
Texto/Imagen: L.C.C. Mario Jesús Gaspar Cobarruvias *
PONENCIA PRESENTADA EN LA XLV REUNIÓN DE CRONISTAS DE VERACRUZ, A. C. EN PUENTE NACIONAL, VER. (MARZO 10 DE 2023)
DERECHOS RESERVADOS
IMAGEN: mapa militar «Pour […] a la description de la bataille de Tolome entre les troupes des [Santa Anna et…General Calderon] en 1832» trazado en 1851 por Jean Louis Berlandier y depositado actualmente en la Yale University Library.
El 2 de enero de 1832 un grupo de militares encabezados por el general Ciriaco Vázquez y el coronel Pedro Landero, proclamaron el Plan de Veracruz en la fortaleza de San Juan de Ulúa. En dicho documento, se exigía al vicepresidente Anastasio Bustamante apoyar la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos promulgada en 1824, tal y como lo indicaba el anterior Plan de Jalapa en 1829. Además de la destitución de los ministros Lucas Alamán, José Facio, José Ignacio Espinosa y Rafael Manguin, acusados de implementar un régimen centralista y «tolerador de los atentados cometidos contra la libertad».
El general Antonio López de Santa Anna, retirado en su hacienda de Manga de Clavo, aceptó ser el portavoz de los sublevados, pues era el instigador oculto de este plan. Ellos necesitaban de un jefe de prestigio nacional para poder triunfar y Santa Anna aspiraba ya a la presidencia, gozando de gran popularidad como Benemérito de la Patria por su victoria en Tampico sobre la expedición de reconquista del brigadier español Isidro Barrada. Diversas rebeliones surgieron en 1831 contra el régimen de Bustamante pero fueron acalladas por el ejército, los legisladores vejados y los periodistas perseguidos, creando así las condiciones propicias para un gran levantamiento nacional de los gobernadores, generales y guarniciones en distintos estados de México.
ANTECEDENTES DEL COMBATE
Mientras fingían negociar con los rebeldes, los ministros del gobierno de Bustamante alistaron en la ciudad de Xalapa un ejército de más de 4 O00 hombres de las mejores tropas del ejército mexicano, perfectamente equipados y con artillería para atacar Veracruz. Esta división estaba dirigida por los veteranos generales de brigada José María Calderón Garcés, José Ignacio Iberri, fungiendo como segundo al mando, y los coroneles Antonio Gaona y José Antonio Rincón Calcáneo, este último junto con su hermano el genera Manuel Joaquín Rincón, era acérrimo enemigo de Santa Anna desde 1821.
Esta fuerza salió de Xalapa el 31 de enero y acampó en la pequeña población de Santa Fe hasta el 21 de febrero. Contrario a todo lo esperado y probado, fue un avance extremadamente lento de veinte días en lugar de los tres o cinco que se hacían regularmente. Esto dio tiempo suficiente para que la ciudad amurallada de Veracruz fuese puesta en estado de defensa por Santa Anna con 1 700 hombres de las tropas regulares que tenían su cuartel fijo en la ciudad, así como por las milicias de jarochos, como llamaban a la gente del pueblo común. Eran tropas valientes y estaban aclimatadas al terrible clima cálido húmedo, pero muchos carecían de disciplina militar, buen armamento y experiencia en combate. Su caballería estaba muy mal pertrechada y peor entrenada, era un eslabón muy débil en la cadena de medios con que el caudillo pretendía vencer al ejército de Bustamante.
Desde Santa Fe, Calderón escribió varias cartas a Santa Anna pidiendo su rendición. Como no se logró un acuerdo entre ambos generales, el 23 de febrero se iniciaron las operaciones militares.
El 24 de febrero Santa Anna tomó la iniciativa y realizó una salida rápida desde Veracruz. En el paraje del Manantial tuvo éxito en capturar un convoy al mando del teniente-coronel José Pérez Palacios con dinero, víveres y municiones para su rival Calderón. Regresaron a la ciudad sin bajas y la mayor parte de los prisioneros se pasaron a su bando.
