
por Carlos Vergara Sz.

Córdoba ha celebrado muchos hermanamientos con ciudades extranjeras. De las que recuerdo de memoria son Matanzas, Cuba. Baton Rouge, Luisiana en el cambio del siglo XX al XXI.
El más reciente hermanamiento ocurrió en la administración 2014-2017 cuando a iniciativa del presidente municipal de Orizaba propuso el hermanamiento de la ciudad de las Aguas Alegres con Córdoba.
Las muchas ideas que se propusieron para estrechar lazos entre ambas ciudades no fueron, por desgracia, llevadas a efecto, tengo la sospecha fundada por la desidia del Ayuntamiento cordobés, pues así lo percibí como integrante del Consejo de la Crónica que fui durante algunos meses.
Recientemente llegaron a mis manos unos documentos digitalizados que me proponen retomar este tema, relativos al hermanamiento con la ciudad de Chillicothe del estado de Ohio, Estados Unidos.
Ese hecho histórico ocurrió durante la administración de Enrique Bustos Bertheau, a principios de la década de 1990, quien por cierto, inició la recuperación y limpieza del Centro Histórico, retirando decenas de vendedores ambulantes del Parque 21 de Mayo, entre ellos el famoso vendedor de hot dogs, ya finado, Don Simón.

Bustos también colocó mobiliario de estilo colonial en el parque, bancas con el escudo de Córdoba, botes de basura y la iluminación con farolas estilo Veracruz, así como sustituyendo la herrería de las jardineras.
Pero retomando el asunto del hermanamiento con Chillicothe, la ceremonia oficial en Córdoba ocurrió el 4 de marzo de 1992.
Hasta Córdoba llegó el mayor, mister Joseph P. Sulzer al frente de una delegación, quien en representación de la municipalidad de Chillicothe firmó el “Convenio de intercambio y colaboración social y cultural” entre ambas ciudades.
Antes, en julio de 1991, durante la administración de Bernardo Cessa Camacho, el Cabildo cordobés había aprobado y la Legislatura autorizado en octubre el hermanamiento.
Durante el resto de la administración de Enrique Bustos, hasta 1994, se efectuaron algunos intercambios estudiantiles y culturales.
Los siguientes presidentes municipales, como es costumbre, no le dieron el seguimiento y del hermanamiento entre Córdoba y Chillicothe, Ohio, no quedan más que estos documentos y el recuerdo en la memoria de algunas personas que gustan de la historia de Córdoba.


Lo mismo sucede con nuestra ruinosa tetra heróica y sus hermanamientos, si la memoria no me falla se hizo con la localidad de Corpus Christi. A los carnavales venían bandas de jóvenes para participar en los desfiles.
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