Recuerdos de la Revolución Mexicana: De cómo mi abuelo, Sabino Calderón, le cortó la cabeza a Aureliano Blanquet


Por Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Aureliano Blanquet, quien apresó a Francisco I. Madero, en 1911, fue descubierto y perseguido por el General Guadalupe Sánchez y murió al caer con su caballo, acorralado,  en la barranca de Chavaxtla, el 15 de abril de 1919, pocos días después de haber iniciado una  campaña contrarrevolucionaria.Los soldados carrancistas decapitaron su cadáver y llevaron su cabeza a Veracruz, donde se exhibió por varios días.

De izquierda a derecha, mi abuelo, Sabino Calderón, junto a Manlio Fabio Altamirano, en una visita hecha a Alvaro Obregón, siendo ya éste presidente electo de México por segunda vez, en 1928. Cargo que no asumió pues fue asesinado días mas tarde de haberse tomado esta fotografía. En la foto, al extremo derecho, aparece también el General Joaquín Amaro.

Mi abuelo, Sabino Calderón Mendoza, narró a nuestra familia que él perteneció al regimiento 40 de caballería que comandaba Guadalupe Sánchez y que le tocó junto con un destacamento perseguir a caballo a Aureliano Blanquet que huía. El militar fue cercado hasta el borde una cañada donde, al intentar bajar por un sendero estrecho, se despeñó desde una altura considerable, estrellándose en el fondo pedregoso de la sima, pereciendo él y su cabalgadura de manera casi instantánea.

Entonces, Guadalupe Sánchez ordenó a él, Sabino Calderón Mendoza, quien era de Oaxaca y años después se convirtiera en lider hilandero de la CROM en Santa Rosa, y a otro soldado, que bajaran hasta la barranca donde yacía el traidor ya fallecido para que le cortaran la cabeza y así probar que había muerto, ya que no traían reatas tan largas como para jalar el cuerpo otra vez a la cima.

General Aureliano Blanquet.jpg
El General Aureliano Blanquet

Mi abuelo decía que Blanquet era un hombre corpulento. Fue él, Sabino Calderón,  quien sacó su charrasca, un cuchillo que utilizaban algunos soldados en aquella época y que también se conocía como sacatripas, para ponerlo sobre el cuello de Blanquet. Empezó a cercenarle el cuello, pero éste era tan gordo que le costó trabajo realizar el corte.

Su compañero, con una piedra empezó a golpear la charrasca hasta que ésta cercenó la cabeza del tronco del militar huertista. Agregó mi abuelo que la metieron a un tenate y volvieron a subir hasta la cima donde Guadalupe Sánchez los esperaba. El resto del cuerpo del general huertista se quedó allá abajo, en la cañada.

Sabino Calderón Mendoza y su compañero, mostraron  la cabeza  a todos los soldados del destacamento  y hubo gritos de alegría. Llevaron su trofeo a Veracruz  para exhibirlo en la plaza pública. El periódico  El DICTAMEN de Veracruz publicó la foto de la cabeza decapitada de quien fuera el militar que aprehendiera a Francisco I. Madero.

Afirmaba Sabino que, como premio, les dieron tres días de asueto y les pagaron en monedas de oro, porque había una recompensa por la captura de Aureliano Blanquet.

Ese logro personal de Calderón en ese regimiento se vió opacado meses después, cuando al reclamar,en un juego de naipes, que le hacían trampa,  mató con su carabina a otro soldado del regimiento.

El «Wilson», como le llamaban a Sabino Calderón y que era el corneta del regimiento, desertó y se ocultó  casi un año en Maltrata, Ver; después bajaría a Córdoba, en 1920, donde viviría hasta su muerte en 1988.  En el transcurso de ese tiempo participó en la organización de los primeros  sindicatos de la CROM en Ciudad Mendoza, la fundación del PNR en Querétaro, en 1929; la integración del Comité Regional Campesino en 1940, en Córdoba; fue miembro de la Vieja Guardia Agrarista  y  motivado por su amigo Silvestre Aguilar Morás, creó un conjunto musical de cuerdas, en 1960, conocido como el Sexteto Cordobés, en donde tocaba el primer violín.

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3 Comentarios

  1. Siendo Secretario de Guerra, Aureliano Blanquet salió en comisión a Europa para estudiar a los ejércitos, en 1914 cuando se veía la caída de Huerta. Juzgo que Blanquet era sagaz y él arreglo su salida del país

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  2. Merecido final para un traidor; es justo señalar que aunque la llamada NO REELECCIÓN fue una promesa de campaña de Porfirio Díaz, no llegó a ser principio constitucional permanente, lo cual daba visos de legalidad a SU DICTADURA, en ese respecto, tan correcto fue que Madero fuera presidente constitucional y legalmente, como para que Victoriano Huerta y sus secuaces le respetaran como tal, y aun cuando renunciara era también correcto que le respetaran la vida como se lo prometieron, algo que no cumplieron ni Huerta,ni Mondragón ni Blanquet.

    Algo que sería interesante saber es si lo encontraron agonizante y la decapitación fue lo que sirvió para rematarlo, en cuanto a su cuerpo, en vista del tiempo transcurrido (casi 100 años) es una posibilidad que sus deudos lo rescataran posteriormente, aunque parece poco probable dado lo incómodo,y peligroso de dicho lugar.

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