Muy confiado por este triunfo, tres días después escribió a Calderón intimándole que se retirara 20 leguas (83.8 kilómetros) al interior del país o que se uniera considerando el bien superior de la nación, además de evitar el derramamiento de sangre por los combates por venir. Esta propuesta claramente inaceptable para ek gobierno, fue rechazada y se cortó definitivamente la comunicación escrita entre ambos comandantes.
Sin embargo, el anterior comunicado fue hábilmente utilizado por Calderón para tenderle una trampa fingiendo debilidad. Todo fue planeado para obligarlo a salir de las murallas de Veracruz y batirlo en una batalla campal, donde la abrumadora superioridad de hombres, caballos y cañones harían imposible que la astucia de Santa Anna resultara en modo alguno eficaz. Años antes lo había enfrentado y derrotado, ya conocía sus tácticas.
Conforme a esta estrategia, el 1 de marzo sus tropas iniciaron una lenta retirada con 3 500 hombres para unirse a la guarnición de los fortines de Puente Nacional, regresando por el antiguo camino real de Veracruz a México, al que ahora llamaban Camino Nacional desde 1824 y era la vía pública por excelencia, la única capaz de soportar el peso de las pesadas carretas y trenes de artillería pesada.
Enterado de esto por sus espías, Santa Anna suspendió sus obras de fortificación en el puente de Río Medio y salió en su persecución con una fuerza de 1 000 hombres, la mitad eran de caballería y no llevaron cañones para no entorpecer la velocidad de su avance. El campamento de Santa Fe lo encontraron desierto.
El 2 de marzo el ejército gubernamental cruzó el arroyo de Boquerón y al anochecer acampó en la Loma Alta, fortificándola con cañones y trincheras previniendo un ataque sorpresivo. Avistados por los rebeldes desde la ranchería del Manantial, estos aprovecharon la noche para salir por la izquierda del Camino Nacional y moviéndose a través de senderos en los montes, lo retomaron al día siguiente adelantándose más de cinco kilómetros a la vanguardia de Calderón.
Antes de las ocho de la mañana del 3 de marzo, alcanzaron el pueblecito de Tolome formado por unas cuantas chozas frente al Camino Nacional y dos grandes lomas gemelas. Santa Anna se detuvo ahí al enterarse por un mensajero que venía un refuerzo de 700 hombres al mando del propio ministro Facio para unirse a Calderón. También esperaba la noticia de que la guarnición de Puente Nacional se le uniría a él si se presentaba personalmente, como le aseguraba su segundo al mando el coronel Landero.
Indeciso entre proseguir hasta el Puente Nacional y entablar batalla sabiendo su inferioridad numérica de 3 a 1 y la poca experiencia combativa de sus jarochos, se decidió a improvisar una emboscada entre el puente del río Tolome y las Lomas del mismo nombre. Al parecer, pretendía retrasar la marcha de la columna enemiga encajonándola entre ambos puntos aprovechando los pantanosos terrenos laterales del Camino Nacional. Y así dar un golpe de mano capturando o matando al comandante enemigo y a su Estado Mayor. Después trataría de convencer a la tropa de unirse a su causa aprovechando a que estarían rodeados, con su cadena de mando cortada y a que todavía contaba con su gran prestigio militar y carisma personal entre los soldados.
Por otra parte, las Lomas de Tolome ya eran famosas desde la Guerra de Independencia (1810-1821) porque servían por su geografía, para tender emboscadas a los viajeros y tropas dada su proximidad al camino real y lo accidentado del terreno. Santa Anna, quien había pertenecido al ejército realista antes de 1821, conocía todos estos detalles por haber combatido a la insurgencia en el territorio de Veracruz, La Antigua y Paso de Ovejas.
