Por: María Elvira Santamaría Hernández

El Presidente de México ha encontrado atajos para apresurar el efecto de sus decisiones. Lo hizo por ejemplo para contentar a la CNTE y con un memorándum echó al cesto de la basura la aplicación de la ley constitucional de educación vigente. Mientras tanto, tampoco se aplica la nueva reforma porque se quedó atorada en el Senado, en donde por la falta de un voto a favor, no pudo alcanzar la mayoría calificada que se necesitaba para su aprobación y fue regresada a la Cámara de Diputados.
También usando atajos ejecutivos, difusamente legales, dispuso llevaran insignias de Guardia Nacional los elementos que llegaron a reforzar la seguridad en Veracruz; solo que, un pequeño detalle, aún no se han aprobado en el Congreso las leyes secundarias de la Guardia Nacional.
Otro atajo más que podría calificarse de utilería, fue su banderazo de hace tres días dando por iniciado de manera fantasiosa más que simbólica, el proyecto del aeropuerto de Santa Lucía, pues más bien lo que arrancó, fueron los estudios para el proyecto del mencionado aeropuerto.
Atajo legal es también al que ha recurrido su gobierno para obtener dispensa de los estudios de impacto ambiental de la cuestionada obra del Tren Maya, del propio aeropuerto y del proyecto Interoceánico. Minucias para algunos, pero acciones graves para otros, que no conciben la ligereza con que se hace de lado la aplicación de las leyes cuando estás no están a conveniencia de los planes gubernamentales.
Entonces, La reforma educativa y las leyes reglamentarias de la ley de la Guardia Nacional, además de otros cuatro o cinco temas que están aún sin concluir en el Congreso de la Unión, obligarán a que haya uno o más periodos extraordinarios.
Y es muy probable que ahora sí, para el 8 de mayo más o menos, se apruebe la reforma educativa en la que se verá hasta donde pudo imponer sus condiciones la Coordinadora de Trabajadores de la Educación.
Por lo pronto seguiremos observando un gobierno experto en darle la vuelta a la ley, en utilizar memorándums, dispensas y claro también consultas a mano alzada.
Estamos cruzando un río caudaloso y no alcanzamos a ver ninguna orilla.
Hasta pronto.