por Primitivo López Herrera

El hidróxido de calcio es una sustancia peligrosa y puede irritar gravemente la piel y los ojos; o causar daño permanente a los ojos.
Imagínese en esta situación: clima de más de 40 grados centìgrados, encerrado en un remolque en completa oscuridad, sin aire circulante, 100 extraños codeándose uno con otro, cubiertos de pies a cabeza con cal hidratada con alto contenido de calcio, inhalando el aroma empoderador de Fabuloso (limpiador multiusos), y confiar tu vida a un contrabandista desconocido.

Desafortunadamente, estos son escenarios comunes que enfrentan las personas indocumentadas cuando intentan ingresar y viajar a través de los Estados Unidos sin ser detectados.
El hidróxido de calcio se utiliza en entornos industriales, como el tratamiento de aguas residuales, la producción de papel, la construcción y el procesamiento de alimentos, por lo que produce un riesgo potencial para la salud de las personas.

El hidróxido de calcio es una sustancia peligrosa y puede irritar gravemente la piel y los ojos; o causar daño permanente a los ojos.
La ingestión de cal hidratada con alto contenido de calcio puede provocar una intoxicación potencial y la muerte.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades describen a Fabuloso como una sustancia química fuerte que se asocia con problemas de salud como irritación de la nariz, garganta y pulmones, estornudos, sibilancias, dermatitis, dificultad para respirar e incluso asma.
Las bolsas abiertas de polvo de cal hidratada con alto contenido de calcio, los recipientes de líquido Fabuloso derramados y los selladores de espuma son solo algunos ejemplos que los contrabandistas usan en un intento de enmascarar el olor de las personas para que no los detecten los agentes de la Patrulla Fronteriza.
Las imágenes son testimonios trágicos de los métodos despiadados y descuidados que utilizan las organizaciones criminales transnacionales para llevar a cabo sus actividades ilícitas. El uso de estos productos químicos es otro indicador de cómo los contrabandistas ven a los indocumentados como una simple mercancía. [Primitivo Lòpez/Laredo Press]