Colocó su campamento al norte de la segunda loma, que le ocultaba de ser divisado por cualquiera que subirse por el Camino Nacional desde Veracruz y la Loma Alta. Posiblemente ahí ubicó a su caballería para que en un momento determinado saliese al galope e interceptara el avance enemigo. Otra sección de infantería se ubicó cerca del puente del río Tolome, cuyo gran arco de 10 metros de ancho permitía un espacio de aproximadamente 42 metros para el cruce entre las dos orillas. Y una larga columna de infantería se colocó a lo largo del Camino Nacional entre las dos Lomas de Tolome. Santa Anna y su Estado Mayor se situaron en las chozas del pueblecito de Tolome.
LA BATALLA
Hacia las diez de la mañana se dio el choque cuando los soldados gubernamentales bajaron al río a aprovisionarse de agua en las cercanías del puente y fueron atacados con fusilería por los hombres de Santa Anna, que revelaron su posición antes de tiempo arruinando así la emboscada.
Mientras la brigada del general Rincón disputaba el puente a la avanzada de Santa Anna, subieron a las lomas frente al río tres cañones que bombardearon durante cuatro horas con granadas, metralla y bolas de impacto, las posiciones en la orilla y las endebles chozas de Tolome, donde estaban escondidos los demás rebeldes. Totalmente carente de artillería, Santa Anna fue incapaz de responder con fuego de contrabatería y por tanto de salir inmediatamente a campo abierto a combatir cerca del puente o en el Camino Nacional.
Mientras la lluvia de fuego desmoralizaba a los rebeldes no acostumbrados a las batallas con bombardeo de artillería de calibres medio y pesado, las fuerzas de los generales Iberri y Gaona cruzaron el puente y trataron de flanquear las Lomas de Tolome, desde donde Santa Anna les contuvo enviando su infantería y dos columnas de su caballería atacando a ambos lados del Camino Nacional, principalmente al contingente de Iberri que llevaba el mayor avance. Aumentando la presión con su superioridad numérica, se lanzaron al ataque en tres columnas todas las fuerzas al mando de Iberri, Gaona y Rincón, con órdenes de llevar el combate hasta el choque de armas blancas. Pero su terrible embestida fue contenida con gran valor por la infantería rebelde.
Estando aún indeciso el resultado, Calderón ordenó usar su tropa de reserva para dar el golpe final, lanzando al 8º. Regimiento de caballería y al batallón activo de Puebla, ante cuyo avance huyeron los indisciplinados jinetes jarochos, que se retiraron huyendo hacia La Antigua, privando de apoyo a sus compañeros. Sin reservas con qué suplir esta deserción, Santa Anna ordenó una retirada a la defensiva para salvar el mayor número posible de sus hombres y parapetarse en la loma más alejada frente a su campamento.
Tras seis horas de reñido combate, bombardeado sin descanso por la artillería enemiga y arrollado por la caballería gubernamental, Santa Anna terminó por ser gravemente derrotado: parte de su gente fue masacrada en las Lomas de Tolome por la caballería enemiga que enfurecida no respeto su rendición. Encontraron la muerte combatiendo en el puente y en una de las lomas, los coroneles Juan de Andonegui y Pedro Landero, también héroes de la batalla de Tampico y parte del Estado Mayor de Santa Anna.
Se registraron por ambos bandos un total de 112 muertos y 146 heridos (32 y 78 respectivamente eran del ejército de Calderón) que fueron transportados a Puente Nacional. Otros 32 oficiales y 413 de la infantería fueron enviados como prisioneros a varios destinos: los oficiales fueron enviados primero a Xalapa y los de tropa a la fortaleza de Perote y más tarde a la Ciudad de México.
Entre ellos estaba el ingeniero de origen alemán Edouard Harkort, ayudante de Santa Anna y quien fue el único sobreviviente que dejó escrita su experiencia personal. Su jefe Santa Anna siempre fue renuente a detallar sus fracasos militares como Tolome y Cerro Gordo, escribiendo apenas sobre ellos en sus Memorias y muchas veces para justificarse. El general Calderón lo hizo a través de los partes de guerra con que debía reportarse a sus superiores el ministro de guerra Facio y el vicepresidente Bustamante. De ellos se informaron posteriores autores como Manuel Rivera Cambas y Juan Suárez y Navarro.
