismo, pues la economía estaba destruida tanto en Jalapa como en Córdoba, escaseaban los víveres y los soldados expedicionarios dejaron de recibir su paga regularmente. Se sentían abandonados en un país extraño, donde muchos de ellos comenzaron a establecerse, emparentando con los mexicanos y más aún, uniéndose a los rebeldes con la esperanza de formar parte y ascender rápidamente en el nuevo ejército que se formaría una vez consumada la separación política con España.
En 1821, muchos militares españoles en México se rebelaron por las medidas del nuevo gobierno liberal, cuya insistencia en aplicar la constitución de 1812 fue muy impopular en la Nueva España. Los soldados de Órdenes Militares se mantuvieron fieles al virrey Juan Ruíz de Apodaca cuando se proclamó el Plan de Iguala. Resistieron hasta el final, agotando sus municiones y tuvieron que ser desarmados a la fuerza.
A mediados de 1822 y tras muchas peripecias, solo 591 sobrevivientes regresaron a España unificándose los dos regimientos No. 33 en la ciudad de Pamplona.
Participaron en la Guerra Constitucional, hasta que finalmente fueron dados de baja el 18 de septiembre de 1823 durante una nueva reorganización del ejército.
¿Qué reputación logró en Nueva España este valiente regimiento?
El 1 de julio de 1817, el virrey Apodaca recomendaba ampliamente al coronel Llamas para su ascenso a brigadier, en su carta al señor Secretario de la Cámara de Guerra. Detalló su magnífico desempeño en Veracruz:
“Y en dos años consecutivos que estuvo en aquella provincia, ya cubriendo dichos puntos, ya conduciendo convoyes; cuyo mérito se realza con haber mantenido a su regimiento casi en la misma fuerza de 1 200 hombres con que fue de España, y de los naturales, cuya vida salvó en la mortífera provincia de Veracruz a esfuerzos de su cuidado; a los que ha vestido y uniformado con sus económicos arbitrios a un punto de lucimiento, que duda haya en otro ejército cuerpo más lúcido; siendo tal la disciplina de los soldados, tan exacta y cabal la instrucción de los oficiales, y tan bien establecida la subordinación en unos y otros, que se han hecho respetar y amar en aquella capital”.
El regimiento renació posteriormente y se distinguió en numerosas acciones en los siglos XIX y XX. Finalizó su existencia en 1985 con el nombre de Regimiento de Infantería Órdenes Militares No. 37. El 31 de diciembre de 1992 se cerraron las instalaciones de su último cuartel en La Constancia.
Investigando a profundidad la historia del fortín y del regimiento, en 2015 como parte de su proyecto personal de investigación del camino real de Veracruz a México por la ruta de Xalapa y Perote, el Lic. Mario Jesús Gaspar Cobarruvias diseñó diversos materiales informativos, una conferencia y el recorrido histórico HISTORIA, ARQUITECTURA E INGENIERÍA en las poblaciones de Puente Nacional y Plan del Río.
Esta actividad que abarca estas dos poblaciones del antiguo camino real con sus calzadas y edificios civiles, militares y religiosos, destacando sus fortines Atalaya de la Concepción y Fortín de Órdenes Militares, fue impartida con bastante éxito desde 2015 hasta la actualidad, para profesores y estudiantes de diversos grados académicos dentro y fuera del Estado de Veracruz, medios de comunicación, grupos de turistas, estudiosos de esas tres profesiones e investigadores procedentes de España, Estados Unidos y muchas partes de México y el continente americano. Así como para el pueblo de Plan del Río e invitados, las veces que se ha realizado la conmemoración de la construcción del fortín a partir del 18 de febrero de 2016.
* El autor es originario de la ciudad de Veracruz, licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Veracruzana y técnico en informática por CENESCO. Artista en artes plásticas (dibujo, pintura y escultura) por la Escuela Municipal de Bellas Artes en Veracruz y fotógrafo-instructor profesional. Investigador independiente en historia, antiguas vías de comunicación y campos de batalla desde 2009. Ha sido profesor del área de Humanidades, historia, antropología, fotografía, diseño grafico e informática en colegios y la Universidad Empresarial en Veracruz, Boca del Río y Soledad de Doblado. Se especializa en historia universal y militar, el periodo del poblamiento europeo y conquista de los siglos XV y XVI, las guerras de los siglos VIII al XIX en Europa y América, así como en heráldica, numismática, armamento y artillería antiguos. Así como en el estudio de arquitectura e ingeniería de caminos, puentes, hornos, ingenios y molinos de agua y viento. También es conferencista de nivel estatal e internacional entre América y Europa, diplomado en historia del arte prehispánico, colonial y mexicano por el Instituto Veracruzano de la Cultura, paleografía virreinal, historia de Veracruz y Boca del Río, administración pública, gestión social, grabación de escenas, etc. Desde 2019 es miembro del grupo ciudadano TOLOME UNIDO a cargo de asuntos históricos, coordinador estatal de cultura para el Estado de Veracruz para la Promotora Nacional de Economía Solidaria (PRONAES), director de Investigación, Análisis y Proyección Históricas para el Proyecto Ruta de Cortés perteneciente al Proyecto México del Consorcio Constructor de Empresas Mexicanas (CCEM), miembro de la Directiva de la asociación cultural México Hispano, fundador-director del equipo de Exploración y Estudio del Camino Real Veracruz-México (EXESCR) e integrante del equipo de Exploración y Estudio del Camino Real Xalapa-La Concepción-Naolinco (ECXACON). También se desempeña como explorador, guía-senderista, asesor en turismo cultural, recorridos históricos y organizador de expediciones documentales en el Camino Real de México a Veracruz, la Ruta de Cortés y otros itinerarios. Participa en diversos proyectos de preservación del patrimonio histórico, artístico e industrial, rescate de memoria histórica y conmemoraciones municipales y regionales. Ha sido galardonado dos veces con la medalla y el diploma de honor de la Institución de la Superación Ciudadana del H. Ayuntamiento de Veracruz, declarado «Hijo Adoptivo del Pueblo de Tolome», su nombre figura en monumentos y placas cuya investigación y colocación ha promovido durante años, recibiendo además muchos otros reconocimientos y honores a su actividad profesional.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
García y García, Alfonso. PROYECTO DE RESTAURACIÓN Y PROPUESTA DE USO DEL FORTÍN DE ÓRDENES MILITARES DE PLAN DEL RÍO, MUNICIPIO DE EMILIANO ZAPATA, VER. Tesis de maestría en Restauración Arquitectónica de Bienes Culturales, Universidad Veracruzana, 2006.
REGIMIENTO DE LA CUATRO ÓRDENES MILITARES. Pedro Hernández Pardo. Revista Hidalguía No. 80. España 1967
Ortiz Escamilla, Juan, comp. VERACRUZ EN ARMAS. LA GUERRA CIVIL 1810-1820. Antología de documentos, México, Universidad Veracruzana, 2008.