Se incineraron los cadáveres en una gran hoguera en el mismo campo de batalla y a las cinco de la tarde, Calderón envió un parte de guerra preliminar a Bustamante declarando anticipadamente la derrota total del enemigo. Después envío uno más detallado de las acciones realizadas para vencer a los rebeldes y aclara, entre otros detalles, que la quema de los cuerpos se realizó la misma noche del 3 de marzo en el campo de batalla, que abarcó una extensa área desde el puente del río Tolome hasta las proximidades del pueblo de Paso de Ovejas a dónde huyeron algunos fugitivos perseguidos por la caballería enemiga, siguiendo el antiguo camino real.
Esto descarta el mito de que la incineración de cuerpos se haya realizado en la llamada Loma Pelona -hoy la congregación de Loma Fina- situada a varios kilómetros y en terreno muy alto respecto al campo de batalla. En esa población se realizó otra quema de cuerpos durante el periodo de la Revolución Mexicana, muy posiblemente entre 1915 y 1920, cuando la región entró en total caos político y social al ocupar la ciudad de Veracruz el numeroso ejército del presidente Venustiano Carranza, en una secuencia de actos que provocaron una hambruna progresiva y gran descontento social, pues sus hombres se dedicaron a expoliar a los pueblos y rancherías para aprovisionarse. A la vez que combatían a las facciones de partidarios de los caudillos Emiliano Zapata y Francisco Villa opuestos a Carranza. En la región todavía se habla de los «pelones» (soldados del ejército federal) y de los que en otras partes de México llaman los «carranclanes» (soldados de las tropas carrancistas durante la Revolución mexicana, a quienes se les consideraba proclives al robo).
A este desastre se sumaron también gente dedicada al bandidaje, civiles y ex militares que vieron la oportunidad para enriquecerse y cobrar venganzas personales, ante la falta de control del gobierno. Los pobladores tuvieron que armarse, organizarse y combatir para defender sus cosechas, pertenencias, mujeres e hijos de la rapiña casi generalizada que asoló los municipios entre Xalapa y Veracruz.
Las cuevas, cerros y las viejas fortificaciones virreinales como el Atalaya de la Concepción en Puente Nacional, el fortín de Órdenes Militares en Plan del Río, incluso el viejo Torreón del Molino construido en el siglo XVIII cerca de La Tejería, fueron utilizados como sitios para esconder a las familias y varias veces cambiaron de manos en medio de combates entre el ejército regular y los alzados.
En uno de esos encuentros en el de Paso de Ovejas, hubo muertos en una refriega y los cadáveres fueron incinerados en una elevación ahora conocida como Loma México y que domina el paisaje de Loma Fina. Recuerdos muy difusos de esta época apenas se conservan por la tradición oral en los ancianos de la región, que eran niños en esa época y escucharon los relatos de sus padres y abuelos. El sitio de esta hoguera aún puede visitarse pero el de la incineración en Tolome desapareció en 1833 al ser exhumados los cuerpos por orden de Santa Anna.
Días después Santa Anna, quién apenas pudo salvar la vida, pudo entrar a la ciudad de Veracruz acompañado por apenas 14 de los mil hombres que había destacado para perseguir a su enemigo. En su obra escrita bajo los rigores de la prisión, Harkort lo culpa directamente del desastre en Tolome por no transportar artillería, no diferenciar los uniformes de sus hombres respecto a los de sus enemigos y sobre todo, por no saber elegir bien el sitio para presentar batalla ante un enemigo muy superior.
LAS CONSECUENCIAS
Sin embargo, la masacre en las Lomas de Tolome y la publicidad que le dio el gobierno de Bustamante ayudaron a dar fuerza a la rebelión en los Estados indecisos de unirse a la rebelión, que se convirtió en una sangrienta guerra civil por todo el país. Santa Anna rápidamente se repuso de las bajas en Tolome y usó el hecho para desafiar abiertamente a Bustamante, a Calderón y extender la rebelión que hasta entonces había estado limitada a la ciudad de Veracruz. Finalmente y después de duras batallas por el norte y centro de México, los rebeldes triunfaron el 24 de diciembre de 1832 al firmarse los Convenios de Zavaleta. Fue el fin del gobierno centralista de Bustamante, quien renunció a la presidencia y sus cuestionados ministros marcharon al exilio.
Para legitimar su pronunciamiento, Santa Anna se proclamó como «Restaurador del orden constitucional», aunque él mismo había ayudado a romperlo desde 1829 al deponer al presidente Manuel Gómez Pedraza y reemplazarlo por el general Vicente Guerrero. Quien a su vez lo fue por Bustamante en 1830. Su gobierno fue de carácter centralista y marcadamente autoritario, represor con la prensa y una fuerte oposición a las ideas federalistas, que habían sido la causa del origen de esta y otras rebeliones desde 1831. Ahora llamaban a Gómez Pedraza para terminar su mandato y así celebrar después nuevas elecciones federales.
Nuevamente triunfó Santa Anna y el 30 de abril de 1833 asumió su primer periodo presidencial. Antes de eso y para pagar su deuda con la ciudad que tanto le había apoyado enviando a sus hijos al combate, ordenó exhumar los restos de los 112 muertos en la batalla de Tolome, que pasaron a ser propiedad del gobierno como si de reliquias sagradas se tratase. Las exequias se realizaron el 28 de marzo de 1833 participando también el ayuntamiento y el mando del ejército.
Aunque se ordenó darles sepultura en el nuevo Cementerio General de Veracruz, esto se realizó hasta 1834, en el centro del camposanto y siendo posiblemente la primera tumba en abrirse. Se colocó una lápida en el sepulcro con la inscripción «A la gloria de los veracruzanos, la memoria de sus ilustres víctimas en Tolome – El Congreso de 1833». Actualmente tanto este panteón como la tumba han desaparecido en la ciudad de Veracruz.
Se otorgaron además pensiones vitalicias a las viudas de los combatientes fallecidos sin importar el rango. Los que combatieron desde el 2 de enero de 1832, fueron exonerados de cargos por rebelarse contra el gobierno y condecorados con una cinta blanca con el lema «El Cuarto Congreso Constitucional de Veracruz, al valor y patriotismo acreditado». También les fue otorgado que en sus tumbas pudiera grabarse el lema “Constitución y leyes”. El día 2 de enero fue declarado Día de festividad política en el Estado de Veracruz.
El escenario del campo de batalla quedó plasmado años más tarde, en el mapa militar Pour […] a la description de la bataille de Tolome entre les troupes des [Santa Anna et…General Calderon] en 1832, que fue trazado en 1851 por Jean Louis Berlandier, célebre cartógrafo y naturalista francés al servicio del gobierno de México.
En el siglo XX el recuerdo de la batalla se mantuvo entre 1950 y 1965 a través de una placa de piedra, de 80 centímetros de alto y rematada por una cabeza de origen indígena, al pie de un enorme árbol de nacaxtle en la colonia El Paraíso del actual pueblo Tolome. Fundado como una ranchería llamada Tolome Nuevo hacia 1857, a medio kilómetro de distancia del pequeño asentamiento que presenció la batalla en 1832 y que fue destruido en 1865.
No ha quedado constancia en los documentos históricos de la época que permitan suponer que los habitantes de aquel pequeño Tolome original participaran en la batalla. Es muy probable que siguiendo los usos y costumbres de la época, hayan recibido a la tropa de Santa Anna y vendiéndoles provisiones mientras descansaban de su larga marcha nocturna desde el Manantial hasta las Lomas de Tolome (8.3 kilómetros por la Carretera Nacional). Después los civiles se habrían ocultado para protegerse del bombardeo de la artillería del ejército del general Calderón y reconstruido sus casas días después del combate.
EL RESCATE DE LA MEMORIA
En la primavera de 2018, una iniciativa del comunicólogo e investigador independiente en historia, Mario Jesús Gaspar Cobarruvias encabezando el equipo Exploración y Estudio del Camino Real Veracruz-México (EXESCR) integrado por la fotógrafa Ana María Andrade Rodríguez, el ingeniero Luis Manuel Villanueva Garza, el doctor en derecho Enrique Buenaventura Espinosa Romo y el ex-cronista de La Antigua, Wenceslao García Hernández con el apoyo de Francisco Castillo Molina, se dedicó a reconstruir este episodio de la historia consultando archivos y la bibliografía existente. Así como realizando el mapeo, exploración y estudio del campo de batalla, confirmar o desmentir el mito de la Loma Pelona, localizar la Loma Alta -hoy conocida como Curva del Burro y reconstruir la ruta seguida por Santa Anna desde Veracruz hasta Tolome, en el transcurso de 8 expediciones realizadas del 27 de marzo al 25 de agosto de 2018. Con apoyo de los ciudadanos Yadira Morales Aguilar, Jesús Morales Torres, Mario Vivanco Vela, Jaime Ramón Morales Lozano, Teodoro Palafox Sánchez y Juan José Fernández Segovia.
Los resultados se dieron a conocer en conferencia el 7 de marzo de 2019 y con apoyo del grupo ciudadano Tolome Unido se realizó con éxito el proyecto «Monumento a los caídos en la batalla de Tolome», que se inauguró el 3 de marzo de 2020 frente a la iglesia parroquial del pueblo.
Fue realizado trabajando con los señores Eugenio Ramírez Hernández (agente municipal de Tolome) y Oscar Romero Hernández (presidente del grupo Tolome Unido). El monumento fue diseñado por la L. D. María Luisa Romero Vélez y construido por el maestro de obra, Román García Torres. La ceremonia e izado de la bandera fueron dirigidos por la Lic. Dolores Eugenia Roa Romero y el M.V.Z. Jorge Augusto Jule Hinds. La financiación y apoyo logístico fueron aportados por decenas de vecinos, negocios, profesores y estudiantes de la Telesecundaria Abel S. Rodríguez del pueblo de Tolome. Además del otorgado por el ayuntamiento presidido por el Mtro. Abel Ramírez Coria, presidente municipal de Paso de Ovejas, que encabezó el primer desfile cívico en conmemoración de este hecho de armas.
LA VERDADERA IMPORTANCIA
El combate se realizó en tierras de Tolome por las circunstancias y la decisión de Santa Anna de emboscar a sus enemigos en un sitio ya conocido para este tipo de acciones. Los caídos eran hombres de las ciudades de Veracruz, Xalapa y otras poblaciones de dónde se nutrieron los dos contendientes. Tampoco hay evidencia de que los pobladores de aquel Tolome participaran en el combate, pues el pueblo actual aún no existía y no hay registro de ninguno de sus antepasados en generaciones tan atrás como hasta 1832. El actual municipio de Paso de Ovejas tampoco existía en ese año y sería fundado hasta el 1 de diciembre de 1868, estando así el pueblo de Paso de Ovejas, sus congregaciones y rancherías bajo la jurisdicción de la ciudad de Veracruz.
Por ello, debe aclararse que lo que se recuerda en ceremonia pública no es una gesta heroica desde el punto de vista de las armas y la soberanía nacional, pues fue un combate entre mexicanos, unos militares de carrera y otros civiles armados. Tampoco es un aniversario luctuoso pues las personas de renombre que intervinieron en la historia nacional no fallecieron en la refriega. Los coroneles Landero y Andonegui, murieron poseyendo la calidad de héroes de la Batalla de Tampico en 1829, pero quedaron eclipsados por la gigantesca sombra del general Santa Anna y por ello apenas se les recuerda.
En la placa principal del monumento está expresado el verdadero sentido escrito por su precursor con el mismo sentido que le dio Santa Anna en 1833: se conmemora la defensa del orden constitucional establecido desde 1824 quebrantado por el gobierno de Bustamante en 1831.
Para lograrlo se sacrificaron por muchas vidas en este y otros combates en 1832. Los muertos masacrados en Tolome sirvieron para dar fuerza a la rebelión del Plan de Veracruz al denunciar hasta donde estaba dispuesto a llegar el vicepresidente que fingía diálogo y atacaba con las armas. Si bien esta rebelión degeneró en una guerra civil nacional, también evitó con su dinámica que varios estados descontentos con la tiranía represivas de Bustamante, se separaran de la República Mexicana, convirtiéndose en pequeñas naciones independientes o en parte de Estados Unidos como sucedió finalmente con Texas.
Más sangre mexicana se hubiese derramado cuando finalizado el conflicto con un claro ganador en la presidencia, este hubiese dirigido sus ejércitos para reconquistar a los Estados separatistas, dividiendo nuevamente a México y castigándolo con los terribles males de una guerra como la de Secesión norteamericana.
La defensa de la constitución federalista ante el presidencialismo centralista y militarista, así como la consecuente conservación de la unidad nacional en una república que apenas tenía ocho años de haber nacido, es lo que verdaderamente se conmemora cada 3 de marzo en Tolome.
Y por ello se canta el Himno Nacional y se deposita una ofrenda floral en memoria de los caídos que derramaron su sangre en este famoso combate en las tierras semiáridas de Tolome, que llegó a conocerse en todo México y en Europa por los periódicos de la época. Todo eso le da a la batalla de Tolome una importancia internacional que va mucho más allá de la solamente local o municipal.
OTROS AVANCES LOGRADOS
El 10 de diciembre de 2021 y en el acta 53 de sesión extraordinaria del cabildo del municipio de Paso de Ovejas, se emitió la declaratoria oficial de conmemorar cada año la batalla de Tolome y la memoria de los valientes ciudadanos caídos en ella porque dicho evento fue reconocido «como un símbolo de la unidad, continuidad e identidad cultural, social e histórica por las comunidades de la región, municipios vecinos y emblema representativo del municipio de Paso de Ovejas». Fue suscrito para realizarse anualmente por la agencia municipal de Tolome, el grupo ciudadano Tolome Unido, el equipo de Exploración y Estudio del Camino Real Veracruz-México y el ayuntamiento en turno. Este acuerdo se dio a conocer en la conferencia pública derivada de la Expedición Camino Real 2021 del equipo EXESCR el 18 de diciembre de 2021. Posteriormente se constituyó el comité de personas que se encargarían anualmente de organizar los actos conmemorativos.
Entre 2020 y 2021, por fin se pudieron localizar evidencias físicas del combate: 3 balas de cañón con pesos de 18, 12 y 6 libras respectivamente, aportadas por las señoras Juana Morales Morales y Dolores Eugenia Roa Romero. El sábado 30 de enero de 2021 se realizó el primer recorrido cultural por el campo de batalla guiado por el Lic. Mario Gaspar, con 33 personas organizados por la asociación Xalapa Antiguo, A.C. y la participación del abogado Roberto Carlos Olmos Vázquez.
Entre el 31 de enero y el 2 de marzo de 2022 se trabajó en la rehabilitación de la centenaria glorieta en la colonia El Paraíso y se colocó una placa informativa donada por el ingeniero tolomeño Francisco Rubén Chávez Osorio, con fotos antiguas donadas por los pobladores y restauradas por el Lic. Mario Gaspar, así como con la historia del pueblo desde la época prehispánica hasta 1970, cuando experimentó un gran crecimiento urbano y demográfico. En tal placa están los nombres de los muchos habitantes de Tolome que participaron en el proceso de investigación histórica.
En la conmemoración de 2023 se hizo una gran difusión con trípticos impresos a color donados por el maestro Josiel Acosta Moreno de la Fundación Juntos Avanzamos y con la participación del presidente municipal Mario Mafara Ramírez y el ayuntamiento de Paso de Ovejas, se realizó el segundo desfile con participación de todos los planteles educativos de Tolome.
Actualmente se sigue trabajando en la investigación, la difusión y en dotar a la congregación de Tolome de un museo de sitio y otros elementos que impulsen su cultura e identidad. Así como buscando los recursos para que se publique el libro LA BATALLA DE TOLOME EN 1832: SACRIFICIO EN DEFENSA DEL ORDEN CONSTITUCIONAL, donde el autor y precursor de esta investigación detalla las fuentes consultadas, los testimonios, el trabajo de campo y las evidencias encontradas así como el proceso de rescate de la memoria histórica dando crédito por sus nombres a las innumerables personas que intervinieron en distintas formas para hacerlo posible.
- El autor es originario de la ciudad de Veracruz en México. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Veracruzana, técnico en informática, investigador y conferencista a nivel internacional en historia militar. Además de diplomado en Historia del Arte prehispánico, colonial y mexicano, artista plástico en dibujo, pintura y escultura y fotógrafo profesional. Desde su infancia se ha dedicado a la escritura, especializándose en el género de crónica, poesía, relatos fantásticos y de época. Actualmente se desempeña como explorador, senderista, capacitador y guía de recorridos históricos, realizando una gran actividad en la Ruta de Cortés y el Camino Real de Veracruz a México. Ha sido programador analista y jefe de sistemas y capacitación en diversas empresas y profesor del área de Humanidades y Cómputo en diversos planteles de Veracruz, Soledad de Doblado y la Universidad Empresarial en Boca del Río. Participa en la revista Taller Igitur en Argentina y el Sitio de Egresados de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana (EFACICO), así como en su sitio personal y grupos de historia, turismo y política en Facebook, Tik Tok y Whatsapp. Pública y participa en entrevistas y programas, regularmente para varios medios digitales de México, Xalapa y Veracruz. Actualmente es miembro del Comité Organizador de la Batalla de Tolome en 1832 como investigador principal, coordinador estatal de cultura para el Estado de Veracruz para la Promotora Nacional de Economía Solidaria (PRONAES), director de Investigación, Análisis y Proyección Históricas para el Proyecto Ruta de Cortés perteneciente al Proyecto México del Consorcio Constructor de Empresas Mexicanas (CCEM), miembro de la Directiva de la asociación cultural México Hispano, fundador-director del equipo de Exploración y Estudio del Camino Real Veracruz-México (EXESCR), integrante del Patronato de la Casa de la Cultura de Ciudad José Cardel, director de comunicación social en el Comité Directivo Municipal Jilotepec de la Academia Nacional e Internacional de la Poesía y de la Ilustre y Benemérita Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (SMGE), así como Historiador en la asociación Cronistas de Veracruz, A. C. Ha sido galardonado dos veces con la medalla y el diploma de honor de la Institución de la Superación Ciudadana del H. Ayuntamiento de Veracruz en 2014 y 2016 tanto por mérito individual como por trabajo en equipo. También ha sido declarado «Hijo Adoptivo del Pueblo de Tolome» por la agencia municipal de Tolome y el H. Ayuntamiento de Paso de Ovejas en 2020, así como honrado con el título de «Huésped distinguido» por el H. Ayuntamiento de Puente Nacional en 2023. Su nombre figura en monumentos y placas cuya investigación y colocación ha promovido en pro del rescate de la historia de las poblaciones del camino real. Recibiendo además muchos otros reconocimientos y honores a su continúa actividad profesional por su ciudad y 29 municipios del Estado de Veracruz. Es diseñador y guía de los recorridos históricos LA CIUDAD AMURALLADA DE VERACRUZ EN 1854 (2014), HISTORIA, ARQUITECTURA E INGENIERÍA EN PUENTE NACIONAL Y PLAN DEL RÍO (2015), EL TORREÓN DEL MOLINO 1748-2016 (2023) y de la RUTA DE LA DIVISIÓN FRANCESA BAZAINE EN 1862 (2022).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Fowler, Will. Santa Anna ¿Héroe o villano? Editorial Crítica, México, 2018.
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